El cura echado de La Pampa ahora es el jefe de la secta

El sacerdote Antonio Martínez Racionero, que se alejó de Santa Rosa en junio de 2011 luego de ser investigado por la Justicia provincial por "reducción a la servidumbre y defraudación", fue nombrado como presidente general del Instituto Secular Servi Trinitatis.
El cargo, en el que sucede al creador de esa organización tradicionalista, Gratiniano Checa Colmena, lo ocupará por cinco años. Martínez Racionero está actualmente en Cuenca, España, y tendrá a su cargo las sedes que el polémico instituto tiene en Venezuela, Lomas de Zamora y Santa Rosa. Martínez Racionero ocupa la presidencia desde 2013, luego de que su fundador dimitiera por motivos de edad y salud.
El español Martínez Racionero llegó desde ese país a La Pampa junto al sacerdote Ricardo Latorre Cañizares, también de Servi Trinitatis, en los años 90. Ambos ocuparon cargos importantes en la Catedral durante el obispado de Rinaldo Fidel Brédice. Estuvieron hasta 2011, cuando se tuvieron que alejar, ya con Mario Poli como obispo, luego de ser investigado por la Justicia provincial por reducción a la servidumbre y defraudación. Ambos fueron acusados por ex integrantes y familiares del cenáculo que tiene ese instituto en la calle O'Higgins y en el que están internadas varias "laicas consagradas". Para ser miembro de ella, los aspirantes deben realizar "votos de pobreza, castidad, obediencia y fidelidad al Papa".
Martínez Racionero y Latorre Cañizares fueron acusados y luego sobreseídos por la Justicia al considerar que no hubo delito contra las jóvenes, si bien se utilizaban en ese centro metodologías sectarias. El Tribunal de Impugnación Penal aseguró en su fallo que las adolescentes y menores podían retirarse del lugar por su propia voluntad al tiempo que desestimó la denuncia por un presunto "lavado de cerebro", tal como sostenían los padres de las adolescentes.
Igualmente, Servi Trinitatis no dejó sus actividades en Santa Rosa. Actualmente llegaron a conocimiento del obispo Raúl Martín algunas quejas sobre la continuidad del trabajo de este instituto. La organización cuestionada sigue vigente y con presencia en la Catedral donde varias de sus seguidoras dan catequesis. Organizan campamentos y los sacerdotes ligados al instituto siguen visitando Santa Rosa y reclutando personas. Además tienen una librería y la radio. Entre las quejas sobre los manejos de ese instituto que le siguen llegando al obispado y a otras autoridades, está la instrucción de un catecismo propio para los chicos, donde se pone el acento en su obsesión por las cuestiones vinculadas a la moral sexual.