El Covid-19 golpea a América

«América Latina probablemente será el nuevo centro de la pandemia, porque los casos están aumentando muy rápidamente», afirmó Ana de Lemos, directora ejecutiva de MSF en Brasil, el país más afectado de la región con de 170.000 casos y 11.000 fallecidos. Unas horas antes, la Organización Mundial de la Salud (OMS) había calculado que el continente americano registra ya más de 1,74 millones de infectados, superando a Europa, foco principal de la pandemia durante dos meses y que ahora experimenta un aplanamiento de sus curvas de contagios. Lemos dijo que países como Perú, Ecuador, Chile o México muestran «preocupantes cifras de contagios» y consideró que si bien ningún país del mundo estaba preparado para responder a esta emergencia, gobiernos como el de Argentina (317 muertos y 6.200 contagios) habían logrado controlarla.
Europa apenas superaba anoche los 1,73 millones de infectados, con un ritmo de propagación menor que América, por lo que está brecha seguirá creciendo. «América va definitivamente por delante en la pandemia, por el número de casos y muchos fallecimientos», dijo Margaret Harris, una vocera de la OMS citada por la agencia EFE. Una excepción a esta tendencia es Rusia, que muestra uno de los ritmos de contagio más importantes del mundo. Sin embargo, aunque registra más de 232.000 infectados y más de 2.100 muertos, el país inició ayer una reactivación gradual de su economía, mientras se confirmaba que el vocero del presidente Vladimir Putin, Dmitri Peskov, dio positivo en una prueba de Covid-19.
«Sí, estoy enfermo, y estoy recibiendo tratamiento», informó Peskov, de 52 años, sumándose a la lista de funcionarios rusos contagiados, junto al primer ministro Mikhail Mishustin, la ministra de Cultura Olga Lyubimova, el ministro de Construcción Vladimir Yakushev, y uno de sus asesores.

América .
Mientras en Europa los países más afectados parecen haber superado el pico de la pandemia y comenzaron a salir de cuarentenas, en América el ritmo de contagio sigue creciendo, con escenarios muy dramáticos en Estados Unidos, Brasil, Perú, Ecuador y México. En Estados Unidos, foco mundial desde hace tres semanas, el territorio más golpeado es Nueva York, que estaría alcanzando el pico aunque mantiene altas cifras de muertos e infectados (más de 21.600 y 337.000). Otro estado que observa una acelerada propagación es Florida (42.000 infectados y 1.800 muertos), cuyo gobierno ya inició la reapertura proclamada por el presidente Donald Trump, en contra de recomendaciones de especialistas. Esa tensión se repite en otros estados y se refleja al interior del gobierno federal, cuya máxima autoridad en enfermedades infecciosas, el doctor Anthony Fauci, advirtió al Congreso que una reapertura apresurada de la economía provocará «consecuencias que podrían ser realmente graves».
Por teleconferencia ante la Comisión de Salud, Trabajo y Pensiones del Senado, este especialista en inmunología confirmó que más infecciones serán inevitables si las personas vuelven a reunirse, pero la gravedad del rebrote dependerá de la capacidad que tengan las comunidades para eliminar sus focos. «Mi preocupación es que empezaremos a ver pequeños picos que podrían convertirse en brotes», alertó el especialista en inmunología. «Y las consecuencias podrían ser realmente graves», concluyó.

Brasil.
Una situación similar vive Brasil, cuyo presidente Jair Bolsonaro exige una vuelta inmediata a la normalidad, indiferente a las cifras crecientes de la pandemia (más de 12.000 muertos y 172.000 infectados) y contra los consejos de especialistas y gobernadores de estados muy afectados.
En medio de una creciente tensión política en el país, Brasil se consolidó como el país latinoamericano más golpeado por la pandemia al registrar un nuevo número récord de muertes diarias con 881.
Esta nueva escalada de la pandemia se conoció horas después de que se supiera que el ministro de Salud de Brasil, Nelson Teich, no había sido consultado por el presidente Jair Bolsonaro antes de definir por decreto la reapertura de gimnasios y peluquerías, una medida ya rechazada por muchos gobernadores. (Télam)