Martes 16 de abril 2024

Amistad y su eterno renacer

Redacción 10/02/2016 - 05.23.hs

La próxima semana, Unión y Amistad comenzará a trabajar de cara a su participación en la Liga Cultural de fútbol. Con las carencias de siempre y las promesas que nunca se cumplen, el único capital con el que cuenta es el humano.
El Club Unión y Amistad ya tiene más de doce años. Nació como un sueño el 26 de septiembre de 2003, con el fútbol como excusa y el deseo de transformarse en el lugar de pertenencia de un populoso barrio como el Plan 5000. Pasaron muchos futbolistas, entrenadores, dirigentes y colaboradores; hubo alegrías -algunas impensadas como el ascenso a la Primera "A" de la Liga Cultural- y sinsabores; pero el "club" sigue siendo un sueño.
Hoy, como cada año, Amistad debe renacer para seguir viviendo; comenzar de cero para renovar esa ilusión de algún día ser una institución como tantas otras en Santa Rosa. Un dirigente, algunos colaboradores, un terreno con dos arcos y un grupo de jugadores con ganas de seguir poniendo el hombro para mantenerse en la elite del fútbol culturalista, es todo lo que tiene para arrancar.
Y también una innumerable cantidad de promesas, que llegan cada año de diferentes ámbitos pero que nunca se hacen realidad. Y que por lo tanto sólo sirven como para seguir soñando con el salón propio, la cancha de fútbol, los profes para enseñar deportes y otros tantos proyectos nunca concretados.

 

La realidad.
"No tenemos ni una canilla de agua en el predio", dijo alguna vez José Luis Gonzalía, el alma del club, que con su esfuerzo logró mantener con vida al fútbol de Amistad, una actividad que en cada inicio de temporada camina por la cornisa. Este 2016 no será la excepción, porque a medida que se acerque el debut en el Torneo Oficial de la Liga Cultural, también aparecerán los fantasmas económicos que amenazan con espantar cualquier intento por continuar.
En el espacio verde ubicado en Tita Merello y General Acha sólo se ven dos arcos, entre unos yuyos que en breve serán cortados porque el martes próximo el plantel comenzará a entrenar. Es todo lo que tienen para arrancar (la bomba de agua aún sigue ausente), además de algunas pelotas, conos y pecheras dispersas.
También están los entrenadores, Guido Carracedo y Telbi Vera, que seguirán al frente del equipo, y además un buen número de futbolistas -muchos de ellos del barrio o la zona-, que otra vez están dispuestos a dar todo para que el sueño siga en marcha.

 

Para el barrio.
El año pasado, unos 80 jugadores formaron parte de Unión y Amistad, entre los planteles de primera, reserva y las divisiones cuarta y quinta, que se completaron con chicos de Uriburu para poder de esa manera cumplir con uno de los requisitos necesarios para jugar en la Primera "A" de la Liga Cultural. Para este 2016 la intención es completar tres categorías de inferiores, con la posibilidad de sumar a juveniles de Ferro de Toay.
Serán, en total, unos cien futbolistas que representarán al club; siempre que "el" dirigente logre juntar los casi 25 mil pesos por mes que necesita para al menos poder estar; sumando -entre otros- gastos de viajes, seguridad y alquiler de canchas, porque la propia sigue siendo hoy una utopía.
Parece imposible de llevar adelante si se tiene en cuenta que el único recurso disponible es el humano. Pero estar cada domingo en una cancha es más que necesario para que Unión y Amistad siga en el tapete; para visibilizar los sueños de un barrio de unas 6 mil personas; para mantener vivo el sueño de algún día tener otros deportes y ofrecerse como un lugar de contención e inclusión; para ser un club con todas las letras.
Los futbolistas y su dirigente lo entienden así. Y por eso el martes 16 estarán presentes en el humilde predio para comenzar a darle forma al renacimiento 2016. Con el fútbol como excusa, para que desde más arriba también lo vean, y no se queden en promesas. Para que 2017 ya no sea un renacer, sino un crecer.

 

Lugar para todos.
Unión y Amistad se ha caracterizado por ser un equipo con espacio para todos, desde sus inicios y aún siendo parte de la elite de la Liga Cultural de fútbol. Un ejemplo actual es la presencia en el cuerpo técnico de Telbi Vera, que pasó a la historia como la primera mujer que llegó a dirigir en la Primera División culturalista. Otra muestra de inclusión es el lugar que se ha ganado el juvenil Joaquín Tobio, volante derecho de la reserva, que sufre una discapacidad asociada a la mudez.

 


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