El DNI de la vergüenza
Miércoles 13 de marzo 2024

El DNI de la vergüenza

Redacción 12/12/2017 - 00.39.hs

En estas horas Sergio García, el joven que permanece en sillas de ruedas y que hace poco más de un año se "instaló" en la Ciudad Judicial para reclamar por la demora en la resolución de su reclamo de indemnización, recibió su nuevo documento nacional de identidad que, precisamente, tiene como domicilio la "casita" que se construyó en la explanada del edificio.
Parece casi una broma macabra, pero el muchacho que aún espera por justicia, decidió colocar en el DNI aquella dirección, que es donde debe ser notificado "porque es donde vivo las 24 horas del día. Es una manera de decirle también a estos muchachos (refiere a la Justicia provincial, al empresario y a las autoridades que demoran el pago de su indemnización), que soy más legal que ellos".

 

Aquella noche fatal.
Como se sabe, y se informó suficientemente, Sergio García se accidentó la noche del 1 de abril de 2011, cuando con su moto se dirigía a cumplir con un auxilio -era mecánico de autos-, y en la intersección de Ferreyra y Víctor Arraiga -en el barrio Santa María de La Pampa- se encontró con un montículo que encubría un pozo que produjo el golpazo. En el lugar la empresa Ilka Construcciones estaba realizando tareas de mantenimiento y colocación de cloacas, pero la señalización resultaba inexistente, y el obstáculo que provocaría el accidente imposible de apreciar.
A raíz del accidente García quedó hemipléjico, y desde entonces obligado a movilizarse en silla de ruedas, aunque salvó su vida milagrosamente.
Era dueño de un taller, dos automotores, vivienda, y tenía una familia constituida por su esposa y cuatro hijos. Inmerso en el calvario en que se convirtió su existencia perdió todo lo material -"tuve que vender hasta los televisores", contó-, y finalizó divorciándose.

 

Demora para indemnizar.
Comenzó luego el periplo judicial, hasta que este mismo año la Justicia falló y estableció que las partes querelladas -la Provincia, la Municipalidad y la empresa Ilka- debían indemnizarlo por una cifra millonaria (más de $ 7 millones). Pero las partes recurrieron -la Provincia e Ilka en principio habrían estado dispuestos a hacerse cargo de sus partes, pero la municipalidad no mostró la misma convicción-, y Sergio García sigue esperando.
Este diario informó hace algunos días que hubo algún tipo de acercamiento para llegar a un acuerdo y que García cobrara, y en ese sentido la Provincia y la empresa habrían mostrado disposición para hacer frente a su parte de indemnización. La versión de que el municipio no estaba dispuesto a pagar aún, fue intentada desmentir más tarde por un comunicado de la Dirección de Asuntos Jurídicos de la Municipalidad: "Este Municipio no ha objetado la posibilidad de arribar a un acuerdo en relación con el litigio tramitado en autos: García Sergio Francisco c/Ilka Construcciones SRL y otros s/Daños y Perjuicios (expte. 88594), en trámite por ante el Juzgado de Primera Instancia en lo Civil Comercial y Laboral nº 2 de esta ciudad, y por ende resulta falsa la imputación que se formula", se indicó entonces en un comunicado.

 

Nadie paga, todos recurren.
Agregaba que la municipalidad "no ha recibido ninguna propuesta concreta de acuerdo, desconociéndose los términos de la misma, por lo que no existe tramitación de ninguna índole en sede administrativa que amerite su evaluación y consideración por el intendente Leandro Altolaguirre". Se aclaraba que "nada de ello obsta a los restantes intervinientes en la causa judicial a allanarse o acordar los términos de la pretensión indemnizatoria".
Lo que no decía expresamente el comunicado era si también la municipalidad estaba dispuesta a allanarse y pagar. No lo hizo y terminó -al final como todas las partes- recurriendo la sentencia.

 

Resistiendo.
"Por eso me obligan a seguir aquí... y parece que voy a estar todo el verano...", dijo ahora Sergio. "Sí, recibí el documento con la dirección en lo que es mi 'casa', porque lo necesito por cualquier trámite. Incluso para cualquier papel, sellado o lo que sea que me tienen que hacer llegar desde aquí, de la Justicia. Porque no es que caminan 10 metros y me lo alcanzan... todo lo hacen por correspondencia, aunque tengan que dar toda la vuelta... Así que aquí estoy, resistiendo, y esperando que esta pesadilla termine, porque como verán estos 'muchachos' (de la Justicia, autoridades y de la empresa) no me la están haciendo fácil. Por lo menos que vean que soy más legal que ellos", concluyó.

 

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