Jueves 11 de abril 2024

Los griegos deciden si apoyan a Tsipras

Redacción 05/07/2015 - 16.46.hs

Al límite de la asfixia financiera y el hastío, en un clima de incertidumbre, confusión, y en algunos casos desesperación, los griegos deciden hoy en referéndum si apoyan o no el acuerdo propuesto por los acreedores internacionales que exige más austeridad a cambio de abrir el grifo de la ayuda a Grecia.
El escenario es inédito incluso para Grecia, cuna de la democracia, puesto que sus ciudadanos están llamados a tomar una decisión que puede resultar vital para la subsistencia económica y financiera del país, y que se presenta como un plebiscito sobre Tsipras y su apuesta por sacar al país heleno de una interminable crisis defendiendo a los capas más desfavorecidas por el duro ajuste implementado desde 2010.
En las calles del centro de Atenas los ánimos son contradictorios, igual que las conductas: hay griegos que siguen su vida como si nada pasara porque ya están acostumbrados y hartos, y porque tampoco saben si cambiará algo después de la votación.
Otros, actúan como si estuvieran en un estado de "excepción", por afrontar una guerra. Desesperados, llenan los changos del supermercado, hacen cola en las estaciones de servicio para cargar nafta y en los cajeros automáticos para sacar los 60 euros diarios permitidos desde que instauró un corralito luego de que el anuncio del referéndum generara una corrida bancaria.
En medio de la confusión desatada por la gravedad de la situación económica y financiera de los últimos días, la sociedad griega se mantiene atrincherada detrás de dos bandos que parecen irreconciliables: el del gobierno, que pide un "no" a los acreedores, y el de los partidos tradicionales de derecha y socialdemócratas que llevaron al país al precipicio con políticas neoliberales y grupos de empresarios que presionan a favor del "sí".

 

Austeridad.
Tsipras, del partido de izquierda Syriza, asumió el poder en enero pasado con el compromiso de poner fin a la austeridad y renegociar la deuda griega, por lo que aceptar las condiciones de un acuerdo que él mismo calificó de "humillante" -exige la suba del IVA y más recortes a las pensiones- lo llevaría a abdicar en su programa y marcaría un suicidio político.
Es por ello que el viernes de la semana pasada decidió jugársela a todo o nada al abandonar las negociaciones con las instituciones internacionales y convocar a un referéndum sobre la última propuesta que los acreedores pusieron sobre la mesa tras cinco meses de negociaciones.
Desde la perspectiva del gobierno de Syriza un rotundo "no" en las urnas significaría un respaldo a Tsipras, quien se vería reforzado para seguir negociando con los acreedores, mientras que el triunfo del "sí" no le dejaría más opción que convocar elecciones anticipadas.
"Si el pueblo griego quiere tener un primer ministro humillado, hay muchos de ellos ahí fuera. No seré uno de ellos", aseguró Tsipras dando a entender que dimitirá en caso de perder el referéndum.

 

Encuestas.
Las últimas encuestas otorgan una leve ventaja, de 1,4 puntos (44,8% frente a 43,4%) a los partidarios del "sí", cambiando la tendencia de los sondeos anteriores, que auguraban un triunfo del "no".
Un dato revelador es que los sondeos coinciden en que una abrumadora mayoría de los ciudadanos es partidaria de que Grecia continúe en el euro, frente a los que prefieren volver al dracma.
Los líderes de la zona euro se quedaron descolocados por la decisión de Tsipras de convocar un referéndum, luego amenazaron a Grecia abiertamente con una "salida del euro" y finalmente dijeron que esperarían al resultado de la consulta para retomar las negociaciones.
No obstante, antes de conocerse el impredecible veredicto, las partes en conflicto ya habían delineado su postura para el día después.
La clave está en el alivio de la deuda. Tsipras pide una quita del 30 por ciento, respaldado por un informe reciente del FMI que dice que la deuda griega es insostenible. (Télam)

 


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