Jueves 25 de abril 2024

Volvió el volovelismo

Redaccion 07/03/2021 - 21.13.hs

Después de seis años, el club de Planeadores Santa Rosa volvió a formar nuevos pilotos de volovelismo, que rindieron el último examen el pasado fin de semana, en dos jornadas llena de emociones y de nostalgia. Y no fue para menos, atrás quedaron años muy duros, de incertidumbre a partir del incendio que sufrió en 2015.
Hoy el club se encuentra trabajando a pleno, cumpliendo con los protocolos sanitarios por el coronavirus. Sus socios realizan vuelos deportivos y recreativos, y nuevamente funciona la escuela de pilotos, el último paso que restaba para recuperar la mística de la tradicional entidad, que desde su campo de vuelo ubicado a la vera de la ruta Nacional 5 se han realizado reconocidos festivales aeronáuticos y competencias nacionales de volovelismo.
El pasado viernes y sábado rindieron ante un inspector de la ANAC (Administración Nacional de Aviación Civil) los últimos exámenes teóricos y prácticos los pilotos de la escuela de volovelismo del club de Planeadores Gabriel Jelabert y Eduardo Martínez. Además, Macarena Lotto se recibió de instructora de vuelo; y se rehabilitaron Rubén Pierrone y Alejandro Hernández, pilotos de planeador y de avión remolcador, respectivamente.
La entrega de las libretas a los nuevos pilotos fue un momento de enorme satisfacción para los dirigentes y socios del club. El último acto había sido en 2014, y luego se interrumpió por dicho incendio.

 

Emocionados.
«Fueron dos días de felicidad para nosotros. Ver que todo vuelve a funcionar como antes nos llega de alegría. Era el último paso que teníamos que dar, y nos parece mentira», dijo en diálogo con LA CHUECA Carlos Arab, presidente del club de Planeadores Santa Rosa.
Arab recordó que en 2014 fue la última vez que se entregaron licencias de nuevos pilotos en la entidad. Al año siguiente las clases se vieron interrumpidas en junio por el incendio y los alumnos debieron rendir el último examen en un club en otra provincia.
Agregó: «Hoy el club está funcionando normalmente, con tres planeadores, uno biplaza de escuela, uno monoplaza para entrenar y uno de competición, el que se utiliza para los torneos de volovelismo a nivel nacional. Después de seis años ver lo que fuimos capaz de lograr es emocionante para todos».
El dirigente comentó que se está viviendo a pleno la temporada de vuelo, aprovechando las bondades que brinda La Pampa con su clima para esta época. «Se viene volando a pleno, con días de excelentes térmicas. Nos ayuda para que haya más actividad, para que la escuela pueda cumplir con sus clases y que los demás pilotos puedan aprovechar también para sumar horas de vuelo. La verdad que estamos muy contentos».
Recordó que lo único que no pudo concretarse fue el Encuentro Nacional de Vuelo a Vela que estaba programado para diciembre del año pasado, en el que participarían pilotos de todo el país. «No se pudo hacer este certamen por la pandemia del coronavirus, pero fue algo que escapó de nosotros. Fue una pena, y esperemos que se pueda hacer este año también en diciembre».
Por último, Arab afirmó que al compás del regreso de las actividades se fueron sumando nuevos socios al club y volvieron pilotos. «Muchos pilotos se readaptaron y están volando. La actividad social está a pleno, se trabaja constantemente en mantener las instalaciones y las aeronaves. A la par, seguiremos formando volovelistas, que pondrán dar el último examen dentro de cinco meses. Estamos con mucho entusiasmo, y es lo importante».

 

El resurgir.
El club de Planeadores Santa Rosa logró resurgir de las cenizas. En 2015 sufrió un incendio, se le quemaron 2 hangares y varias aeronaves, entre ellas dos planeadores, uno monoplaza y uno biplaza de instrucción. A partir de ese momento el futuro parecía incierto. Sin embargo, el compromiso, el trabajo y el esfuerzo de los socios dio sus frutos y hoy la entidad atraviesa por un buen momento.
El primer gran paso que dio la entidad fue adquirir en Polonia dos planeadores para reemplazar a los que habían sido devorados por el fuego. Las dos aeronaves llegaron en febrero de 2018 y recién pudieron ser habilitados para la escuela de pilotos hace escasos meses, un trámite que llevó más de la cuenta. En medio, el club debió afrontar el mantenimiento del avión remolcador, que tuvo un costo de más de 360 mil pesos, y rebuscárselas para mantener el enorme predio y la pista.
Para colmo, la poca actividad que había comenzado a principios de 2020 se frenó por el aislamiento social preventivo y obligatorio por la pandemia del coronavirus. Pero nadie bajó los brazos y los sueños siguieron intactos.

 

' '

¿Querés recibir notificaciones de alertas?