Lunes 15 de abril 2024

Derrota, escándalo y vergüenza

Redacción 05/11/2016 - 01.09.hs

All Boys se despidió de la peor manera ante su gente. Jugó mal, perdió ante un equipo quizás inferior desde lo futbolístico pero mucho más inteligente para manejar los momentos de tensión, y al final protagonizó un verdadero escándalo con piñas y patadas volando por todos lados, que primero atemorizó a todos y luego avergonzó a propios y extraños.
Hubo de todo en esa gresca generalizada entre jugadores e integrantes de los cuerpos técnicos de los dos equipos, pero sin dudas el que más perdió fue el Auriazul, porque a la derrota en cancha le sumará varios futbolistas suspendidos para ir a una de los terrenos más difíciles de la categoría, el de Sansinena, en el que en la última fecha deberá buscar la victoria para clasificar a la próxima instancia.
El resultado final a favor de Tiro Federal de Bahía Blanca fue 3-0, por los goles de Cristian Verona en dos ocasiones y Franco Lefinir, de penal. Un gran número de gente se acercó anoche al Dr. Ramón Turnes a presenciar un partido definitorio para las aspiraciones de All Boys, que llegaba hasta con la chance de clasificar a la próxima instancia si se daban otros resultados en los partidos que le restan a la fecha.
Sin embargo, todos se llevaron una decepción gigante, y la peor imagen de un equipo que arrancó el torneo en gran nivel y fue perdiendo esencia con el correr de los partidos. Y que incluso ayer arrancó bien, dominando, pero poco a poco se fue enojando con una impresentable terna arbitral encabezada por Alejandro Berruti (mal para los dos lados), y terminó superado por un Tiro con mañas y experiencia en paradas bravas.

 

La derrota.
All Boys comenzó bien. Con Mauro Barreiro en buen nivel, manejando los hilos de mitad de cancha hacia adelante, el local dominó los minutos iniciales. Sin embargo, se excedía en el traslado y terminaba chocando con la bien parada defensa visitante.
Además, Tiro encontró rápidamente la manera de jugar el partido, aprovechando la desesperación del rival y saliendo de contra ante la casi siempre descolocada última línea local.
En ese contexto se fue calentando el ambiente, porque los bahienses demoraban el juego, perdían tiempo en cada pelota parada y enredaban las acciones, ante la permisividad de Berruti y sus asistentes, a quienes en todo momento los superó el contexto.
All Boys cayó en la trampa, porque empezó a protestar en lugar de jugar. Y sobre el final de la etapa lo pagó caro, cuando en una contra Lucas Vassallo no llegó a tapar la trepada de Lefinir, Matías Boto tuvo que salir lejos a cortar y la pelota le cayó a Verona, que con el arco libre definió.
El regreso desde los vestuarios continuó con la misma tónica. El Auriazul nunca pisó el freno. Insistió chocando y peleando contra las mañas del rival y algunas injusticias del árbitro, y a los 10 minutos volvió a sufrir un gol en contra: Verona ganó en el área ante los centrales, eludió a Boto en gran acción y definió para el 2-0.
El partido prácticamente se terminó. Buscó el local y tuvo algunas chances, pero enseguida se fue expulsado Darío Seip por un golpe a Mauro Martínez, y todos enloquecieron. Incluso debió ver la roja Boto por un patadón que Berruti perdonó.
A los 30 minutos llegó el tercero a través de Lefinir, que transformó en gol un penal que Jeremías Guzmán le cometió a Gabriel Jara. Y no hubo para más, salvo algunas patadas y empujones que el pésimo Berruti permitió.

 

Bochorno.
Cuando el encuentro finalizó, algunos cruces de palabras entre los jugadores terminaron en una batahola. Guzmán agredió a un rival y varios de sus compañeros se prendieron en la gresca, corriendo a los jugadores de Tiro por toda la cancha, con piñas, patadas voladoras y agresiones de todo tipo. Y cuando todo parecía haberse calmado, algunos jugadores de All Boys "emboscaron" a los de Tiro en el túnel que va a los vestuarios y otra vez comenzaron los golpes. Un escándalo por donde se lo mire.
Guzmán, Barreiro, Ibáñez y Arriola, entre otros, serían los informados por el impresentable Berruti, que dirigió muy mal. Pero peor fue los de los futbolistas, que dejarán un equipo diezmado para ir a General Cerri a buscar una clasificación que ahora se ve lejana. Por eso lo de anoche sonó a despedida. Y de la peor manera.

 

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