Domingo 14 de abril 2024

Una gran tristeza; se fue Leo Fernández

Redacción 09/04/2015 - 03.52.hs
Consternación, incredulidad y dolor produjo el fallecimiento de Leo Fernández a los 45 años. Una multitud, compuesta por amigos, colegas, jugadores de fútbol y compañeros de trabajo, se hizo presente en la sala velatoria para acompañar a su familia y expresar las condolencias de quienes lo conocieron y lo apreciaron. Será sepultado hoy, a las 11.
Es que Leo supo hacerse querer desde el mismo momento que llegó a Santa Rosa, porque mostraba una enorme humildad y cordialidad, y siempre se manejó con absoluta honestidad, por lo que su deceso caló muy hondo en la comunidad futbolera.
El entrenador, que el lunes último -apenas comenzada su primera práctica con la primera división de All Boys de Santa Rosa-, tuvo un paro cardiorrespiratorio, había sido intervenido quirúrgicamente y permanecía internado en una clínica local y ayer, alrededor de las 10, después de sufrir algunas complicaciones, se precipitó el final.
Su deceso enluta a la familia que conformaban con su esposa Silvina Gabriela Pérez -ex jugadora de cestoball de Belgrano- y sus hijos Matías -también jugador de fútbol-, Nicolás y Martina.
Leonardo Andrés Fernández era su nombre completo. Había llegado a Santa Rosa allá por 1998, tentado por los hermanos Mac Allister, para jugar el Torneo Argentino B con General Belgrano (cuando dirigía Alfredo Sauro). Venía a cumplir con el último tramo de una carrera futbolística que había comenzado en su Empalme Villa Constitución natal, en Santa Fe, donde había jugado en primera división a los 14 años. Después la vida en Rosario, inferiores en Newell's, el paso a Argentinos Juniors para debutar a los 19 años en el círculo privilegiado.

Con la Banda Roja.
Dueño de un buen físico, y de un fútbol práctico e incisivo, Leo se destacó ese primer año en el club de La Paternal; y al siguiente -como parte de una operación que incluía al Checho Batista, por entonces en Núñez, y que volvía a Argentinos-, pasó a préstamo a Ríver Plate.
Leo, el pibe que soñaba con jugar en el fútbol grande, se daba el gusto de llegar a la entidad de la que había sido simpatizante desde siempre. Y allí lo esperaban nada menos que Daniel Passarella como entrenador, el profe Ricardo Pizarotti, y en el plantel jugadores de la talla del Flaco Passet, Hernán Díaz, El Negro Astrada, Sergio Berti, y hasta tuvo la posibilidad de compartir algunas prácticas con Ramón Díaz, cuando éste regresaba al fútbol argentino. En el "Millo" creyó en un principio tocar el cielo con las manos, con su debut con dos goles frente a Belgrano de Córdoba, y uno más el domingo siguiente a Rácing. Luego de algunas diferencias con el preparador físico Pizarotti, sólo pudo completar una decena de partidos en la banda y regresó a Argentinos Juniors.

 

Largo periplo y llegada a La Pampa.
Más tarde iniciaría una recorrida que lo llevó a Nueva Chicago -lo dirigió el Pipa Higuaín, con quien había compartido plantel en Ríver-, Deportivo Cuenca de Ecuador donde fue goleador y campeón; Cerro de Montevideo y Cipolletti. En el final del fútbol grande un paso por el Panionio de Grecia, y el regreso a Buenos Aires, decidido a dejar la actividad pese a una buena oferta de Chacarita Juniors.
Se decidió a venir a jugar a General Belgrano para el Argentino A de la temporada 1997-1998, invitado por El Pato y Colores Mac Allister, a quienes conocía de Argentinos Juniors. Cuando llegó a Santa Rosa sentenció: "De aquí no me voy nunca más".
Se quedó encantado con la ciudad y con su gente, y en alguna nota que le hicimos aseguró que se sentía "un pampeano más", y que después de andar por tantos sitios este pasaba a ser su lugar en el mundo.
También disputó algunos partidos con la camiseta de All Boys, jugó en Guatraché, y dijo basta. Lo esperaba la dirección técnica, porque tenía conocimientos y carácter para ejercer la profesión.
Pasó por diversos clubes, por el Deportivo Mac Allister, General Belgrano, Lonquimay Club, y esta misma semana iba a asumir uno de los desafíos más importantes en All Boys. Y pasó lo que pasó.

