Lunes 25 de marzo 2024

Anguilense le dio otro empujón al Azul

Redacción 24/09/2018 - 01.34.hs

Deportivo Anguilense le dio ayer un nuevo empujón a Sarmiento, al derrotarlo por 3-1 como visitante en uno de los partidos de la sexta fecha del Torneo Clausura de la Liga Cultural de fútbol, en la Zona Norte.
Roberto García puso en ventaja a Azul, ya en el complemento, pero el Fantinero lo dio vuelta por los goles de Claudio Ortiz, Alan Abraham y Marcos Zaldarriaga, en un cotejo disputado en el Fortín de Villa Elisa y que el local terminó con uno menos, porque a poco del final el árbitro Martín Ordoñez expulsó a Federico Pascal.
Con esta nueva derrota, la quinta en el Clausura y la duodécima en la temporada, Sarmiento quedó hundido en la zona roja de la tabla general, en posición de descenso directo y con apenas 9 unidades. Unión de Miguel Riglos, con 16, aparece penúltimo, por lo que para mantener a categoría el Azul necesitaría prácticamente un milagro, teniendo en cuenta que restan cinco jornadas.
Para Anguilense, en tanto, el triunfo le permite lograr el respiro que necesitaba para empezar a alejarse de la zona de riesgo (salió de la zona de Promoción), sacándole 9 unidades en la general a su vencido de ayer.

 

Por el aire.
El de ayer fue un típico partido de los que se ven en la cancha de Villa Elisa: cortado, friccionado, discutido, sin un dominador claro y con la pelota volando de un lado a otro, como tratando de escapar de la polvareda que se levantaba ante cada encontronazo.
Anguilense tuvo un mejor inicio, con Santiago Cejas ordenando el medio y algunas apariciones aisladas de Claudio Ortiz para aportar claridad. Con eso y algunas corridas de los voluntariosos Esteban Miranda, Alan Abraham y Luciano Andrada, a los dirigidos por Darío Mundo les alcanzó para ser un poco más en la primera parte.
A Sarmiento le costó acomodar su última línea, que sufrió en los primeros minutos (a los 8 Andrada desaprovechó un mano a mano con Franco Gregorio) y, producto de esos desacoples, le quitó confianza al equipo como para ir a buscar al campo contrario.
Igualmente a la visita no le sobró nada y, más allá de alguna aproximación aislada y aquella definición fallida de Andrada, sólo llegó con un remate de Ortiz que Gregorio despejó al córner.

 

En el pozo.
Para el complemento siguieron volando tanto la tierra como la pelota, pero en ese caso Sarmiento fue el que comenzó mejor. Con Matías Polanco más picante en ataque; la defensa y el mediocampo dieron un paso al frente y, apoyado en la entrega, el Azul logró que el juego se traslade al terreno del Fantinero.
A los 10 minutos esas ganas tuvieron su premio: Polanco envió un centro bravo al área y en medio de la multitud apareció la cabeza de García para conectar el balón y ponerlo junto a un palo, para el 1-0 local.
Sin embargo, la esperanza sarmientina duró apenas tres minutos. Cuando parecía que los de Celestino Maidana habían dado el paso al frente para empezar a sumar de a tres por primera vez en el Clausura, una desatención les tiró otra vez la pared abajo: no hubo acuerdo entre la última línea y el arquero para ir a buscar una pelota mansa que llegaba al área, y Ortiz aprovechó para picar al vacío y definir con clase para el 1-1.
El golpe fue duro de asimilar para Sarmiento. Las dudas se multiplicaron y enseguida llegó la mano del nocaut: Andrada picó sobre una banda tras un lateral, llegó hasta el fondo y sacó un centro bajo que Abraham empujó a la red para el 2-1 de Anguilense.
El partido volvió a perderse entre la tierra y los choques, y se fue calentando con el consentimiento del árbitro Ordoñez, que dejó golpear demasiado (incluso hubo varios manotazos que prefirió obviar). Pero el resultado nunca estuvo en riesgo para la visita, que se paró bien atrás y cerró los caminos de tal manera que el confundido Sarmiento no pudiera entrar.
En el descuento llegó la expulsión de Pascal por un exabrupto verbal y luego el raro gol de Zaldarriaga, que empujó en soledad una pelota perdida tras un salto entre Gregorio y Andrada, cuando los locales reclamaban falta al arquero. Anguilense se fue feliz porque se alejó de la zona roja; Sarmiento volvió a morder el polvo y no puede salir del fondo del pozo.

 


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