Lunes 15 de abril 2024

Noche de recuerdos en Villa Alonso

Redacción 21/10/2016 - 01.29.hs

Fue también un mes de octubre, pero de 1976, cuando General Belgrano iba a terminar con una supremacía de más de una década de All Boys, y le iba a ganar los dos partidos finales por el desempate de la zona Centro de la Liga Cultural para quedarse con el titulo después de 22 años de espera.
Se enfrentaban dos buenos equipos -los mejores del momento-, pero también dos estilos. El All Boys con los últimos destellos de aquel equipo que era La Pampa en tantos torneos regionales; y el General Belgrano que había forjado Nelson Festa, lleno de juveniles que llegaban para protagonizar el gran cambio. Y lo iban a conseguir.
Enfrente ya no jugaban Colores Facio, ni Pity Kraemer, ni atajaba Elías Galant, pero quedaban varios de aquellos que marcaron una época, como Edilio Zabala, El Gato Villalba, Aldo Bafundo y algún otro.
Del lado de los de Villa Alonso un equipo bisoño, con alguno un poco más veterano -sólo un poco- como Orfel Blanc o Alfredo Geringer. Y después muchos juveniles, como los hermanos Gustavo y Miguel Díaz, Luis Cora, Hugo Pérez, Roberto Mariani, Chachi García, El Ñoqui Lescano, Pitu Geringer, Horacio Rosales y Raúl Mansilla. Y también alternaban Luis Moreno, José Muse y Ricardo Valcarcel.

 

Dos estilos diferentes.
Los dos venían de ganar sus últimos compromisos: All Boys en Victorica 2 a 0 a Cochicó; y Belgrano de golear a Simón Bolívar por 8 a 2.
¿Cómo jugaban? All Boys era la cadencia, la pelota bien tratada, pero a un ritmo cansino -que caracterizaba a esa época que se estaba yendo-, y General Belgrano expresaba la revolución que imponían esos muchachitos que no sólo jugaban bien sino que, además, le ponían un vértigo que ponía incómodo a un conjunto alboyense más pesado, más lento. Situación que se tornaba más evidente aún cuando los dirigidos por Festa podían ponerse en la actitud de contragolpear. Allí Horacio Rosales -actual presidente de Belgrano-, y Miguel Díaz hacían valer su velocidad. Alfredo Geringer era un poco el cerebro; Roberto Mariani el esfuerzo; y el resto acompañaba porque en general todos manejaban bien el balón. En la valla Gustavo Díaz mostraba su seguridad, y le dejaba pocos resquicios a "Maravilla" Aguerrido, su suplente, para que pudiera jugar.

 

Dos goles presidenciales.
El primer partido en cancha de All Boys fue para la visita, que se impuso 2 a 0 con goles de Rosales. Fue la ratificación de lo sucedido en el último partido que los había enfrentado semanas antes por el campeonato, en que los de Festa habían ganado por 3 a 1.
En la revancha, en el estadio tricolor, una enorme cantidad de espectadores siguió un partido que tenía, ahora sí, un candidato. El equipo local, dirigido por Nelson Festa, ya afianzado con el triunfo en el partido de ida, alineó a Gustavo Díaz; Luis Cora, Hugo Pérez, Juan Carlos Lezcano y Jorge García; Roberto Mariani, Orfel Blanc y Alfredo Geringer; Horacio Rosales, Miguel Díaz y Raúl Mansilla. Luego ingresó Luis Moreno.
Por All Boys se alinearon: Juan Carlos Sánchez, Jorge Cufré, Jorge Farrán, Hugo García y Angel Bustos; Aldo Bafundo, Luis Ledesma y Orlando Santos; César Losino, Félix Omar Villalba y Vicente Fraile. El técnico era Osvaldo Biaggio.
Fue 3 a 2, con goles de Rosales en dos oportunidades, y de Miguel Díaz, para poner una distancia enorme en el primer tiempo; aunque en la segunda parte All Boys iba a descontar por intermedio de Santos y Hugo García.

 

Vuelta y festejo.
Decía LA ARENA del día siguiente del último partido: "Vuelta olímpica primero por los jugadores; más tarde con los parciales a los que se permitió el acceso al field. Celebración ruidosa, pero con corrección; Festa llevado en andas, y como buena rúbrica pese a las asperezas del partido, los aplausos y las felicitaciones de los jugadores de All Boys a sus adversarios campeones. Veintidós años desde aquel lejano 1954 en que Belgrano fue campeón liguista, hacen comprensible este bullicioso festejo, que además es el pleno reconocimiento a un equipo que a lo largo del año, y en estas finales, demostró su superioridad y el reencuentro del fútbol local, en cuanto este es un elenco de futuro, formado en el propio club tras muchos años de constante y paciente labor", decía el cronista después de ese partido.
Ha pasado mucho tiempo de aquel campeonato que, de alguna manera, cambió el fútbol lugareño, porque terminó con una hegemonía auriazul que casi no tuvo rivales durante muchísimo tiempo. Fue, al cabo, el comienzo de una nueva era que, también, y con la base de esos jugadores -y de otros surgidos en las inferiores- le darían muchas más satisfacciones al tricolor de Villa Alonso. Esta noche se reunirán, para evocar jugadas, goles y anécdotas, y por qué no hacer un repaso de compañeros y rivales... Será, sin dudas, una noche para una cálida y linda remembranza... (M.V.).

 

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