Domingo 14 de abril 2024

Una máquina y cuatro generaciones

Redacción 04/10/2015 - 05.01.hs
La asociación Grameen se movió rápido y aportó el dinero para que un grupo de mujeres, de todas las edades, comprara una máquina de coser. La asociación Akun brindó la capacitación.
El viernes por la tarde, la asociación Grameen entregó otro de sus créditos a un grupo de emprendedoras santarroseñas. En este caso es un emprendimiento que congrega a cuatro generaciones de una misma familia, y a algunas amigas. Una mujer a la que hace poco le diagnosticaron cáncer fue la que tomó la iniciativa. Con la máquina de coser que compraron coserán ropa, manteles y repasadores, los que planean vender entre los conocidos del barrio y en las ferias de emprendedores que organiza la comuna y la provincia. "Grameen se movió rápido y enseguida nos consiguió los fondos", destacaron las emprendedoras. La asociación Akun aportó la capacitación.
El nuevo crédito gestionado por Grameen benefició a una iniciativa que agrupa a varias mujeres del barrio Butaló. La entrega se concretó en la casa donde vive Eva Alicia Santillán, la mujer que entusiasmó a su familia, a unas amigas y vecinas a encarar un emprendimiento textil que les permitiera disfrutar de su gusto y habilidad por la costura, les diera una razón para juntarse y, obviamente, generar una entrada de dinero para todas.
La casa de la calle Santiago Alvarez al 200 será la base operativa del emprendimiento. Allí estará la máquina de coser Overlock que las mujeres compraron con el crédito de Grameen y que ayer mostraron a LA ARENA con la alegría y las expectativas de todo proyecto que se pone en marcha. La presencia del diario junto con la de dirigentes de Grameen y de la asociación Akun -donde hicieron la capacitación en moldería y en corte y confección- sirvió como presentación en sociedad y actuó como día 0 del proyecto. O quizá el día 1, porque la ansiedad el viernes por la tarde en la casa de la calle Santiago Alvarez era mucha.
La máquina de coser adquirida es una Overlock de tres hilos, usada pero en excelente estado. Para devolver el crédito, las mujeres se comprometieron a pagar 50 cuotas semanales de 44 pesos cada una. El dinero recibido sirvió para comprar la máquina pero también tela con la cual hacer las primeras prendas. Ante la magnitud que adquirió el proyecto, las mujeres se decidieron a reparar sus máquinas de coser y, en caso de ponerlas en marcha, sumarlas al proyecto.

Cuatro generaciones.
"La que gestionó el crédito fui yo", contó Alicia Santillán, la que dio el puntapié inicial y convenció a su madre, a su hija, a una nieta a ponerse a trabajar en la idea de un emprendimiento textil. "A mi me diagnosticaron cáncer hace seis meses", relató la mujer, mientras señalaba el pañuelo en su cabeza que reflejaba las primeras dosis de quimioterapia. "Cuando me enteré de la enfermedad, decidí que no iba a quedarme quieta y me puse en marcha". Así fue que entusiasmó a su familia y luego a tres mujeres más.
El proyecto incluye a cuatro generaciones de la familia Santillán. En una punta está "la abuela", que con sus 88 años es una de las más entusiastas. La abuela se llama María Eva Sánchez y toda su vida se dedicó a la costura. Andrea, hija de Alicia Santillán, es otra parte del proyecto. Tiene 6 hijos y con su cara juvenil no aparenta los 40 y pico años que dice tener. Una de sus hijas, Marianela, es otra de las que está más motivada con la idea. "Ella tiene 19 años y le encanta coser. Está re entusiasmada", contó Andrea que la disculpó por no estar presente porque se encontraba en el colegio.
A ellas cuatro se suman Nidia, Sandra y Norma, amigas de Alicia y vecinas del barrio, cada una con su historia de vida. Una de ellas perdió su trabajo hace un tiempo, y la otra enviudó a principios de año. En la presentación de la Overlock también estuvo Ana González, que recibió hace poco un microcrédito de Grameen para su emprendimiento en arte francés y falso vitreaux.

 

Una capacitación "a medida".
Cuando Alicia acuñó la idea de congregar a su familia y a las amigas en torno a este proyecto, el primer paso fue realizar una capacitación. Ahí apareció en escena la asociación Akun, una entidad santarroseña que se dedica a proveer capacitaciones y talleres a este tipo de emprendimientos.
Akun proveyó la capacitación que sirvió para pulir el proyecto. En particular, la presencia del capacitador que instruyó al grupo en la realización de moldes para talles a medida, una técnica que pocos dominan y que será la puerta que abrirá numerosas posibilidades al proyecto. "Aprender a cortar y a coser es fácil, pero hacer moldes no", comentó Alicia. Por ello, las expectativas de saber que cuentan con un acervo que les permitirá estar en mejores condiciones en un mercado tan competitivo, aporta un poco más de entusiasmo.
"Lo que yo quiero destacar -indicó Alicia- fue la rapidez con que se movió Grameen, que en poco tiempo hizo todos los trámites y nos consiguió el dinero". Con el proyecto ya en marcha, el grupo se inscribirá en la Municipalidad y cualquier otro lugar que le permita participar de las ferias o exponer sus productos. También, y aprovechando el componente joven del grupo, abrir alguna página en internet o una red social para darse a conocer.
Con todo el entusiasmo encima, las mujeres no veían la hora de empezar a usar la máquina que será la columna vertebral de su proyecto. La idea era repartirse por turnos y empezar a coser ropa manteles, repasadores, sábanas cuanto antes. En un futuro no muy lejano, animarse también a las bolsas de supermercado, un producto que tiene cada vez más demanda.
Y una vez que elaboren sus propios moldes, diversificar la oferta y animarse a llegar más lejos aún. "Si, estamos contentas. Estuvimos mucho tiempo esperando para empezar y ahora que tenemos la máquina, no vemos la hora de comenzar a coser", confesó Alicia, interpretando el pensamiento de todos los presentes.

 


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