Martes 23 de abril 2024

Temer ordena la militarización de Río

Redacción 17/02/2018 - 00.55.hs

La intervención federal en el área de seguridad de Rio es una medida inédita desde la restauración de la democracia en 1985 pero que, según Temer, se justifica por el descontrol imperante en el segundo estado más rico de la mayor economía latinoamericana. "El crimen organizado casi tomó el control" de Rio y se ha convertido en "una metástasis que se propaga por el país y amenaza la tranquilidad de nuestro pueblo", advirtió el mandatario tras firmar en Brasilia el decreto.
La medida, que regirá hasta fines de diciembre, cuando concluya su presidencia, supone que las fuerzas armadas asuman el control total de las operaciones de seguridad y comanden a los distintos cuerpos policiales y el sistema carcelario.
Tiene efecto inmediato, aunque en un plazo de diez días el Congreso deberá ratificarla.

 

Carnaval violento
El desencadenante de la intervención de Rio fueron los desbordes del reciente carnaval, durante el cual se multiplicaron los asaltos a mano armada y las agresiones.
El propio gobernador de Rio, Luiz Fernando Pezao, admitió que las cosas se le habían ido de las manos. "No estábamos preparados", declaró.
El gobierno federal envió en julio pasado 8.500 militares al estado de Rio para apoyar a las fuerzas policiales, sin resultados visibles hasta ahora para contener la guerra entre bandas, el robo de camiones de carga o los "arrastrones" cometidos por decenas de jóvenes contra grupos de personas en las playas o en cualquier punto de la ciudad.
Las fuerzas armadas fueron llamadas desde el fin del régimen militar (1964-85) a asumir el control de la seguridad en diferentes situaciones específicas, como grandes acontecimientos internacionales o deportivos, pero nunca por un periodo tan prolongado.
Esas misiones fueron en muchos casos criticadas por expertos militares, que alegaban que el ejército estaba preparado para hacer la guerra contra un enemigo, pero no para restaurar el orden en áreas urbanas.

 

Cálculos políticos
La intervención no está exenta, sin embargo, de cálculos políticos en momentos en que Temer, que bate récords de impopularidad, tiene dificultades en hacer avanzar su principal proyecto -la reforma de las jubilaciones- y se encuentra en la mira de posibles nuevas investigaciones por corrupción. "Temer está haciendo muchas cosas para desviar la atención", dijo David Fleischer, profesor emérito de ciencias políticas de la universidad de Brasilia.
El jefe de Estado, que asumió el cargo tras el impeachment de la presidenta de izquierda Dilma Rousseff en 2016, se jactó este viernes de haber sacado al país de la peor recesión de su historia y ahora se propone "restablecer el orden" en Brasil.
Cuando faltan poco más de seis meses para las elecciones presidenciales de octubre, y entre rumores de que Temer evalúa la posibilidad de presentarse como candidato ante la ausencia de figuras de centroderecha que despunten con fuerza.

 

Interventor.
El interventor al mando de todas las tropas será el general Walter Souza Braga Neto, actual comandante de la región militar del Este, que se había ilustrado como coordinador de operaciones durante los Juegos Olímpicos de 2016.
La grave situación de violencia en Brasil se vio agravada en Rio por la virtual bancarrota del estado, que paga con meses de atraso los salarios de sus funcionarios, policías incluidos. Solo en 2017 hubo más de 18 homicidios intencionales por día en ese estado, según el oficial Instituto de Seguridad Pública (ISP). (AFP)

 

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