Miércoles 10 de abril 2024

Alimentos: soberanía y derechos contra el hambre del mundo

Redacción 21/05/2016 - 00.50.hs

Organizada por el Frente Estudiantil Popular (FEP), la ocasión se presentó como un ámbito propicio para iniciar el diálogo acerca de qué, cómo, para qué y para quién producir alimentos. La soberanía alimentaria es un concepto que no alcanza sólo a la forma de producir.

 

La jornada sobre Soberanía Alimentaria realizada en la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional de La Pampa estuvo a cargo de Mario Mendoza, junto a integrantes de la Huerta Agroecológica Estudiantil (HEA) y de la Feria por una Alimentación Sana. Los temas abordados fueron, de la mano de Carlos Anzorena, "La soberanía alimentaria, un enfoque desde las emergencias"; de Walter Muiño sobre "¿Cómo se relaciona la soberanía alimentaria y la alimentación globalizada?"; de Daniela Melchor y Guillermo Tondo sobre la experiencia local en la Huerta Agroecológica que llevan adelante en un predio de la Facultad de Agronomía de la UNLPam; de Maiten Figueroa, sobre la Feria en el Parque Oliver y de Mario Mendoza, sobre "Las soberanías que desvanecen al soberano".
El encuentro giró sobre la necesidad imperiosa de luchar por el derecho de los pueblos a producir sus alimentos y a su modo, sobre las formas de producción, distribución y consumo que prioricen los mercados y economías locales, la agricultura comunitaria y el respeto por las necesidades e identidad de cada pueblo en armonía con su ambiente.
Partiendo de la problemática de que un millón de personas en el mundo no alcanzan a cubrir su dieta diaria, se planteó la paradoja de que el 80% vive en el ámbito rural, y que allí donde se producen alimentos, también hay hambre; inclusive un 50% de ese total son productores agropecuarios.
El hambre y la producción de alimentos están claramente conectados y conviven en el mismo lugar. Al respecto, se mencionaron algunas de las causas de que persista el hambre, resaltando la política de la Organización Mundial de Comercio que exige que se aplique el libre mercado a todo, incluso a los alimentos, por lo que tienen que restringir sus barreras comerciales. Esto permite que países que subsidian su producción y tienen excedentes, puedan verterlos a otros países, destruyendo la agricultura de los mismos y su capacidad de producir sus propios alimentos (dumping).
También se mencionó la concentración de los recursos, los medios de producción y distribución, así como la degradación de los recursos naturales. Ante esto, y como una alternativa a estas políticas neoliberales, se introduce el concepto de Soberanía Alimentaria.

 

El derecho.
La agrupación Vía Campesina -en 2003- define a la Soberanía Alimentaria como el derecho de los pueblos a definir su política agraria y alimentaria, sin dumping, frente a países terceros. La misma incluye priorizar la producción agrícola local para alimentar a la población y el acceso de los campesinos a los recursos. Las políticas neoliberales destruyen la soberanía alimentaria, ya que priorizan el comercio internacional y no la alimentación de los pueblos y contrario a lo pensado, no han contribuido en la erradicación del hambre en el mundo sino que por el contrario, han incrementado la dependencia de los pueblos de las importaciones agrícolas y han reforzado la industrialización de la agricultura, empujando a los campesinos a abandonar sus prácticas agrícolas tradicionales e incluso al éxodo.

 

Agroecología.
Junto a esta dimensión política y global que es la Soberanía Alimentaria, la dimensión local se presenta como Agroecología: una forma de hacer agricultura que además de ser un modo de producción de alimentos es una forma de vida; es un tipo de agricultura alternativo, frente a las prácticas convencionales que plantea la sostenibilidad y la productividad mediante la aplicación del conocimiento ecológico a su diseño y manejo, frente al despilfarro del agua, los productos químicos y los monocultivos.
La Soberanía Alimentaria siente sobre sí los efectos de la globalización, -explicaron los disertantes durante la jornada- y uno de ellos es la descampesinización, fenómeno acelerado por el cual se va perdiendo no solo al campesino y su actividad productiva, sino también su filosofía de vida.
"Esta sociedad moderna en la que estamos inmersos no se condice con el tipo de vida en comunión con la tierra, e incluso muchas de las prácticas campesinas y formas culturales que se transmitieron de generación en generación, han quedado estancadas en un eslabón que, al no avanzar en su transmisión, se pierde".
Se mencionó en el encuentro que jóvenes del Oeste pampeano no conocen recetas, plantas o formas de consumo y de vida que sus propios abuelos tenían como propios y ancestrales. Al respecto, se mencionó que la alimentación no es solamente lo que llevamos a nuestro estómago; la soberanía alimentaria más que la alimentación, está relacionada con todo lo asociado a esos alimentos: con la forma de prepararlos, de conseguirlos y producirlos, con la forma de intercambiarlos.
Muchos de los pueblos que han sido perseguidos y diezmados siguen vivos y mantienen viva su cultura gracias a que han mantenido su idioma, pero además del idioma hay un fenómeno muy importante que es el de conservar también la alimentación.

 

Ana María Pozniak *

 

* Lic. Comunicación Social.

 

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