Jueves 11 de abril 2024

Aristimuño pasó con sus constelaciones

Redacción 24/04/2017 - 01.39.hs

Lisandro Aristimuño tiene su público en La Pampa. Al menos en los últimos cuatro años, cada vez que se presentó en auditorios de Santa Rosa (el Aula Magna de la UNLPam, Club Español) las entradas se agotaron y hubo quienes se quedaron sin poder escucharlo en vivo. El sábado por la noche, el cantante nacido en Viedma volvió a la ciudad con un nuevo disco bajo el brazo ("Constelaciones") y más de 500 personas lo disfrutaron en el Club Español.
El show comenzó minutos antes de las 22 y se extendió hasta pasada la medianoche. Como era de esperar, las canciones del último disco corrieron el telón durante la primera media hora para luego dar paso a los temas más conocidos como "Azúcar del estero", "Tu nombre y el mío" o "La última prosa". Para los bises quedó "Canción de Amor" y "Elefantes".
La iluminación y la operación de luces merecen un párrafo aparte: acorde al nombre del disco, por momentos cada espectador podía sentirse parte de una galaxia, una pequeña estrella girando en derredor de la banda. Si bien hubo algunos cambios en la formación del grupo (se incorporó un tecladista, se fue una chelista), todo sonó igual de aceitado en un salón que no tiene la mejor acústica de la ciudad.

 

Nuevo disco.
Constelaciones (2015) dejó atrás a Anfibio (2012), el disco conceptual y bisagra en la carrera de Aristimuño que contó con las colaboraciones de Ricardo Mollo, Hilda Lizarazu y Boom Boom Kid. Para el nuevo trabajo, el rionegrino cambió el método y el proceso de grabación, y se armó una banda de lujo: Javier Malosetti (bajo), Sergio Verdinelli (batería) y Ariel Polenta (teclados y co-producción). En los discos anteriores, editados por su propio sello Viento Azul, él mismo se encargaba de grabar todos los instrumentos.
Para Constelaciones, Aristimuño se animó a romper con la sofisticación sonora, dejó por un momento atrás su estilo barroco y fue en busca de sonidos más puros pero igual de poderosos inspirándose en su propia infancia, buscando en su propio cielo la energía necesaria para hacer canciones.
"Este disco tuvo como eje los mensajes estelares, una energía más espiritual y mística. En donde recordé e hice hincapié en las personas que ya no vivían más en esta tierra, de algún modo utilizar cual método artístico estas constelaciones-canciones como mensajes, cartas que se dibujaban en el cielo".

 


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