Clausuraron pizzería

A primera hora de ayer, el local de Pizza Quatro de la avenida Spinetto fue clausurado, pero a las pocas horas los propios encargados de realizar la clausura sacaron las fajas. Anoche, el comercio ya funcionaba normalmente.
"Dijeron que no tenía la habilitación en orden, pero el problema administrativo es de ellos, porque ya presenté todos los planos en la municipalidad hace tiempo. Encima soy yo el que tiene que pedir prórroga para que el expediente, que tienen ellos, pase de una oficina a otra", se quejó Julio Espinosa, socio gerente de la firma.
En la faja de clausura se leía ayer a la mañana: "Falta habilitación" junto a la firma de la directora de Sanidad, Daniela Bejar. En cambio, Espinosa explicó que es la tercera vez que sufre el mismo tipo de clausura, según dice, por culpa de "falta de comunicación" dentro de la propia municipalidad. La primera fue por una incongruencia de planos, ya que en los originales no figuraba ni la rampa para discapacitados ni los baños también para personas con discapacidad, situación que ya ha sido subsanada.
"A tal punto, que hace algunos meses, cuando cumplimos 20 años, reinauguramos el local con todo a nuevo, siempre cumpliendo con la normativa y la habilitación, pero el expediente parece que no termina de pasar de una oficina a otra", amplió Espinosa.
Además, el titular de Pizza Quatro resaltó "el daño enorme que le hacen a un local de comidas al poner una faja de clausura, y por un error: el cliente pasa, ve que está clausurado y puede pensar cualquier cosa, no que ellos (por la municipalidad) tardan en pasar los papeles de un sector a otro".
Con la intención, dijo, de poner en conocimiento a la comunidad y a otros colegas, Julio Espinosa publica en esta edición una solicitada en la que explica que el "error administrativo" ha sido reconocido por el organismo en cuestión "y la empleada del mismo", relacionado con "trabajos edilicios ya ejecutados por la empresa y que por falta de comunicación de las reparticiones relacionadas con el trámite" impulsaron un procedimiento "tan perjudicial como desafortunado para la empresa".

La Recova.
En tanto, la faja de clausura se mantenía ayer en la confitería La Recova, en el centro de la ciudad. En este caso, el comercio fue clausurado el lunes, pero en medio de un largo litigio judicial que pone en cuestión la legalidad en la venta del inmueble, que involucró a Abel, Antonio y José Corredera y al matrimonio de Angel Ortiz Cereceda y Elba Lezcano.
Lo que falta, dijo el mismo lunes Daniela Bibiana Bejar, es "la ocupación legítima del inmueble", es decir, un contrato de locación.
A raíz de la clausura, ayer a la mañana se movilizó hasta el local un grupo de empleados de La Recova que teme por la continuidad de su fuente laboral.