Lunes 15 de abril 2024

Atentado dejó 70 muertos

Redacción 09/08/2016 - 01.35.hs

Al menos 70 muertos y más de 100 heridos dejó ayer un atentado explosivo suicida contra una multitud apiñada en un hospital en Quetta, en el oeste de Pakistán, donde estaba el cuerpo sin vida de un abogado ametrallado horas antes, en ataques que fueron reivindicados por una escisión del movimiento islamista talibán paquistaní.
Un hombre hizo detonar ocho kilos de explosivos en la entrada de emergencias del hospital, adonde poco antes había sido llevado el presidente de la Asociación de Abogados de Baluchistán, Bilal Anwar Kasi, asesinado a tiros en horas de la mañana, dijo un vocero policial.
El secretario de Interior paquistaní, Baligh ur Rehman, informó en el Parlamento nacional, en la capital islamabad, que 69 personas murieron y 108 resultaron heridas en el ataque, sin contar a su autor.
Alrededor de 600 abogados y periodistas habían acudido al centro médico tras conocerse la noticia de la muerte de Kasi, explicó el portavoz del Hospital Civil, Abdul Rehman.
Entre los muertos se encuentran un periodista de la televisión Aaj y un camarógrafo del canal Dawn, que habían acudido al hospital a cubrir la noticia de la muerte de Kasi.
Las televisiones paquistaníes mostraron imágenes de heridos vestidos con trajes negros de luto, el suelo salpicado de sangre y un gran caos en el centro médico.

 

Suicida.
El jefe de gobierno de Baluchistán, Sanaullah Zehri, declaró al canal de televisión Geo que se trató de un ataque suicida "planeado", que contaba con que el atentado contra el abogado suscitaría la llegada de otros letrados al hospital.
"Sabían que dispararían al abogado y que otros abogados irían al hospital. El suicida hizo explotar las bombas que portaba cuando los abogados fueron al hospital", dijo Zehri.
El político indicó que se desconocía quién estuvo detrás del ataque y subrayó que los grupos insurgentes se están centrando en objetivos "blandos".

 

Talibanes.
Horas más tarde, el grupo talibán Jamaat ul Ahrar, escisión de los talibanes de Pakistán, la principal formación insurgente del país, reivindicó tanto el crimen del abogado como el atentado, que, según dijo, fueron cometidos por uno de sus "muyahidines", o combatientes islámicos.
"Un muyahidín mató al presidente de la Asociación de Abogados de Baluchistán y después mató a muchos abogados y funcionarios que protestaban por su muerte", afirmó, en un correo electrónico enviado a los medios, la organización, responsable de un ataque en un parque de la ciudad oriental de Lahore que causó 73 muertos en marzo pasado.
Jamaat ul Ahrar no indicó el motivo de los ataques, pero amenazó con nuevos atentados.
El tiroteo contra Kasi ocurrió en el barrio de Manno Jan, dijo el portavoz de la Policía provincial, Ghulam Akbar.

 

Emergencia.
Tras la explosión declararon el estado de emergencia en todos los hospitales de Quetta.
Un escuadrón antiexplosivos explicó que el atentado fue obra de un suicida, que, estimaron los expertos, escondía los explosivos en su chaqueta.
Su cabeza y sus pies se encontraron en el tejado de una casa, informó el ministro de Salud.
El primer ministro paquistaní, Nawaz Sharif, condenó el ataque y se comprometió a extirpar del país a los grupos terroristas. El gobierno local de Baluchistán anunció un duelo de tres días, durante el cual las banderas estarán a media asta en toda la provincia.
Los abogados de Baluchistán y del puerto de Karachi no trabajaron y la asociación nacional condenó el atentado. (Télam)

 

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