Martes 09 de abril 2024

Las individualidades no alcanzaron

Redacción 14/07/2014 - 03.41.hs

La seguridad del arquero Sergio Romero; la firmeza de la dupla central Martín Demichelis-Ezequiel Garay -pese al desacople en el gol- y el esfuerzo de Javier Mascherano esta vez no le alcanzaron al seleccionado argentino para evitar la derrota con Alemania en el tiempo suplementario de la final del Mundial Brasil 2014.
Esa pelota rematada por Mario Götze en el minuto 7 del segundo tiempo extra hizo estéril el buen trabajo defensivo del equipo de Alejandro Sabella, al que le indudablemente le faltó peso ofensivo y contundencia para concretar el sueño del tercer título.
Antes de sufrir el gol que sumió a la nutrida hinchada argentina en la desolación, Romero tuvo tres intervenciones vitales para sostener el cero que parecía cristalizarse hasta la tanda de penales. En esa tarea, también fueron importantes Demichelis y Garay, impasables en el juego aéreo y bien complementados para cerrar los espacios ante un rival inteligente para utilizar todo el ancho del campo en ataque.
Mascherano, el símbolo de la garra argentina en Brasil 2014, redondeó otra dignísima actuación, pero la imagen final de la tarde volvió a mostrarlo incrédulo y resignado, como sucedió en Alemania 2006 y en Sudáfrica 2010.
Lionel Messi, por su parte, jugó una final irregular y no pudo escapar de la tendencia decreciente que mostró en la Copa FIFA 2014, acaso agotado física y mentalmente tras una floja temporada en la que perdió el Balón de Oro a manos del portugués Cristiano Ronaldo.

 

Uno por uno.
Sergio Romero (7): Jugó un buen partido y cerró un gran Mundial pese a la desconfianza que pesaba por su falta de continuidad en el Mónaco. Clave en tres tapadas antes del gol: dos a André Schürrle y otra a Toni Kroos.
Pablo Zabaleta (6): El jugador de Manchester City cumplió una aceptable tarea defensiva, complementado con los marcadores centrales. Mostró mucha concentración para la marca, al margen de que el gol alemán se gestó con un desborde por su sector.
Martín Demichelis (6): Un partido casi sin fisuras. Atento para los relevos, seguro en el juego aéreo y rápido para los cruces. Aunque le ganaron la espalda en el gol, desde su ingreso al equipo por Federico Fernández, el seleccionado ganó confiabilidad defensiva en el Mundial.
Ezequiel Garay (7): Otra sobria actuación del futbolista recientemente transferido al Zenit San Petersburgo. Tiempista y firme frente a los peligrosos delanteros del nuevo campeón del mundo, pese a que no se complementó bien con Demichelis en la jugada del gol.
Marcos Rojo (6): Comenzó con dificultades por las proyecciones de Philipp Lahm, pero con el correr del partido, especialmente en la parte final, recompuso su imagen. Tenaz para la disputa de cada balón.
Enzo Pérez (5): Durante el primer tiempo ocupó el sector izquierdo y sufrió con las subidas del lateral Philipp Lahm. Su tendencia a desplazarse hacia el interior le dejó un peligroso callejón al jugador de Bayern Munich, que llegó sin demasiada oposición al mano a mano con Marcos Rojo. En el segundo, con el cambio de esquema a 4-3-3, se ubicó por la derecha y se acomodó mejor al funcionamiento colectivo. Poca participación ofensiva.
Lucas Biglia (5): Solidario para la marca y las coberturas defensivas, pero un poco inseguro en la administración de la pelota. Con el retraso de las líneas, muchas veces no encontró receptores.
Javier Mascherano (6): Nuevamente fue el emblema del equipo. Su enorme esfuerzo merecía el título. Entregó hasta la última gota de sudor, se multiplicó por todo el frente defensivo, barrió y cubrió. Falló en algunas entregas y no alcanzó a Schürrle en la corrida que derivó en el gol de Alemania. Igualmente, una tarea incuestionable.
Ezequiel Lavezzi (6): Jugó un buen primer tiempo pero pagó con su salida la decisión de Alejandro Sabella de cambiar la táctica con tres delanteros para el segundo tiempo. En los momentos que Alemania ahogó la salida, se transformó en un bálsamo con su corridas para liderar contraataques. Defensivamente ocupó los espacios como exigió el entrenador.
Lionel Messi (6): Jugó una final irregular, por debajo de las expectativas que Argentina tenía depositadas en él, aunque no mereció ningún señalamiento. Lo mejor de Argentina en ofensiva se generó en sus arranques. Le faltaron socios en la primera parte y también un poco de energía, como en los últimos tres partidos de la Copa del Mundo.
Gonzalo Higuaín (4): Imposible no vincular su calificación al increíble gol perdido en el primer tiempo. Ocurrió a los 21 minutos, cuando recibió una habilitación involuntaria de Toni Kroos. Quedó perfilado a la carrera, con el arco de frente y remató pifiado de derecha. Fue la única clara que tuvo.
Sergio Agüero (4): Flojo, como su nivel en todo el Mundial, del que marchó sin anotar goles y con una lesión muscular en el último partido del Grupo F. No fue socio de Messi y decidió mal en todas sus participaciones ofensivas.
Rodrigo Palacio (4): Como ante Holanda en la semifinal, tuvo una inmejorable ocasión para abrir el marcador dentro del área pero falló. Esta vez, un control largo, lo obligó a definir forzado y desviado por encima de Manuel Neuer.
Fernando Gago (5): Una tarea intrascendente, tanto en la contención, que no es su fuerte, como en la administración de la pelota.

 

Lahm fue el mejor de Alemania.
El delantero Mario Götze se llevó todos los aplausos a partir de su gol para el triunfo de Alemania sobre Argentina (1-0) en la prórroga de la final del Mundial Brasil 2014, aunque a lo largo del partido el más destacado de la selección europea fue el capitán Philipp Lahm.
Götze, que ingresó en el segundo tiempo en lugar de Miroslav Klose, aprovechó un desborde de André Schürrle por la izquierda, bajó la pelota con el pecho y definió de zurda cruzado para marcar el tanto decisivo. El delantero no había tenido una actuación destacada hasta el gol. En la única jugada con la que había contado, en el segundo tiempo, dudó ante una posibilidad clara de frente al arco y terminó disparando suave a las manos de Sergio Romero.
Pero más allá del goleador, la figura fue Lahm, quien desde su posición de marcador de punta izquierdo generó la mayoría de las posibilidades de su equipo en el primer tiempo. Sus proyecciones fueron una tortura para Enzo Pérez y Marcos Rojo.
También se destacaron la seguridad del arquero Manuel Neuer, la entrega y mando de Bastian Schweinsteiger y el juego claro de Mezut Özil. En cambio, no tuvieron su mejor tarde los goleadores Thomas Müller y Miroslav Klose.

 


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