Miércoles 10 de abril 2024

Los Cerezal campeones

Redacción 05/09/2019 - 01.46.hs

El binomio compuesto por Gerardo "Caíto" Cerezal y Leonor "Leito" Cribelly se coronó campeón del sexto torneo Nacional La Familia de Bowling, que se jugó el pasado fin de semana en Mar del Plata.
El certamen de bowling palo chico por parejas se llevó a cabo con las 40 mejores duplas del país, que fueron divididas por zonas. El escenario fue el club Libertad, cuyas canchas supieron estar en Bolívar.
Cerezal junto a su pareja tuvieron un desempeño brillante y se dieron el gusto de ocupar el escalón más alto del podio. En la edición 2017 de dicho certamen, los pampeanos finalizaron terceros, en tanto que en los años anteriores habían avanzados hasta ser eliminados octavos, cuartos y semifinales.
El fin de semana, la dupla pampeana fue pasando de zona ganando todos los partidos; sufriendo una sola derrota, cuando ya estaba clasificada para la final de cinco equipos. En esta última instancia otra vez el binomio fue imparable, triunfando en todos los encuentros para festejar el título.
"Con mi señora no estábamos atravesando un buen momento en cuanto a juego. Veníamos sin entrenar, pero cuando supimos de este torneo nos preparamos y la verdad que no fue brillante", dijo Cerezal.
Cerezal enfatizó en diálogo con LA CHUECA: "Es la primera vez que podemos ganar con mi señora en Mar del Plata. En otras temporadas jamás pudimos triunfar ni en individuales, parejas o tríos.. Además, Leito marcó un récord en la rama femenina al marcar las diez casillas. "Esto quiere decir que en cada uno de sus turnos, tiró todos los palos con una bocha (strike) o dos bochas (media strike).
-¿Cuál fue la clave de la victoria?
-Nos cayó bien la cancha, y nosotros estuvimos brillantes. Son esos fines de semana que salen todas. Tuvimos un promedio de 136, que es excelente.
-¿Qué tienen pensado para el futuro en el bowling?
-Esta victoria nos dio un impulso anímico. Nos dimos cuenta que nosotros respetamos a los rivales, pero ellos también a nosotros. Veníamos de un bajón, porque cuando uno no juega se va poniendo un freno.

 

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