Resistencia al éxodo
Jueves 09 de noviembre 2023

Resistencia al éxodo

Redacción 23/07/2017 - 11.15.hs

María Carolina Diharce * - Desentrañar los procesos que dieron lugar a la construcción espacial de Chamaicó nos introduce a analizar cómo un mismo lugar geográfico mantiene o modifica su esencia en dos emplazamientos diferentes; dos lugares en uno.
Nos permitimos preguntarnos si este proceso es posible, y, de serlo, cómo impacta en el presente de sus habitantes y en su realidad geográfica actual y futura. Como explicara Lucio V. Mansilla, al conocer el territorio ranquelino en la Pampa, no existían más caminos que las rastrilladas, amplios y profundos surcos que conformaban los medios de circulación indígena conectando tribus, lagunas, aguadas y salinas en el trayecto comercial entre Argentina y Chile.
Chamaicó se encontraba de paso en el camino que llevaba al asentamiento ranquel Leuvucó, por eso Mansilla menciona el lugar cuando su expedición se dirigía a establecer contacto con Panguitruz Gner (Mariano Rosas). La rastrillada de El Cuero, cuyo nombre proviene de la laguna del mismo nombre, distante 18 kilómetros al norte de Chamaicó fue descripta como de unos cien metros de diámetro, cuyos campos eran ricos en pastos y gramillas, con inagotables fuentes de agua, leña y montes inmensos de caldén.

 

En la frontera.
Zona de frontera por excelencia, se observa en el mapa la superposición de fortines militares y las antiguas tolderías. El avance de los primeros sobre los segundos se produjo rápidamente, generando cambios en la población indígena desde el punto de vista de la movilidad y su demografía, hasta su desaparición. Territorios dominados por la circulación de ganado a través de las rastrilladas, da paso al control militar, la apropiación y el despojo.
A fines del siglo XIX, una vez finalizada la cuadrícula y mensura del terreno, el Estado se dispuso a otorgar sus propiedades, dando lugar a la inmediata privatización de las tierras y posterior valoración desigual, en función de la productividad agrícola y ganadera para exportación. El poblado Chamaicó se ubicó en el Lote 1-Fracción B- de la Sección VII.
En 1882, todo el Lote 1 (8.902,5 hectáreas) y la mitad norte del lote 10 (5.000 has.) pertenecían a Olímpides Pereyra, quien adquirió las tierras al Superior Gobierno de la Nación. Dos años después, la propiedad era traspasada Diego de Alvear. En 1895, las tierras fueron vendidas a Juan Anchorena, quien, a su vez, las habría vendido a Casimiro Gómez, un inmigrante español que llegó a la Argentina a los trece años de edad. La dinámica en el traspaso de las propiedades da cuenta de la intensidad de la especulación inmobiliaria, en la que cada transacción significaba un ingreso a los fondos particulares, con escasa o nula productividad.
Casimiro Gómez figura como dueño de las tierras de Chamaicó en los mapas catastrales de 1902 a 1930. Por sus propiedades pasó el Ferrocarril Oeste, y donó el terreno para construir la estación Chamaicó. Como expresa el investigador Wálter Cazenave, las tierras por las que pasaba el ferrocarril veían su valor multiplicado por cien, además de generar un dinamismo en la zona, dado por la generación de poblados.

 

Pueblo obraje.
Chamaicó se constituyó en un pueblo obraje. Sus habitantes se dedicaban, principalmente, a la explotación del bosque de caldén, pero además se desarrollaba la ganadería de vacunos y algunos incipientes mineros trabajaban en la cantera de piedra de Lonco Vaca.
El impulso de sus habitantes, a partir de su fundación en 1907, llevó a un dinamismo centrado en la Escuela Nacional N° 116, la estafeta de correos y un destacamento de Policía. En 1929 se crea la Comisión de Fomento de Chamaicó.
Según las guías comerciales del Ferrocarril Oeste de 1933, Chamaicó y su zona rural contaban con una población de 700 habitantes. Según las fuentes disponibles, la población asentada en torno a la estación ascendía, aproximadamente, a 100 personas que ocupaban unas quince casas, en su mayoría familias de hacheros. Según fuentes históricas, en 1938 la población había descendido a 446 habitantes. La fuerte emigración había afectado principalmente a los colonos agricultores pero también a los obrajes forestales. La cantera de piedra Lonco Vaca, ubicada a 15 kilómetros de la estación, según las estadísticas productivas llegó a tener una producción de 100.000 toneladas de piedra, pedregullo y arena, y una mano de obra de 50 personas.

