Martes 23 de abril 2024

Crece el rechazo a los refugiados

Redacción 09/09/2015 - 04.23.hs

Una periodista húngara fue echada ayer luego de ser filmada cuando pateaba a un hombre y dos chicos refugiados que huían de la policía, y un obispo húngaro rechazó el llamado del Papa a acoger a refugiados en parroquias de Europa, en nuevas e impactantes muestras de la hostilidad hacia a los refugiados en el país.
Las imágenes de la periodista Petra Laszlo dando puntapiés a un chico y una nena y haciendo caer a un hombre con un niño en brazos fueron demasiado incluso para su canal N1TV, cercano al partido más ultranacionalista del país, que decidió despedirla.
La increíble escena, que fue captada por varios canales y se viralizó en las redes sociales e Internet, sucedió cuando unos 150 de refugiados intentaron romper un cordón policial y escapar corriendo de un lugar de reunión en Roszke, cerca de la frontera con Serbia, para evitar ser registrados por las autoridades.
En una de las imágenes, Laszlo, que llevaba un barbijo, pantalón y camisa de jean, en el momento en que un grupo de refugiados, entre ellos un chico y una nena, esquivan a policías y se abalanzan sobre ella, quien, cámara en mano, reacciona pegándole patadas al chico y a la niña.
En otra, la camarógrafa derriba a un hombre que huía con un chico en brazos, haciéndole una zancadilla. Los refugiados fueron detenidos horas después por la policía.
Laszlo trabajaba para el canal N1TV, conocido por su apoyo al Movimiento por una Hungría Mejor, un partido político nacionalista y ultraderechista de Hungría definido como neonazi, racista, antisemita y homofóbico.
En las elecciones europeas de 2009 consiguió 3 escaños al Parlamento Europeo, situándose como la tercera fuerza más votada en Hungría en esos comicios.
Hungría se ha convertido en uno de los epicentros de la crisis de refugiados que enfrenta Europa, y en lo que va del año casi 170 mil de ellos entraron al país ilegalmente a través de su frontera sureña con Serbia.
El país ha sido criticado por su respuesta a la crisis, que incluye la construcción de una valla de alambre de púas en la frontera, planes para militarizar la zona y todo tipo de intentos de impedir que sigan hacia Alemania, el destino preferido por los refugiados, para los que Hungría es solo una nación de tránsito.

 

Alojamiento.
Refugiados sirios llegados el lunes a Alemania contaron en una entrevista haber sido encerrados durante tres días en centros de "alojamiento" en Hungría, sin comida y recibiendo solo agua, en línea con decenas de denuncias similares de las que se han hecho eco la ONU y organizaciones humanitarias internacionales.
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) instó a Hungría a mejorar las condiciones de recepción para los solicitantes de asilo que llegan al país y hacer que los procesos de registro de los refugiados sean más sencillos.
"Muchos permanecen en condiciones precarias en los puntos de recogida. Serían necesarias mejoras", dijo ante la prensa en Budapest Vincent Cochetel, director de Acnur para Europa.

 

Los números.
Al menos 150 refugiados huyeron del punto de reunión de Roszke, en el sur de Hungría y fronterizo con Serbia, hacia los terrenos agrícolas cercanos, en un intento de evitar ser registrados e identificados por las autoridades.
En Grecia, en tanto, alrededor de 30 mil refugiados estaban esperando ser transbordadas a Atenas desde islas del Egeo, de los que 20 mil abarrotan la de Lesbos.
Desde allí llegaron ayer 2.187 migrantes al puerto del Pireo, en Atenas, que apenas si puede contener a los que ya alberga, a bordo del transbordador Eleftherios Venizelos.
En tanto, con los 7.000 refugiados que atravesaron Austria hacia Alemania, la suma total de migrantes que siguieron esa ruta llegó a 23 mil desde el viernes, cuando Viena y Berlín dieron luz verde a los miles de aspirantes a asilo varados en Hungría, país que quería expulsarlos.
Cerca de 1.100 de esas personas llegaron a la Westbanhof (estación del Oeste) de Viena anoche y pernoctaron allí, agregó el portavoz de la policía Patrick Maierhofer a la agencia austriaca APA. (Telam)

 

Acuerdo para ayudar
Un total de 56 países y 11 organizaciones internacionales y regionales adoptaron ayer en París un plan para ayudar a víctimas de persecuciones religiosas y étnicas en Medio Oriente, que incluye, en particular, un dispositivo de "acompañamiento humanitario" y de asistencia a los cientos de miles de refugiados.
Se trata en primer lugar de "garantizar la protección y la asistencia de las poblaciones afectadas" y prestar "una atención específica a los más vulnerables" como mujeres, niños, minusválidos o personas de edad avanzada que han sido víctimas de violencia o corren riesgo de serlo, dijeron los participantes.
La conferencia se celebró en medio de la peor crisis de refugiados que enfrenta Europa desde la Segunda Guerra Mundial, y con los líderes europeos bajo creciente presión para mostrar mayor solidaridad y unidad frente a una problemática que los divide y para la que aún no han acordado un abordaje común.
La mayoría de los refugiados huyen de guerras en Siria, Irak y Afganistán, y la ONU afirma que más de 350 mil personas cruzaron ya el Mediterráneo hacia Europa en lo que va del año en busca de una vida sin combates, bombas ni muerte.
Al término del encuentro, el canciller de Francia, Laurent Fabius, anunció que su país destinará 25 millones de euros para un programa de ayuda a los refugiados en el Líbano, el Kurdistán iraquí y Siria, un día después de que el gobierno francés afirmara que recibirá a 24 mil refugiados.

 


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