Viernes 22 de marzo 2024

"Cambiará para siempre a Brasil"

Redacción 17/11/2014 - 04.17.hs

La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, afirmó ayer que el escándalo de corrupción en torno de la empresa estatal Petrobras "cambiará para siempre" al país "porque acabará con la impunidad".
El caso "cambiará para siempre la relación entre la sociedad brasileña, el Estado brasileño y la empresa privada", dijo la mandataria a periodistas brasileños en Brisbane, donde participó de la cumbre del Grupo de los 20 (G-20).
Rousseff remarcó que "la cuestión de Petrobras es una cuestión simbólica para Brasil" debido a que es "la primera investigación efectiva sobre corrupción en Brasil que involucra segmentos públicos y privados; la primera, y que va hasta el fondo".
Aunque no es el primer escándalo de la historia de Brasil, sí es "el primer escándalo de nuestra historia que es investigado" y "cambiará para siempre (a Brasil) porque acabará con la impunidad", subrayó.

 

Arrestos.
El viernes pasado, la Policía Federal brasileña arrestó a 18 personas vinculadas con el caso, entre ellas el ex director de Servicios de Petrobras Renato Duque y varios presidentes y altos ejecutivos de empresas que mantuvieron contratos millonarios con la petrolera estatal.
El caso tomó estado público en marzo pasado, cuando fue detenido el ex director de Refinería y Abastecimiento Paulo Roberto Costa, quien, a cambio de beneficios penales, delató detalles del sistema de financiamiento ilegal por parte de Petrobras a campañas políticas del Partido de los Trabajadores (PT) gobernante.
Se estima que la red, que actuó entre 2003 y 2012 -durante los dos mandatos completos del presidente Luiz Lula da Silva y los primeros años de la gestión presidencial de Rousseff- desvió recursos por una suma equivalente a 3.900 millones de dólares.
Durante gran parte de los mandatos de Lula, Rousseff integró el gabinete como ministra de Minas y Energía y luego como jefa del gabinete, y paralelamente presidió el Consejo de Administración de Petrobras.

 

Protestas de derecha.
Integrantes de grupos minoritarios de derecha realizaron el fin de semana protestas en varias ciudades de Brasil en contra del gobierno y en demanda de "un proceso de destitución" contra la presidenta, Dilma Rousseff, al igual que convocaron hace dos semanas.
La manifestación más numerosa se realizó en San Pablo donde se concentraron unas 10.000 personas en la Avenida Paulista, principal arteria de la ciudad, según cálculos de la Policía Militarizada, que demandaron una "intervención militar" para sacar al Partido de los Trabajadores (PT) de Rousseff del gobierno.

 

Río de Janeiro.
En Río de Janeiro un centenar de personas se congregó en la Avenida Atlántica, que bordea la playa de Copacabana, liderados por el diputado derechista Jair Bolsonaro. En las manifestaciones se corearon consignas contra el PT, que fue responsabilizado por el escándalo de corrupción que la Policía está investigando en el seno de la petrolera estatal Petrobras.
Algunos manifestantes portaban pancartas pidiendo la destitución de Rousseff y sugiriendo que se cometió un "fraude" en las elecciones del pasado octubre, que la actual mandataria ganó por un estrecho margen sobre el opositor Aécio Neves, quien reconoció su derrota rápidamente y no ha cuestionado el resultado.
Las manifestaciones fueron convocadas en una veintena de ciudades coincidiendo con la conmemoración del día de la proclamación de la República, que se celebró ayer, aunque hace dos semanas se registraron protestas en la misma línea.

 

Respaldo.
El jueves pasado cerca de 15.000 militantes de movimientos sociales de izquierda y sindicalistas se manifestaron en San Pablo defendiendo consignas de Rousseff y "en contra de la derecha". (Télam)

 


' '

¿Querés recibir notificaciones de alertas?