Domingo 21 de abril 2024

¿Futuro con pocos retoques?

Redacción 09/11/2017 - 01.39.hs

El reacomodamiento de alícuotas de Ingresos Brutos que propone el gobierno bonaerense para el año que viene no es muy distinto de lo que se encuentra en vigencia en La Pampa por imperio de la Ley Impositiva 2017.
JUAN PABLO VIETA - En el discurso que el presidente Mauricio Macri brindó ante empresarios, políticos y sindicalistas en el Centro Cultural Kirchner, mencionó en reiteradas oportunidades el verbo ceder, identificándolo como paso previo e ineludible de cara a implementar el ambicioso paquete de reformas.
Hay amplia coincidencia en el espectro político respecto a que la presión tributaria debe bajar, ya que es parte del problema de la falta de competitividad que hoy tenemos. En otras palabras, hasta tanto los costos de producción no bajen, la inversión no despegara y con ello tampoco el empleo.
Vale aclarar que nadie está pensando en que los salarios son parte de los costos que hay que bajar, ya que todos saben que en una economía como la nuestra, donde alrededor de las dos terceras partes de la actividad se explican por el consumo privado, recortar los sueldos sería como autoflagelarse.
Sin embargo, en la medida que bajen los impuestos, y también lo haga la inflación de modo tal de propiciar un tipo de cambio más tentador para la inversión, no caben dudas que ello redundará positivamente en términos de actividad. Dicho de otro modo, este país difícilmente tenga arreglo en la medida que siga siendo más conveniente consumir en Santiago de Chile o Asunción del Paraguay con dólares comprados en la Argentina en lugar de hacerlo abonando con pesos en Santa Rosa.
Ahora bien, bajar impuestos en un escenario de fuerte déficit fiscal es tan complejo como perder peso haciendo ejercicio pero sin dejar de comer hidratos de carbono. Por ello, no es casualidad que en definitiva la reforma tributaria tenga efecto neutro al consistir básicamente en bajar alícuotas en un sector para subirlas en otro, lo que ocasionará lógicamente que algunos ganen algo, otros salgan empatados y un grupo definitivamente pierda.
Pero en este contexto, parte del esfuerzo correrá por cuenta de los gobernadores, dado que existe la voluntad unívoca de la administración macrista de avanzar sobre una agenda de cambios en lo inherente a la presión impositiva provincial, principalmente en Ingresos Brutos, un tributo que es considerado el más distorsivo por su efecto "cascada": se paga varias veces en múltiples etapas.
Y esto constituye un verdadero problema para las arcas provinciales, si se tiene en cuenta que en todas las jurisdicciones explica más del 50%, llegando en algunos casos a casi el 70%, de lo que se percibe en concepto de recursos tributarios provinciales.
Por lo pronto, la gobernadora María Eugenia Vidal ya remitió a la Cámara de Diputados de la provincia de Buenos Aires el proyecto de Ley Impositiva 2018 que incluye un reacomodamiento de la presión tributaria al propiciar una baja de la misma en Ingresos Brutos y un incremento en el Impuesto Inmobiliario.

 

La Pampa, a tiro.

 

Aunque el Ejecutivo pampeano no ha enviado aún a la Legislatura el Proyecto de Ley Impositiva 2018, se puede concluir que el reacomodamiento de alícuotas de Ingresos Brutos que propone el gobierno bonaerense para el año que viene no es muy distinto de lo que se encuentra actualmente en vigencia aquí en La Pampa por imperio de la Ley Impositiva 2017.
Los principales cambios que pretende incorporar Vidal en el citado gravamen arrancan con una exención para las pymes industriales que facturen hasta 78 millones de pesos, algo que en La Pampa ya está vigente para aquellas firmas que lo hagan por hasta 100 millones de pesos.
Para las industrias que superen los 78 millones de pesos, la alícuota caerá del 1.75% actual al 1.5%. En este caso, La Pampa quedará desfasada, ya que para el caso de las fábricas que se ubiquen por encima de los 100 millones de pesos la alícuota es del 2.5%.
En comercios con ventas de hasta 2 millones de pesos anuales, la alícuota baja del 3.5% al 2.5%, mientras que aquí en la provincia rige ya por estos días el 2.5% hasta un límite de facturación de 500 millones de pesos.
La actividad de la construcción pasará a tributar una alícuota del 3% en 2018, en vez del 4% actual, mientras que aquí en La Pampa ya se encuentra tributando la alícuota general del 2.5%.
En el caso de la producción de granos y de ganado y siempre que se trate de productores con ventas inferiores a los 3 millones de pesos en el 2017, estarán eximidos del pago del impuesto a los ingresos brutos, cuando aquí en La Pampa están alcanzados con una alícuota del 0.5% en granos y del 0.7% para el caso de la ganadería, siempre que se comercialice dentro de la provincia.
También la venta de vehículos bajará en suelo bonaerense del 3.5% al 2.5%, sin embargo aquí en La Pampa según la Ley Impositiva 2017 ya se encuentra alcanzada por una alícuota del 2.5%.

 

Posibles cambios.

 

En virtud de que la reforma impositiva que impulsa el gobierno nacional tiene como eje rector bajar impuestos para mejorar la competitividad y que de ese modo proliferen inversiones que permitan generar empleo, es probable que el gobernador Verna decida ponerse a tono con el resto de las jurisdicciones, de modo tal de ser una plaza elegible como receptora del capital privado.
En este sentido, es posible que se incorporen cambios por el lado de las industrias que facturan más de 100 millones de pesos, que actualmente tributan el 2.5% contra el 1.5% que propone Buenos Aires, y a su vez en lo que tiene que ver con pequeños productores que cruzando el Meridiano V se encontrarán exentos siempre que hayan declarado ventas por hasta 3 millones de pesos en 2017.

 

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