Miércoles 17 de abril 2024

Ex prisionera fue sometida a varias "torturas sexuales"

Redacción 03/09/2008 - 02.05.hs

"Junto a torturas con electricidad eran habituales las violaciones a hombres y mujeres en medio de interrogatorios con un fuerte componente moral y religioso", dijo Pilar Calveiro de Campiglia al testimoniar ante el Tribunal Oral Federal 5.
Una sobreviviente del centro clandestino de detención de la dictadura conocido como "Mansión Seré", que dependía de la Fuerza Aérea, denunció ayer que los aeronáuticos la sometieron a "torturas sexuales" mientras "clamaban a los gritos por Dios".
Pilar Calveiro viuda de Campiglia, que pasó 33 días secuestrada en ese centro de Morón, entre mayo y junio de 1997, aseguró que "cada sesión de torturas era como una ceremonia iniciática" y confió que durante los tormentos "había un fuerte componente moral y religioso" por parte de los torturadores. "El tipo de tortura era con mucho ensañamiento, tenía una combinación de torturas físicas y torturas sexuales. Picana eléctrica, vejaciones, manoseo... Siempre había un acompañamiento de tipo sexual", contó la mujer, en ese entonces de 28 años, que admitió tener militancia en Montoneros.
El testimonio de Calveiro fue el cuarto en el juicio que el Tribunal Oral Federal 5 lleva adelante por torturas y secuestros contra los brigadieres Hipólito Rafael Mariani y César Miguel Comes, ambos de 82 años, ex jefes de las bases aéreas de El Palomar y Morón, en cuya jurisdicción funcionó el centro "Mansión Seré" o "Atila". En este proceso también está siendo enjuiciado por homicidio, secuestros y torturas el coronel retirado Alberto Pedro Barda (80), ex jefe del Grupo de Defensa Antiaérea de Mar del Plata, del quien dependía el campo de concentración "La Cueva", donde hubo varios desaparecidos.

 

"Ceremonia".
La testigo refirió que "los miembros de la patota de represores se identificaban como de la Fuerza Aérea y entre ellos hablaban con mucho desprecio hacia los de Ejército y (de la) Armada", a la vez que recordó que "se tomaban franco el fin de semana... Sábado y domingo se iban a descansar". "Cada sesión de torturas de la patota era como una ceremonia iniciática. Participaban todos. Uno aplicaba la picana, otro clamaba a los gritos por Dios, otro perpetraba la tortura sexual, otro hacía el interrogatorio... Era muy irracional", narró la mujer. Confió que "a veces me metían el caño de un revólver en la boca y jugaban a la ruleta rusa".
Calveiro indicó que a los tres días de su traslado a "Mansión Seré" quiso fugarse arrojándose desde la ventana del baño, en un primer piso, al jardín, pero, contó, "ni me pude escapar ni me mataron los de la guardia porque terminé con fracturas múltiples en el talón, el brazo, las vértebras y hasta la nariz". También precisó que fue llevada al hospital central de la Fuerza Aérea donde, en dos oportunidades, recibió cuidados médicos y le colocaron yesos en las fracturas.
Recordó haber conocido en "Mansión Seré" a dos prisioneras embarazadas, María Margarita Miguens y María Graciela Tarco, y en su paso posterior por el centro clandestino de detención que funcionó en la comisaría de Castelar a la embarazada María Fernández de Donda, madre de la actual diputada Victoria Donda. (DyN)

 


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