Liberan a los reducidores

La justicia liberó a los tres jóvenes acusados por el robo y comercialización de celulares y computadores, aunque les impuso la restricción de acercamiento y la prohibición de comunicación con los testigos de la causa y entre ellos mismos.
El juez de Control, Mauricio Piombi, liberó ayer a los tres acusados de integrar una banda de reducidores que aparentemente robaba y comercializaba elementos tecnológicos, como celulares y computadoras, aunque les impuso medidas de restricción de acercamiento y prohibición de comunicación con los testigos y entre los mismos imputados.
La decisión fue tomada por el magistrado en una audiencia de reexamen de medida de control, que se realizó en la sala 2 de la Ciudad Judicial de esta capital, con el retraso de una hora, y con la presencia de los imputados Gustavo Brum (por el delito de robo), y Darío Khun y Nicolás Martín (encubrimiento agravado por el ánimo de lucro).
Los acusados llegaron detenidos a esta audiencia por el peligro de obstaculización de la investigación, pero el fiscal Máximo Paulucci pudo avanzar en la pesquisa, según dijo ayer, y por eso propuso ahora medidas sustitutivas por lo que los tres detenidos recuperaron la libertad, considerando además las calificaciones y sus consecuencias.
Durante su exposición en tribunales, Paulucci destacó los avances en la investigación con la declaración de diversos testigos, entre ellos algunos familiares, que confirmaron la participación de los acusados e incluso indicó que Brum y Khun reconocieron "gran parte de la imputación en lo que a ellos respecta" y "no así Martín".

Los acusados.
Sobre la situación de Brum, la fiscalía propuso la prohibición de acercamiento al domicilio ubicado en la avenida Circunvalación al 400 donde fueron sustraídos diversos elementos, como computadoras (una Apple y dos Sony Vaio) y una cámara filmadora, y 45.000 pesos. También le prohibió comunicarse con otros testigos, entre ellos su ex pareja, quien entregó lo robado, y un primo.
Para Khun, también se propuso la prohibición de comunicación total con uno de los testigos que dijo haberlo visto al imputado con elementos sustraídos. Y a Martín, dueño del comercio donde se supone que se vendían las computadores y celulares robados, pidió que se le prohíba comunicarse con una persona que "hace trabajos desde hace años para el acusado y tenía elementos robados".

Una banda.
Puntualmente, contra Martín, la fiscalía solicitó además que se prohíba la comunicación con los otros dos imputados por "la posibilidad de ejercer influencia en ambos". Paulucci supone que los conoce y hubo una especie de "engranaje" y que quien "sustrajo los elementos sabía como reducir los mismos, sabía que puerta toca y era la de Martín".
Posteriormente, en el final, el juez Piombi decidió hacer lugar a lo dispuesto por el fiscal y liberó a los imputados, aunque con esas restricciones de acercamiento a 200 metros a testigos y la prohibición de comunicación entre ellos, en el caso de Martín, principalmente para evitar el entorpecimiento en la investigación.
Martín fue asistido ayer por el abogado Jorge Tanus Mafud, mientras que los otros dos imputados fueron defendidos por Gastón Gómez.