Un interno de la Unidad 4 denuncia abuso

Un interno de la Unidad Penitenciaria 4 llamó ayer a este diario para dar a conocer un episodio de abuso del que fue victima hace diez días y por el que radicó una denuncia en el Juzgado Federal de Santa Rosa. Se llama Oscar Angel Freytes, tiene 24 años y cumple una condena por un robo calificado. Le faltan ocho meses para salir en libertad.
"El viernes 10 la requisa entró al pabellón y se ensañó conmigo. Me esposaron con las manos atrás y me pegaron hasta que quedé de rodillas frente al jefe interno de apellido Gómez Saucedo. Mientras tres guardias me daban patadas en la espala y las costillas, Gómez se bajó el pantalón sacó su pene y me lo empezó a pasar por la cara y por la boca. Y yo no podía hacer nada", dijo Freytes a LA ARENA. El interno pudo radicar la denuncia una semana después de lo ocurrido. Su defensor es Alejandro Osio.
"Freytes estaba detenido en otra cárcel afuera de la provincia. Lo trajeron a Santa Rosa a principios de este año luego de la resolución del TIP que dispuso que los presos pampeanos debían estar detenidos en un establecimiento de la provincia. Sin embargo, desde que ingresó a la Unidad 4 se lo quieren sacar de encima. Es un interno que precisa atención psiquiátrica permanente y cuando no se la brindan se pone muy mal. Reacciona con violencia porque es lo único que puede hacer. Lo pinchan para que reaccione y ha sido víctima de brutales golpizas en distintas cárceles. Tiene un tímpano reventado y el tabique nasal quebrado de las palizas que le han dado", dijo el defensor Osio. Y agregó: "Sus compañeros de pabellón me manifestaron que no tuvieron problemas con él, que el drama es con los penitenciarios. Cada vez que Freytes presentaba un recurso de Habeas Corpus, los penitenciarios se lo rompía en la cara e incluso pidieron su traslado a una cárcel de máxima seguridad. Su única posibilidad para denunciar los abusos es, cuando puede, comunicarse con el Juzgado o con los medios".
En los últimos meses la Unidad 4 ha sido escenario de distintas irregularidades, pero ninguna de las autoridades salió a dar respuestas. Hubo reyertas a puñaladas con varios heridos, acusaciones por las malas condiciones edilicias y denuncias por la falta de atención médica. Este diario ha intentado en innumerables oportunidades hablar con el director del establecimiento pero nunca hubo contestación.