Aislados, obligaban a trabajar a la doméstica

La pandemia de coronavirus sigue arrojando historias insólitas, que marcan las fuertes desigualdades sociales pero también el egoísmo de quienes gozan de una relación de fuerzas favorable respecto de otras personas. Ahora, la Asociación de Apoyo al Personal de Casas Particulares, Jardineros y Afines de La Pampa, que conduce Eugenia Cáceres, reveló la problemática situación que atraviesan algunas trabajadoras del sector.
«Algunos empleadores quieren que vayan a trabajar igual, más allá que Salud les ha dicho que no vayan a trabajar», narró en diálogo con El Aire de la Mañana, por Radio Noticias 99.5. Quienes pretenden que las empleadas acudan a desarrollar sus tareas domésticas normalmente son personas que están aisladas por decisión del Ministerio de Salud, ya que fueron identificados en la investigación epidemiológica como contactos estrechos de casos positivos de coronavirus o contactos de contactos estrechos.
«Los empleadores deben comunicarse con Salud Pública para corroborar que es el Ministerio de Salud el que les está pidiendo a las trabajadoras que no vayan a trabajar mientras dure el aislamiento de sus empleadores para evitar un posible contagio», sostuvo Cáceres.

Informalidad.
La dirigente aseguró que las que peor situación están atravesando en el contexto actual son las trabajadoras que no están registradas. «Llevan la peor parte. Dentro de todo, las que están registradas han cobrado sus haberes correspondientes. Pero ahora están surgiendo algunos casos en los que los dueños de casas particulares tienen que estar aislados pero las hacen ir a trabajar igual», lamentó.
-¿Y qué herramienta tienen ustedes para protegerse?
-Más que nada la información la puede brindar el Ministerio de Trabajo o el área de Relaciones Laborales. Hay que comunicarse con ellos para ver que un abogado se comunique con la patronal, porque al estar el Correo cerrado, el telegrama no se lo pueden hacer llegar. Están medio como a la deriva por temor a los despidos. Hubo varios despidos por la situación de que las trabajadoras no van a trabajar para tomar los recaudos y después el empleador les pide la renuncia para no tener problemas porque los despidos están suspendidos. También es otra situación delicada que está ocurriendo.
-¿En qué momento se produjeron las renuncias?
-Durante la Fase 1 se atravesó la situación dentro de todo bien, pero después empezaron los roces, porque ante la situación de aislamiento la trabajadora comenzó a decir que no iba a ir, entonces les empezaban a decir que si no querían ir, que renuncien. Además no hubo aumento de salarios en el transcurso del año. Hubo un aumento en marzo, pero era una cláusula gatillo acordada el año anterior.
-¿Cuántas trabajadoras domésticas están en negro?
-No tenemos la cifra exacta todavía porque venimos trabajando desde hace poco tiempo en la conformación de la Asociación, algo que nos ha dado bastante trabajo porque muchas todavía no se animan a participar por temor. Una vez que esté constituida, seguramente se acercarán para participar, porque tenemos muchas actividades que realizar, como difundir e informar el trabajo que hacen las trabajadoras. Vamos a asesorarlas en sus derechos y obligaciones, vamos a buscar un espacio físico para desarrollar las actividades.