Lunes 25 de marzo 2024

Lugares del no-olvido

Redacción 31/03/2013 - 03.16.hs
Silvio Javier Arias*
Monumentos, paseos, calles, plazoletas, recordatorios en medios gráficos, placas identificatorias o conmemorativas, se han ido instalando en el espacio público.
"Memoria y olvido son como la vida y la muerte./ Vivir es recordar y recordar es vivir./ Morir es olvidar y olvidar es morir" (Samuel Butler)
Calles, plazoletas, monumentos, paseos, recordatorios en medios gráficos, placas identificatorias... Poco a poco los ciudadanos nos hemos acostumbrado a convivir con todas estas herramientas de construcción social de la memoria, consecuencia de la dolorosa experiencia del terrorismo de Estado en la Argentina. Esas silenciosas presencias materiales, evidencian la característica ambigua de la condición humana, la cual puede ser capaz de las más tremendas atrocidades -y al mismo tiempo- reivindicar con honor y dignidad, el accionar comprometido de quienes dieron su vida por un mundo mejor; e incluso de aquellas que simplemente fueron víctimas al azar de la más brutal intolerancia.

Significado y significante.
Activar la memoria significa ante todo la capacidad para "recordar" o "volver a pasar por el corazón", según su traducción del latín. En ese proceso de "dar vida" a los hechos que nos movilizan por diferentes motivos, los seres humanos anteponemos la espiritualidad a la razón y el corazón al intelecto. Sin embargo, "volver a pasar por el corazón" un hecho trágico de la vida, no inhabilita la inobjetable búsqueda de verdad y justicia, ante el paso devastador de todas aquellas formas que violen nuestros derechos humanos inalienables.
Por ello al significado de "memoria", se le suma el valor agregado de su "significante", el cual va más allá del mero acto de recordar. La exteriorización material de la memoria -en sus variadas formas-, trasciende lo individual y conquista lo colectivo, generando un proceso de apropiación extendido, comprometido con valores que enaltecen la condición humana: solidaridad, respeto, tolerancia, dignidad, valoración de la vida.
Así, el traer a la memoria aquellos recuerdos que dan cuenta de un pasado doloroso, se convierte en un acto militante, cuando ese proceso se desarrolla en un sistema democrático. Lo contrario ocurre en contextos gubernamentales represores, donde la muerte y el olvido se instalan, difundiéndose con el objetivo de aniquilar detractores, instalando el "no te metas" y desmembrando el tejido social.

 

La conquista del espacio.
En la provincia de La Pampa, al igual que en otros puntos del país, el Estado y las organizaciones civiles vinculadas a los derechos humanos, han hecho de ese "acto militante" de reconstruir la memoria, una conquista del espacio público; territorializando políticas, reconociendo victimas, castigando a los victimarios, recuperando identidades, señalando centros clandestinos de detención y tortura, haciendo justicia y socializando la temática de derechos humanos, en un proceso que nos involucra a todos, sobre la base del respeto a la dignidad humana, avasallada particularmente durante el terrorismo de Estado.
Monumentos, paseos, calles, plazoletas, recordatorios en medios gráficos, placas identificatorias o conmemorativas, se han ido instalando en el espacio público, como consecuencia de dichas políticas. Al horror significante de lo represivo, lo oscuro, la muerte, el olvido y la negación... se oponen las silenciosas presencias de esas materialidades, erigidas en libertad y democracia, con respeto hacia los que no están, con luz, con justicia, con vida, con amor. Es aquí donde el dolor individual se recicla, muta, se transfigura, adquiere nuevos atributos y finalmente triunfa colectivamente.
Porque únicamente podemos "ser" junto a los "otros", es que junto a los otros el dolor se aliviana, no desaparece, pero al compartirlo comunitariamente ese sentimiento de soledad en la lucha por la memoria, la verdad, y la justicia, es menos evidente.

 

Educar la memoria.
Pese a los grandes avances producidos en la Argentina, desde 2003 a la fecha, en gestión de políticas de derechos humanos, todavía es prioritario educar la memoria y la conciencia, respecto de violaciones ocurridas en esta materia. Sin embargo, no es responsabilidad única del Estado (nacional, provincial, municipal) dar todas las respuestas en dicha temática; es la comunidad organizada en su conjunto, quién debe involucrarse en la misma, apropiándose de la lucha y diversificando sus instrumentos de manifestación. Desde la comisión vecinal al aula universitaria, desde los adultos a los niños, todos somos responsables, por acción u omisión, en esta búsqueda constante por alcanzar la felicidad humana, sin exclusiones.
Esos monumentos, esas calles, esos recordatorios son un paso mas hacia la concientización de la memoria popular sobre los derechos humanos, su conocimiento y difusión; pero deben sumarse otros pasos, esos que terminaran de recorrer el camino doloroso del "nunca más", porque solamente aprendiendo de nuestros errores como sociedad, evitaremos, al recordarlos, no volver a repetirlos, triunfando sobre el olvido y venciendo la muerte.

 

Lugares de la memoria.
-Monumento a las Víctimas Pampeanas del Terrorismo de Estado, Cámara de Diputados de La Pampa, Santa Rosa.
-Monumento a la Memoria, Parque Don Tomás, Santa Rosa.
-Señalización del Centro Clandestino de Detención Comisaría de Catriló.
-Señalización del Centro Clandestino de Detención Puesto Caminero de Jacinto Arauz, ruta 35.
-Placa Homenaje a la memoria de Lucía Tartaglia, inaugurada por el presidente el
31 de mayo de 2005 en Santa Rosa.
-Placa Homenaje a la Memoria de Liliana Molteni, víctima del terrorismo de Estado colocada en 2005, Trenel.
-Denominación de la Calle "Memoria Popular", en intersección con Calle Ameghino, Santa Rosa.
-Parque "María Elena Peter", víctima pampeana del terrorismo de Estado,
General San Martín.
-Espacio de La Memoria "Carlos David", víctima del terrorismo de Estado, Guatraché.
*DOCENTE

 


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