 

Un hombre familiero.
En una nota que le hice allá por 2011, Leo contó acerca de su carrera y de su llegada a nuestro fútbol.
Decíamos entonces que uno va siendo en la vida lo que se propone, y muchas veces apenas lo que puede. De chiquilín uno imagina, fantasea con la vida y el destino, y después la realidad lo va ubicando en el lugar justo. Y al referirme a Leo decía que era "un tipo simple, que hace de la familia y el fútbol su mundo. Sin el apoyo de Silvina, el de mis hijos, el fútbol, no sería posible. Ella me cambió la vida, porque estuve demasiado tiempo solo, lejos de mi familia, y eso me marcó", contaba aquella vez.
Le gustaba hablar de fútbol, y se apasionaba con los recuerdos de algún jugador, de un equipo, de una anécdota. Lo conocí una tarde en la canchita del Estadio Municipal, en un picado del que también formaban parte los hermanos Mac Allister. En un momento, apretado en defensa, no tuvo empacho en tirar la pelota afuera. "¡Pibe! ¡Vos no jugaste en Ríver!", le reproché. No me conocía y apenas atinó a un: "Sí señor", con esa amabilidad que era una característica de su personalidad. Nos reímos bastante por esa practicidad -¡tirar la pelota afuera en un picado!- tan lejos del fútbol casi de fantasía que siempre caracterizó al equipo de Núñez. Había llegado hacía poco a Santa Rosa para jugar en Belgrano, después de pasar por la Isla de Chipre.

 

Enamorado de la ciudad.
"Sí, me enamoré de la ciudad, y siempre pensé que era el lugar donde quería que crecieran mis hijos... ya tenía a Matías -nació en Ecuador-, y aquí llegaron los otros dos. La gente de Santa Rosa me abrió las puertas, y me siento un pampeano más. Me dieron mi lugar, trabajé con responsabilidad (en la Dirección de Deportes, y en clubes de fútbol) y me adapté... no me voy más", reiteraba.
"Me preguntás con qué sueño. Sabés, siempre estuve lejos de mis afectos, de mi familia. Me ilusiono con llegar a viejo rodeado de mi familia, de mis hijos, de la mayor cantidad de familiares. Ser el abuelo de una gran familia. Sí, con eso sueño. ¿Te parezco tonto?", confiaba.
No pudo ser. Se fue Leo. Queda una gran pena, una enorme tristeza. (M.V.)

 

Mac Allister: "Amigo, te voy a extrañar"
Cientos de mensajes de despedida para el entrenador de All Boys, Leonardo Fernández, colmaron las redes sociales, una vez conocida la noticia de su fallecimiento. Futbolistas, ex futbolistas, dirigentes, entrenadores, instituciones funcionarios, políticos, entre otros, se expresaron a través de Facebook y Twitter.
El director técnico de General Belgrano, Patricio Mac Allister, compartió una foto cuando jugaron juntos en Argentinos Juniors y escribió: "Chau amigo, te voy a extrañar!. Nos dijimos cosas muy lindas que sentíamos mutuamente en los últimos días. Se me vienen todos los recuerdos a la cabeza, tantas cosas que pasamos juntos...Siempre supe lo que me querías y siempre supiste lo que yo te quería a vos!! Te voy a extrañar!! Gracias por todo. Descansa en paz!!".
El club All Boys y La Barranca, donde se desempeñaba como coordinador del fútbol infantil, manifestaron sus condolencias ante la pérdida del entrenador y suspendieron las actividades. Además, los clubes Mac Allister, General Belgrano, Atlético Santa Rosa, Centro Empleados de Comercio, Guardia del Monte de Toay, Racing de Eduardo Castex, entre otros, se sumaron de una u otra manera al luto por el fallecimiento de Fernández.
Por su parte, la Mesa Directiva de la Liga Cultural de Fútbol, que ayer permaneció cerrada por duelo, envió sus condolencias a los familiares de Fernández, que se desempeñaba también como delegado del club La Barranca.
El diputado nacional, Carlos Mac Allister expresó en su cuenta oficial de Twitter: "Falleció Leo Fernández, un gran compañero y muy buena persona. Lo vamos a extrañar".
La noticia de la muerte de Leo Fernández repercutió también a nivel nacional y distintos medios partidarios de Argentinos Juniors y de River Plate, clubes de primera división por los que pasó, lo recordaron de distinta manera.

 


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