 

Vida de carencias.
Ante la rápida desaparición del caldén, la producción agropecuaria fue ganando importancia en la región del espinal pampeano. La pérdida de población, sumada a los escasos fondos de la Comisión de Fomento, restringía al poblado a una vida de carencias. Las actas oficiales de la época permiten observar, por ejemplo, un nulo acceso a la salud, ya que la atención primaria se realizaba en Rancul, ubicado a 24 kilómetros de la localidad, sin otro medio de transporte que el ferrocarril o carretas tiradas por caballos.
Con el fin del paso del ferrocarril en la década del setenta, el pueblo fue perdiendo su población y quedando aislado de los centros de decisión y de las vías de circulación. La Comisión de Fomento fue cerrada, ya que la cantidad de población no la justificaba y así se convirtió en una dependencia municipal de Rancul.
En 1981 la empresa Ford Motor Argentina S. A. donó una escuela a la provincia de La Pampa, localizada en Chamaicó, pero no se emplazó en el antiguo pueblo, ubicado sobre las vías del tren, sino a 7 kilómetros, sobre la ruta nacional 188, y la cesión del terreno fue efectiva en 1982.La localización de la escuela fue estratégica en la puja de poder que se estableció entre los medios de circulación terrestres: trenes versus camiones. Desde los años treinta el equilibrio entre ferrocarriles y carreteras comenzaba a inclinarse en favor de éstas últimas.
Esta decisión económica generó mayor aislamiento a la población del ahora "viejo Chamaicó", puesto que los pocos kilómetros que separaban el poblado de la escuela se encontraban en mal estado. En los años posteriores, ante los reclamos y necesidades del pueblo, se planificó un barrio de diez viviendas en torno a la nueva Escuela N° 116. En la actualidad, dos de las viviendas se hallan deshabitadas y una se destina a un centro de salud y un puesto caminero policial.
La escuela en la actualidad constituye el motor dinamizador del poblado de treinta habitantes, cifra que fluctúa en función de los vecinos que se trasladan durante meses a otras ciudades, maestros que están en tiempo escolar, entre otros motivos. La localidad rural cuenta con una gomería, un almacén, una torre que provee internet y una bomba de ósmosis inversa que funciona en la escuela para distribuir agua potable a la población. Abastece también a los campos cercanos, que llegan a la escuela en busca de este recurso vital y escaso. La escuela ofrece educación primaria y secundaria hasta tercer año, cuenta con docentes itinerantes y una excelente estructura edilicia.

 

Relaciones de poder.
En la relación desigual "tren versus automóvil" es éste último el que gana, con un fuerte impacto en habitantes de Chamaicó. Surgió así la necesidad de vivir más cerca de la escuela. La conectividad continúa marcando el destino de este poblado rural. En el marco de la planificación de la integración binacional con centro en el paso internacional El Pehuenche -ruta 188 y Ferrocarril Unión Pacífico-, se firmaron acuerdos con Mendoza para recuperar 23 kilómetros de vías férreas del ramal Chamaicó-Colonia Alvear Oeste. La inversión de la vecina provincia de 2 millones de pesos implicaría un nuevo impulso al nuevo-viejo Chamaicó, con la reposición de durmientes, vías, anclajes y toda la tarea de desmalezado y limpieza del terreno.
Se presenta el interrogante acerca de las posibilidades concretas de acción por parte de los pobladores de Chamaicó ante las nuevas decisiones y propuestas. Como explica la geógrafa Doreen Massey, "la identidad de cualquier lugar no está arraigada simplemente dentro de éste sino que se construye en buena parte a través de las relaciones de interdependencia con otros lugares". (Fuente: Este artículo forma parte del libro para estudiantes universitarios La población rural en la provincia de La Pampa. Vestigios del pasado, singularidades presentes y alertas para el futuro de los pueblos rurales, coordinado por Beatriz Dillon y publicado por la Editorial de la Universidad Nacional de La Pampa (EdUNLPam) en 2016).
* Geógrafa, Instituto de Geografía, UNLPam

 

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