Lunes 15 de abril 2024

Llegaron los desobstructores y confían en paliar la crisis

Redacción 05/08/2015 - 04.18.hs

La comuna ya cuenta con los dos desobstructores, que estuvieron algunas semanas fuera de servicio, dedicados a destapar la red cloacal. También se incorporó un tercer equipo y se solicitó otro a la Municipalidad de Ingeniero Luiggi para satisfacer la larga lista de vecinos que sufren los derrames de esos líquidos en sus calles y hasta en sus viviendas.
Nicolás Echevarría, responsable de Agua y Saneamiento Ambiental, fue la primera voz oficial en semanas que salió a informar sobre el colapso que atraviesa el sistema cloacal capitalino. Dijo que había estado enfermo, por lo cual se liberó de esa responsabilidad.
Entrevistado por Radio Noticias, el funcionario explicó así como en verano se produce la mayor cantidad de roturas del sistema de agua potable, en invierno ocurre lo mismo pero con las cloacas. Independientemente de la antigüedad de algunos tramos de la red, Echevarría dijo que el principal inconveniente se da con la obstrucción de cañerías por la presencia de agentes extraños, como el volcado de grasas y aceite que con el frío se convierten en tapones, o la presencia de piedras y hasta de escaleras en la cañería troncal, por lo que no descartó la figura del sabotaje. La demanda permanente de los desobstructores hizo que éstos tuvieran problemas técnicos y que la tarea preventiva para mantener limpios los conductos cloacales se interrumpiera.
Echevarría aclaró que si bien son muchos los llamados de los vecinos, éstos no alcanzan los 300 como trascendió la semana pasada. "Puede se que sean esos los llamados recibidos, pero muchos denunciando el mismo problema, los que iremos solucionando de acuerdo a prioridades". El director también dijo que en los próximos días se realizará una prueba de limpieza de la red cloacal con un compuesto que ataca la presencia de grasas en sus paredes de los ductos.

 

Salida de emergencia: en el Fonavi 42 arman un cuenco
Los vecinos del Fonavi 42 se suman a la larga lista de santarroseños que en las últimas semanas viene reclamando por el colapso cloacal. La novedad en este caso es que, como una salida de emergencia, un cuenco al que van a parar los desechos líquidos del barrio, apareció ayer en un terreno baldío -y de propiedad privada- en la intersección de Hucal y Juan Bautista Alberdi. En agua servida llega hasta allí luego de recorrer varias cuadras, y brota de las distintas bocas de registro por las que se filtran, desde hace varias semanas, los desechos pestilentes. Ayer, como desde hace varios meses, un equipo periodístico de LA ARENA recorrió el barrio y comprobó que el colapso es un fenómeno que se ha generalizado en todo el vecindario, y que tiene sus mayores expresiones en las calles Acha, Pasteur y Hucal.
"Ya no sabemos qué hacer, es cómo si nos tomaran el pelo. A mí se me inundó la casa de agua podrida y tuve que destapar todo yo misma. Pero el problema no es de mi casa, es de la cañería que está tapada desde hace casi un mes", dijo Graciela Didino, una comerciante del barrio que tiene su casa y su kiosco en la intersección de Acha y Pasteur.

 

¿Sabotaje?
Una situación similar a la de Didino, atraviesa Graciela Kloster, quien también vive sobre la calle Pasteur. "Yo hace muchos años que vivo acá y nunca pasó algo así. Es horrible almorzar con este olor. Todos estos días tuve que ir a bañarme a lo de un familiar, en otro barrio, para que la casa no se me inunde", dijo Kloster a LA ARENA. El olor en este caso es lo de menos: lo que más impresiona es el charco que se abrió en medio del patio, el líquido que horadó el terreno donde los perros de la mujer tenían sus cuchas.
Frente a la casa de Kloster, Vive Jorge Mármol, otro de los vecinos afectados que, después escurrir varias veces su casa, se toma las cosas con humor. "Sacanos una foto, somos los vecinos que viven en la mierda (sic)", dijo ayer mientras abrazaba a sus vecinas.
En otro Mármol reveló algo de lo que se viene hablando en las últimas semanas: los presuntos sabotajes que le estarían haciendo empleados municipales a la actual gestión. "A mí me dijo un empleado de la municipalidad que habían tirado escombros en uno de los desagües para que el agua no corriera, en represalia porque no le pagan horas extra", agregó. Esta información coincide con algunos curiosos hallazgos que ocurrieron días atrás, cuando un cuadro de bicicleta y una escalera fueron hallados en el interior de un ducto cloacal. Ayer, el director de Agua y Saneamiento, Nicolás Echevarría, aseguró que los tres camiones desobstructores están trabajando para solucionar los problemas.

 

Casitas inundadas.
Para que los perros no se caigan al pozo colmado de líquido cloacal que se abrió en el medio de su patio, Graciela Kloster implementó una cerca con alambre. Su casa está ubicada sobre la calle Pasteur, en el Fonavi 42, y es una de las tantas afectadas. Solo durante el día de ayer, la mujer llamó 12 veces a Agua y Saneamiento. Pero no tuvo respuesta.

 


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