Miércoles 27 de marzo 2024

Ataques ya causaron 364 muertos

Redacción 30/12/2008 - 03.23.hs

"Los socios internacionales y regionales no han hecho demasiado. Deberían hacer más", dijo el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, a modo de reproche a los líderes mundiales por su pasividad ante la gravedad de la situación.
Israel bombardeó ayer la Franja de Gaza por tercer día y se alistaba a sumar sus tanques a una "guerra hasta el final" contra el grupo palestino Hamas que ya dejó al menos 364 muertos y provocó protestas de diversos líderes mundiales. El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, llamó a los gobernantes del planeta a trabajar para frenar una "violencia inaceptable".
La cifra de víctimas de los tres días de bombardeos trepó ayer a 364 muertos y 1.550 heridos, según fuentes médicas de Gaza. La ONU dijo que 62 de los muertos eran civiles, incluyendo 21 niños, mientras que fuentes hospitalarias informaron que ocho menores de 17 años murieron en dos bombardeos separados.
El presidente palestino, Mahmud Abbas, que dirige un gobierno moderado en la Franja de Gaza desde que Hamas expulsó a sus fuerzas de Gaza, el año pasado, pidió a la comunidad internacional detener la "agresión" de Israel. Exhortado por el Consejo de Seguridad de la ONU, Israel abrió ayer uno de los pasos fronterizos de Gaza y permitió el ingreso de unos 40 camiones con alimentos y medicinas a la empobrecida región de 1,4 millones de habitantes, informó el ejército israelí. Egipto también abrió sus fronteras y autorizó el paso de camiones con ayuda humanitaria hacia la ciudad de Rafah.

 

Hamas.
Un líder de Hamas en el exilio en Damasco, Siria, dijo que no podrá haber conversaciones sobre una tregua mientras Israel no ponga fin a la ofensiva y reabra los pasos fronterizos de Gaza. "Necesitamos nuestra libertad y necesitamos ser independientes. Si no logramos este objetivo, entonces tenemos que resistir", dijo este dirigente, Abu Marzuk, citado por la cadena de noticias CNN. Una tregua de seis meses entre Israel y Hamas expiró el viernes pasado, pero los palestinos se negaron a renovarla tras acusar a Israel de violarla.
En la sede de Naciones Unidas, Ban se declaró "profundamente alarmado por la escalada de violencia dentro y en torno a Gaza". "Esto es inaceptable. Tanto Israel como Hamas deben frenar sus actos de violencia y debe declararse un cese al fuego de inmediato", agregó.
Ban dijo que habló con numerosos líderes mundiales, pero, en un abierto reproche, dijo: "Los socios internacionales y regionales no han hecho demasiado. Deberían hacer más".
Además de protestas en la calle y frente a embajadas israelíes no sólo en todo el mundo árabe sino también en Londres, París, Nueva York y otras grandes ciudades de Occidente, la ofensiva también tuvo consecuencias diplomáticas. Turquía anunció ayer que pondrá fin a la mediación de paz que realizaba entre Siria e Israel, un día después de que la propia Siria comunicara que interrumpía los coloquios.

 

Testigos.
Anwar Baalucha estaba durmiendo cuando la mezquita vecina se derrumbó sobre su casa tras un ataque aéreo israelí. Al levantarse, descubrió los cadáveres de cinco de sus hijas bajo los escombros. El techo de chapa ondulada de la modesta casa se derrumbó bajo el peso de las ruinas de la mezquita, golpeada el domingo por la noche en el mísero campo de refugiados de Jabaliya, en el norte de la franja de Gaza. Cinco hermanas de la familia Baalucha, Jawaher, de 4 años, Dina, de 8, Ikram, de 14 y Tahrir, de 17, murieron bajo los escombros.
Apoyándose en dos parientes, el cuerpo cubierto de equimosis y de heridas, Anwar avanza lentamente en el cortejo fúnebre en Jabaliya. "Estábamos durmiendo cuando oí una enorme explosión y la mezquita se nos derrumbó encima, de golpe", relata. "Estaba con mi mujer, mi hijo de año y medio y mi hija de 15 días en una habitación y siete otras hijas estaban en la otra". "Los vecinos nos sacaron de los escombros", continúa. Los padres, el hijo y dos hermanas sobrevivieron.
Reteniendo las lágrimas, deja estallar su ira. "Si un solo niño israelí hubiera muerto, el mundo entero se hubiera indignado y el Consejo de Seguridad de la ONU se hubiera reunido", dice. "La sangre de nuestros hijos no tiene valor para el resto del mundo". "Es un crimen de guerra, los dirigentes del enemigo deben ser llevados ante los tribunales", grita el padre. (Télam y AFP-NA)

 


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