Domingo 17 de marzo 2024

Falleció el contador Carlos Sáez, una vida entre la política y la economía

Redacción 20/01/2018 - 20.13.hs

El fallecimiento del contador Carlos Sáez conmovió a innumerables círculos de nuestra provincia lo cual es una demostración cabal de la intensa actividad pública que supo desplegar a lo largo de su vida.

 

Sáez, quien cumpliría 87 años en febrero, había nacido en la localidad bonaerense de Carhué y estudiado en Bahía Blanca, ciudad de donde llegó recién recibido de su universidad en 1955 junto con otros dos recordados profesionales de las ciencias económicas: Leopoldo Casal y Eduardo Insausti. Los tres fueron los primeros contadores que desplegaron su actividad en Santa Rosa y también dejaron una fructífera huella a su paso por la administración pública en aquellos años. Casal en Contaduría, Insausti en el Tribunal de Cuentas y Sáez en la Dirección de Rentas.
También Sáez estuvo presente desde los inicios de la Facultad de Ciencias Económicas de la UNLPam., en donde tuvo a su cargo como profesor titular el dictado de las cátedras de Impuestos y de Finanzas Públicas y llegó a desempeñarse como decano normalizador de esa casa de estudios con el retorno de las instituciones democráticas en 1983.

 

La política y el cooperativismo.
En el terreno de la política militó en las filas del Partido Socialista en donde no solo llegó a ser un destacado dirigente y candidato en varias lides electorales sino también un activo editor del periódico Germinal junto a otro político y periodista reconocido de esos años: Omar Maraschini. En ese ámbito se vinculó con Raúl D’Atri y formó parte en 1957 del grupo de vecinos de la ciudad que posibilitó la reapertura de LA ARENA, diario al que estuvo vinculado estrechamente durante el resto de su vida como síndico, miembro del directorio, asesor en materia económica y colaborador periodístico.
Pero el amplio abanico de intereses de Sáez lo llevó a vincularse también con el intenso mundo del cooperativismo. Fue auditor externo de la Cooperativa Popular de Electricidad de Santa Rosa durante décadas y cumplió funciones similares en entidades solidarias de General Acha, Guatraché, Abramo y Punta Alta entre muchas otras. En la CPE también integró, junto a otros vecinos de la ciudad, la Comisión de Apoyo que desempeñó una tarea poco visible pero de relevancia frente a situaciones difíciles que tuvo que afrontar la entidad años atrás en un entorno político-económico hostil.
Entre muchas otras actividades también fue auditor externo del Banco de La Pampa en la década de los noventa, ocupó la vicepresidencia del club All Boys bajo la presidencia de Rodolfo Marinelli y fue uno de los fundadores del Club de Leones de Santa Rosa y de la Fundación Chadileuvú.
Entre sus múltiples intereses la política ocupó un papel fundamental aunque no solo la abordó como dirigente del socialismo durante buena parte de su vida sino también como hombre de su tiempo preocupado por pensar la región y el país desde diferentes perspectivas. Fue así que en 1994 publicó el libro “Un país mejor con 35 provincias” en donde planteó su mirada sobre la organización política y territorial de la Argentina con miras a las próximas décadas y expuso una audaz propuesta que mereció la atención del mundo político de esos años.

 

Un profesional respetado.
Quienes tuvieron la oportunidad de conocerlo y tratarlo en vida guardarán en la memoria su carácter amable y tranquilo, su hablar pausado pero, sobre todo, la solvencia que mostraba al abordar cada una de las cuestiones que atrapaban su interés. Fue una autoridad en materia económica y persona de consulta por sus amplios conocimientos en temas tributarios que no solo desplegó en el mundo académico sino también el institucional. El reconocimiento del que goza su estudio contable, uno de los más antiguos de la provincia y que continúa bajo la conducción de una de sus hijas, forma parte de ese respeto profesional que se ganara Sáez en su dilatada trayectoria en nuestro medio.
La gran cantidad de artículos que publicó en este diario fueron una cabal expresión de su dominio de la ciencia económica y, a la vez, de su condición de docente. Los temas más áridos y complejos lograba presentarlos en sus textos de forma amena y comprensible sin por ello perder rigor ni hacer concesiones a la pereza intelectual.
No fue una persona que se sintiera especialmente atraída por el afán de protagonismo ni por la necesidad de reconocimiento público. Era evidente que no le hacían falta esos oropeles para andar su camino y sentirse a gusto con sus semejantes. Quizás por esa razón supo desempeñar como nadie el rol de consejero, de consultor y fue tan valorada su participación en todas las instituciones que tuvieron el privilegio de contarlo entre sus filas. Este diario incluído. Lo sobreviven su esposa, Blanca Alvarez y sus hijos Elina, Diana y Carlos.
Sus restos son velados en la sala 5 de la Cooperativa Popular de Electricidad y su sepelio será a las 11:30 del domingo en el cementerio local.

 

' '

¿Querés recibir notificaciones de alertas?