Martes 09 de abril 2024

Felipe VI contra el referéndum

Redacción 04/10/2017 - 01.29.hs

El rey Felipe VI acusó ayer al gobierno catalán de "quebrantar los principios democráticos" e intentar romper "la unidad de España y la soberanía nacional" con la celebración del referéndum secesionista del domingo.
En una inusual intervención y en su primera reacción pública al referéndum, el monarca español dijo que, con la consulta, las autoridades independentistas de Cataluña "han socavado la armonía y la convivencia" en esa región e incurrido en una "deslealtad inadmisible hacia los poderes del Estado".
Con estas duras palabras hacia las autoridades del gobierno regional catalán, el rey demostró su apoyo al gobierno del presidente Mariano Rajoy ante la escalada de tensión con Cataluña por su desafío independentista.
"Con sus decisiones han vulnerado de manera sistemática las normas aprobadas legal y legítimamente, demostrando una deslealtad inadmisible hacia los poderes del Estado. Un Estado al que, precisamente, esas autoridades representan en Cataluña", denunció Felipe VI en un mensaje televisado.
El rey culpó al gobierno del presidente regional, Carles Puigdemont, de haber "quebrantado los principios democráticos de todo Estado de Derecho" y de haber "socavado la armonía y la convivencia en la propia sociedad catalana", a la que "desgraciadamente" dividieron.
"Han menospreciado los afectos y los sentimientos de solidaridad que han unido y unirán al conjunto de los españoles; y con su conducta irresponsable incluso pueden poner en riesgo la estabilidad económica y social de Cataluña y de toda España", advirtió.
"Han pretendido quebrar la unidad de España y la soberanía nacional, que es el derecho de todos los españoles a decidir democráticamente su vida en común", agregó.
Ante esta situación "de extrema gravedad", el monarca ratificó "la responsabilidad de los legítimos poderes del Estado" de asegurar el orden constitucional y "la vigencia del Estado de Derecho y del autogobierno de Cataluña, basado en la Constitución y en su Estatuto de Autonomía", lo que supone un claro apoyo al gobierno de Rajoy.

 

Paro.
En tanto, Barcelona vivió una jornada de movilización masiva en el marco de un "paro de país" convocado en toda Cataluña en rechazo a la represión policial al referéndum de secesión del domingo, con el gobierno regional determinado a mantener su rebeldía y embarcarse en la incierta aventura de romper totalmente con España.
Las calles de Barcelona y Cataluña están siendo el termómetro de la peligrosa estrategia de confrontación que llevan adelante tanto el gobierno catalán de Carles Puigdemont, quien avanza hacia una declaración unilateral de independencia, como el Ejecutivo español de Mariano Rajoy, quien no ofrece más respuesta a esta crisis política que aplicar todo el peso de la ley.
Si bien el movimiento independentista catalán mantiene su carácter pacífico, los "escraches" de las últimas horas de manifestantes a los agentes de la Policía Nacional y la Guardia Civil desplegados en Cataluña, muestran que la fractura con la autoridad que representa el gobierno central de España es cada vez mayor.
El "paro general" que unió a los trabajadores, la patronal y las organizaciones independentistas, así como miles de catalanes que querían expresar su rechazo a la represión policial, contribuyó a mostrar un clima de rebeldía política contra la "injusticia" cometida por el Ejecutivo central.
A pesar de que la marcha principal fue convocada para el final de la tarde, miles y miles de personas, la gran mayoría jóvenes, se concentraron desde el mediodía en la plaza Universidad y poco a poco colapsaron las calles, emprendiendo una caminata por la Gran Vía y la vía Laietana, rumbo al Parlamento catalán, con el puño en alto y al grito de "inde-inde-independencia".
En el camino, sobre la vía Laiteana, ante la sede de la Policía Nacional, los manifestantes elevaron el tono recurriendo al ya famoso lema de los independentistas, "Fuera las fuerzas de ocupación". (Télam)

 

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