Martes 16 de abril 2024

"Soy el presidente de todos"

Redacción 25/05/2017 - 01.58.hs

Lenín Moreno prestó juramento en el Congreso unicameral, controlado aún por el oficialismo, ante una decena de mandatarios latinoamericanos. El presidente Mauricio Macri se descompensó durante la ceremonia de su par ecuatoriano.
El oficialista Lenín Moreno tomó posesión de la presidencia de Ecuador con la promesa de ser austero en su plan de fortalecer el modelo del socialismo del siglo XXI, la huella que deja Rafael Correa en el país y que está en crisis en Venezuela.
"Firmaré un decreto ejecutivo de austeridad en el gobierno. Todo gasto, toda inversión pasará por un filtro objetivo de necesidades ciudadanas", manifestó Moreno el miércoles, en su primer discurso como mandatario.
"Vamos a sostener la dolarización" de la economía, implantada en marzo de 2000 en medio de una crisis bancaria, añadió.
Moreno, de 64 años y que sufre una paraplejia, fue juramentado para un periodo de cuatro años por José Serrano, titular de la unicameral Asamblea Nacional, controlada aún por el oficialismo.
Correa, ovacionado varias veces durante la ceremonia y a quien se le escaparon algunas lágrimas, le colocó la banda presidencial ante una decena de mandatarios latinoamericanos, entre ellos los de Argentina, Bolivia, Colombia y Perú.
Respaldado por la temporal bonanza petrolera, Correa privilegió la inversión social, mantuvo subsidios energéticos y amplió los bonos económicos para los pobres durante la década que gobernó a Ecuador.
Pero su "revolución ciudadana" afronta ahora dificultades económicas. La deuda externa trepó en 150% (a 25.680 millones de dólares, 26,3% del PIB) en la última década, según cifras oficiales.
La economía, que tiene un millonario déficit, decreció 1,5% en 2016 y el precio del crudo, principal producto de exportación, cayó del récord de 98 dólares por barril en 2012 a 35 en 2016.
En los comicios más reñidos para el correísmo, Lenín -como le llaman sus simpatizantes- ganó el balotaje de abril con 2,3 puntos porcentuales más que el opositor de derecha Guillermo Lasso. Ante un país polarizado, Moreno se comprometió el miércoles a gobernar para todos.
"Soy el presidente de todos, me debo a todos, respeto a todos (...) Trabajaré para que nadie, absolutamente nadie se quede atrás", enfatizó.
La oposición recuperó terreno al aumentar su presencia en el Parlamento (de 137 curules), en la que el oficialismo -que dejó de tener los dos tercios para reformar la Constitución- ahora tiene una mayoría frágil de 74 escaños, frente a los 100 del periodo 2013-2017.

 

Macri.
El presidente Mauricio Macri participó de la ceremonia de asunción de su par ecuatoriano, Lenín Moreno, aunque como consecuencia de una "descompensación leve" por la altura de la ciudad de Quito debió regresar a la Argentina antes de lo previsto.
En horas de la madrugada, el mandatario partió acompañado por su vocero, Iván Pavlovsky, y sin la primera dama, Juliana Awada, a pesar de que del Gobierno había informado que sería parte de la comitiva.
Al arribar a la capital ecuatoriana, el jefe de Estado sumó allí a la canciller, Susana Malcorra, y al embajador argentino en ese país, Luis Juez.
"Estamos felices de estar acá después de mucho tiempo, para celebrar juntos un día de la democracia. Gracias por recibirme", manifestó durante un breve discurso que pronunció en el Aeropuerto Internacional Mariscal Sucre de la capital ecuatoriana.
Durante el acto, Macri "sufrió una leve descompensación" atribuida a los efectos de los casi 3.000 metros de altura sobre el nivel del mar y debió trasladarse a una sala contigua para ser atendido por un médico local y uno de los integrantes de la Unidad Médica Presidencial (UMP) que había viajado con el mandatario. "Le dieron de beber té de coca y le indicaron que comiese frutas", informó la Casa Rosada.
Ante la persistencia del malestar, Macri debió adelantar el regreso hacia la Argentina y canceló su reunión con el alcalde de Quito, Mauricio Esteban Rodas Espinel. (AFP)

 


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