Lunes 15 de abril 2024

Consideran que Safenreider "es perfectamente imputable"

Redacción 16/11/2017 - 01.48.hs

Cuatro peritos declararon ayer en la tercera jornada del juicio por el homicidio del cazador Santiago Garialdi, ocurrido en julio del año pasado en un camino vecinal de Lonquimay a manos del policía Fernando Safenreider.
Desde las 8.30 de la mañana, en el Centro Judicial de Santa Rosa, prestaron su testimonio la psicóloga (perito de parte propuesta por la defensa) Liliana Capello, la psicóloga forense Laura Cabot, el psiquiatra forense Martín Telleriarte y la psiquiatra de la Policía de La Pampa Marcela Paladino.
"Todos los peritos acordaron que Safenreider es perfectamente imputable y que conocía la criminalidad de los hecho que se le imputa. Que haya tenido un momento de locura no significa que no sea consciente de los efectos que significaba usar su arma", dijo ayer a este diario el abogado querellante Omar Gebruers, quien representa a Andrés Casabonne, el otro cazador que fue baleado por el efectivo de Lonquimay.

 

Perito de parte.
La psicóloga de parte Liliana Capello dio cuenta del relato que le hizo el policía sobre el momento del tiroteo y abonó a la teoría que sostiene el defensor Mario Aguerrido: el efectivo no estaba en condiciones psíquicas para portar un arma y formar parte de una fuerza de seguridad.
"El (por Safenreider) dijo que escuchó disparos y reaccionó sin mediar una estrategia de lo que estaba sucediendo. Se asustó mucho. Me dijo claramente 'me cagué todo', y disparó. Su intención fue tirarle a las gomas porque se sintió atacado", dijo la mujer delante el tribunal.
Ante la pregunta del defensor, la profesional dijo que el policía "no planeó" la balacera, que fue "un impulso" y el policía "es un tipo tranquilo". Además señaló que en la entrevista, Safenreider manifestó que un "sentimiento de culpa" y que "le gustaría hablar con la mamá (del cazador muerto) para pedirle perdón".

 

Psiquiatras.
Por su parte, la psiquiatra Paladino, que acompaño a Safenreider en su rehabilitación meses antes del homicidio, cuando pasó 60 días fuera de la fuerza porque estaba angustiado y ansioso por problemas económicos. La mujer dijo que incluso el muchacho estuvo a punto de dejar la fuerza. "La psiquiatra dijo que estaba en perfectas condiciones cuando lo habilitaron para volver a trabajar", añadió Gebruers.
Telleriarte dijo que en sus entrevistas con el acusado no detectó "patología psiquiátrica" y que el muchacho "podía comprender" sus acciones. No obstante señaló que el policía tiene un "pensamiento rígido, estructurado" y con "tendencia a la frustración" pero que no notó "características de impulsividad".
La última jornada del juicio será el próximo 29 de noviembre, cuando sean citados los cinco expertos de Gendarmería que estuvieron a cargo de los peritajes y los testigos que aún faltan declarar. La sentencia contra Fernando Safenreider, el único imputado por el crimen del cazador, se conocerá antes del 10 de diciembre, según confiaron fuentes tribunalicias a este diario.

 

El hecho.
Santiago Garialdi murió tras ser baleado por Fernando Safenreider la noche del 24 de julio del año pasado en un camino vecinal ubicado entre Lonquimay y La Gloria. El hombre iba en la torreta de una Ford F-100 cazando liebres junto a otros tres amigos, uno de los cuales también resultó herido (aunque no de gravedad) cuando una bala le dio en un glúteo.
Tras conocerse la noticia del deceso, y hasta las 3 de la madrugada, hubo protestas frente al hospital "Pablo Lecumberry" de Lonquimay, adonde los cazadores habían llevado moribundo a Garialdi.

 

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