Viernes 19 de abril 2024

Un pampeano, primer "exiliado"

Redacción 27/03/2016 - 03.20.hs

Su padre, Miguel Solé, se fue del país al temer por su vida. Su familia emigró tres meses después. Cuando se fue del país, Martín Sole tenía 4 años. Es el primer pampeano comprendido en los alcances de la ley 23.043.
Un ingeniero químico pampeano que vivió parte de su infancia en Suecia, es el primer pampeano reconocido como "exiliado" al amparo de la ley 23.043. Se trata de Martín Solé, hoy de 40 años, quien vivió en Europa entre los 4 y los 8 años. Su familia escapó a Suecia al temer por su vida. Volvieron recién en 1984.
Como tantos argentinos, Martín Solé recordó el jueves un nuevo aniversario del Golpe de Estado de 1976, hecho que marcó un punto de inflexión en su familia y su vida personal, en esta oportunidad con la satisfacción personal de haber ganado una larga y desgastante batalla contra la burocracia administrativa. El 10 de marzo, la Justicia Federal le dio la razón y encuadró su caso en la ley nacional 23.043, una norma que reconoce la condición de exiliado a aquellos argentinos que debieron alejarse del país durante la dictadura militar. Concebida originalmente para personas mayores de edad, la Corte Suprema hizo una lectura amplia de su texto y ahora incluye también a las personas que eran menores de edad al momento del exilio.
Martín Solé es hijo de Miguel Solé -quien fuera ministro de Educación de la provincia, luego asesor del ahora gobernador Carlos Verna en el Senado y director de LU89 TV Canal 3- y de Cecilia Foltynek. Nació en Santa Rosa en diciembre de 1975 y a los cuatro se fue con su madre y dos hermanos a Suecia, donde un tiempo antes se había radicado su padre.
En Suecia se instalaron en un barrio para personas refugiadas, muchas de ellas de origen latinoamericano. Permanecieron allí hasta el año 1984, en que volvieron a Argentina. Para ese momento, Martín ya tenía 8 años. "Recuerdo muy bien el día que llegamos a Santa Rosa porque nuestros familiares fueron a esperarnos al aeropuerto con carteles y banderas", comentó Martín en una charla telefónica que mantuvo con LA ARENA a raíz del fallo de la Cámara
En Santa Rosa, Martín cursó la escuela primaria en la Escuela 1 y el secundario en el Colegio Belgrano. Hizo el Servicio Militar -integró la última promoción que lo hizo en forma obligatoria- y después se fue a estudiar a Córdoba.
Actualmente está radicado en la localidad de Turdera, partido de Lomas de Zamora, donde trabaja en su profesión como perito judicial y para varias organizaciones no gubernamentales, especialmente aquellas que pelean contra el uso de agroquímicos tóxicos.

 

Perseguido político.
"Mi papá fue empleado de Casa de Gobierno hasta 1979, en que lo dejaron cesante junto con otros compañeros. Fue un perseguido de la dictadura", comentó Martín. Además de su militancia política, siempre dentro de las filas del Partido Justicialista, Solé padre vendía en Santa Rosa una revista de temas políticos que en forma periódica iba a buscar a Buenos Aires.
Fue en uno de esos viajes, y al percibir que su vida corría peligro, que Solé decidió irse del país. Primero se fue a España y de allí a Suecia. Ya instalado en el país nórdico, llamó a su familia para que se fuera con él.
Hace unos años, cuando Martín empezó a buscar documentos para acreditar su condición de exiliado, descubrió que su padre aparecía mencionado en dos "listas negras" de la dictadura. En una de ellas, confeccionada por el área de Inteligencia Naval, figuraba como integrante de la agrupación Montoneros, algo que él siempre negó. "El ni siquiera sabía que estaba en esas listas. Siempre nos dijo que nunca había participado de la lucha armada", contó Martín. "Es más, si no se hubiera ido en ese momento, quizá la historia hubiera sido muy distinta", elucubró.

 

Justa reparación.
"Esta es una lucha que llevó por una cuestión personal y de sensibilidad", comentó Martín en la charla telefónica. "Cuando uno ha atravesado esta parte de la historia, necesita el reconocimiento del Estado para no quedar invisibilizado", sostuvo.
El reconocimiento concedido por la Sala V de la Cámara Contencioso Administrativo Federal lleva la firma de los camaristas Pablo Gallegos Fedriani, Jorge Federico Alemany y Guillermo F. Treacy y tiene fecha del 10 de marzo. Ordena el encuadramiento de Martín Solé en los alcances de esta norma -algo que había negado una repartición del Ministerio de Justicia de la Nación- y autoriza a solicitar la indemnización.
"Lo de la indemnización lo veré más adelante. Lo que me importa es el reconocimiento. Fue una lucha larga y tediosa. Este aniversario tuvo para mi un componente especial", reiteró el muchacho.
Martín ganó la batalla, pero muchos argentinos la perdieron o bajaron los brazos ante la catarata de dificultades. Por eso, su esperanza de que su caso sirva para allanar el camino a tantas otras personas que merecen "una justa reparación del Estado argentino".

 

Interpretación "amplia".
En uno de los apartados de la causa judicial se lee: "Que los hechos antes relatados permiten concluir acerca de la existencia de la persecución política que aquejaba al padre del solicitante (Miguel Solé) y de un 'temor fundado' respecto de su libertad, así como de su propia vida e integridad física y la de su grupo familiar, lo que condujo a éste último preventivamente al exilio".
La ley 23.043 otorga una reparación patrimonial para las personas que hubieran sido puestas a disposición del Poder Ejecutivo Nacional o por orden emanada de tribunales militares, durante la vigencia del estado de sitio entre el 6 de noviembre de 1974 y el 10 de diciembre de 1983, a los detenidos en Centros Clandestinos de Detención y a los que sufrieron libertad vigilada o arresto domiciliario. Asimismo, contempla un incremento para quienes hubieran muerto durante el cautiverio o sufrido lesiones gravísimas.
La Corte Suprema de Justicia de la Nación realizó una interpretación "amplia" del término "detención" en la causa "Yofre de Vaca Narvaja" en la sentencia del 14 de octubre de 2004 y extendió el beneficio de la Ley 23.043 a "los hijos menores de edad de los perseguidos políticos que, como consecuencia de dicha persecución, hubieran debido exiliarse y ser criados en el exilio".
Esta consideración fue la que permitió a Martín Sole solicitar el acogimiento en los alcances de esa ley.

 

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