Jueves 11 de abril 2024

A Winifreda le sobró un tiempo

Redacción 22/08/2016 - 00.55.hs

Los dirigidos por el Chueco Ramírez tuvieron una tarde brillante y son uno de los escoltas de All Boys. Por su parte, los de Tito Mansilla siguen sin enderezar el rumbo y se ubican últimos en la tabla.
Deportivo Winifreda goleó ayer por la tarde a Atlético Santa Rosa por 5 a 0 en calidad de visitante, en uno de los partidos correspondientes a la tercera fecha del Torneo Clausura de la Zona Norte de la Liga Cultural.
Los goles, todos en el primer tiempo, fueron convertidos por Enzo Furch, en dos oportunidades, Diego Lezcano, Franco González y Néstor Pacheco.
Si de ocho remates al arco, en 45 minutos, cinco van a la red, es imposible (o casi) que la historia y el resultado te jueguen en contra. Y eso fue lo que sucedió ayer en el Mateo Calderón. El Girasolero aprovechó en un 62,5% (regla de tres simple) las situaciones que generó sobre el arco de Bruno Michelena. Por lo contrario, el Albo tuvo la más clara en los pies de Ariel Abrigo con un remate que rozó el palo de José Luis Wiggenhauser. Una pobre actuación que solo tuvo para rescatar la entrega de Sabino Agüero en la mitad de la cancha, pero ni el volante pudo "contagiar" a sus compañeros que parecían perdidos en el terreno de juego.
Hubo dos claves en el encuentro. Una fue la flojísima defensa que aportó el local, y la otra, el poderío ofensivo y la efectividad que brindó el tridente compuesto por Furch, Lezcano y González. A eso hay que agregarle el buen aporte de los volantes visitantes, que se encargaron de distribuir bien la pelota y realizaron un correcto trabajo de recuperación.

 

Ráfaga de goles.
Tan solo cinco minutos se pudo ver ayer del buen juego al que apuesta Atlético. Comenzó ordenado, seguro y generando alguna que otra situación de riesgo. Pero fue solo eso, una realidad que en muy poco tiempo se convirtió en una verdadera pesadilla, porque el primer ataque en contra lo pagó caro.
En el primer gol los dirigidos por Ramón Ramírez decidieron atacar por la derecha. González desbordó por la banda, que no ofreció resistencia, y envió un centro que conectó de cabeza Lezcano. El uno local respondió bien, pero no pudo retener la pelota y el rebote fue nuevamente capturado por el Mudo, que ante un arquero rendido solo tuvo que empujarla.
Sin conformarse con el resultado, Winifreda fue por más. A los 18, una excelente jugada colectiva entre González y Lezcano terminó con un remate al ángulo por parte de Furch desde el borde del área.
Faltaba el del Chino, y a los 23 cantó bingo. Un lateral en ataque para la visita, acompañado por un mal despeje de un defensor albo, le quedó picando a González y, a pocos metros de Michelena, sacó una potente mediavuelta cruzada que se metió pegada al palo derecho.
A todo esto, Santa Rosa no hallaba explicación ni respuesta para tal situación, perdía demasiado rápido la pelota y lo único que parecía querer era que acabase la primera parte.
Y para colmo, seis minutos más tarde llegaba el de Pacheco. Otra mala salida del fondo de Santa Rosa derivó en una habilitación para el Turi, que en plena área grande y ante la mirada de los centrales contrarios, puso la pelota en el palo izquierdo de Michelena con un derechazo a media altura. Faltaba la frutilla del postre.
El encargado de cerrar la ráfaga de goles y llevarse un doblete del Mateo fue el hermano de Julio Furch. Casi en el final del primer tiempo y tras una muy buena jugada de González, que terminó en una falta al borde del área, Enzo ejecutó un tiro libre que se desvió en la barrera y le cambió la dirección al uno local, que solo pudo observar como la pelota cruzaba la línea de cal.
Se bajaba el telón del primer acto. Una historia, con final anticipado.

 

Tiempo de cambios.
Se debe aclarar que el subtitulo que el lector acaba de leer hace referencia al reemplazo de jugadores (suplentes por titulares), y no a una posible modificación en el rumbo del partido. Eso no existió, y los 45 minutos restantes sirvieron únicamente para ver a algunos jugadores que comienzan a tener rodaje en primera. Y alguna que otra patadita.
El Albo, desgastado físicamente, dejó pasar el tiempo mientras miraba como Winifreda atacaba como si estuvieran empatando. Llegaron algunas jugadas para ambos sin tanto riesgo, pero ya estaba todo dicho. Winifreda fue muy superior a su rival y se adueñó de una típica frase del fútbol: ganó, gustó y goleó.

 


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