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Fusilados en pleno centro

Redaccion 30/05/2020 - 05.20.hs

La Asamblea Permanente por los Derechos Humanos de La Pampa (APDH) pidió que Elías Vázquez y Jorge Fortunski sean incorporados oficialmente al listado de víctimas del terrorismo de Estado en La Pampa. Se trata de dos militantes políticos vinculados al peronismo y al sindicalismo obrero que el 10 de diciembre de 1975 fueron asesinados por un policía en la esquina de la Avenida Luro y Padre Buodo.

 

«Es tiempo de revisión y de tomar en claro que en el listado oficial de desaparecidos y muertos en La Pampa deben estar los nombres de Vázquez y Fortunski a quienes mataron en el proceso ilegal del terrorismo meses antes del golpe de Estado de 1976», contó Mario Canoba, integrante de la Asamblea.

 

El asesinato de ambos hombres fue un crimen político ya que, según el relato de Canoba, quien los mató en esa esquina de la ciudad fue Juan José Lorenzetti, un policía que estaba a cargo de la custodia de Juan de Dios Uncal, por ese entonces juez federal de Santa Rosa.

 

«Uncal había denunciado que grupos guerrilleros lo habían amenazado, entonces el gobernador de la provincia, Aquiles José Regazzoli, le ofreció ponerle una custodia y Uncal decidió que sea un conocido suyo, que fue Lorenzetti», detalló.
En el momento que fueron asesinados, Fortunski tenía 27 años y Vázquez 31. Ambos eran albañiles de oficio.

 

Al contextualizar, el referente de los DD.HH. recordó que en la época en la que ocurrió el crimen el «poder operacional» de la Policía de La Pampa estaba en manos de las Fuerzas Armadas «por lo que acá empezaron a trabajar bajo ese comando operacional» y ocurrieron hechos como la intervención de la Universidad Nacional de La Pampa (UNLPam) y del Sistema de Salud, además de la detención de médicos, periodistas y profesores universitarios.

 

Militantes

 

Durante la conferencia de prensa, de la que también participaron Sergio de Matteo en representación del gremio UPCN, además de Julio Fortunski y Silvana Vázquez, hermano e hija de las víctimas respectivamente, Canoba contó que la idea original era contar con la presencia del recientemente fallecido dirigente peronista «Pepe» Rodríguez, que al momento del crimen estaba al frente de la Unión Obreros de la Construcción (Uocra).

 

«Antes de su fallecimiento nos juntamos con ‘Pepe’, porque él era el secretario general de la Uocra y nos contó que fue quien definió que el delegado de la Juventud Peronista Sindical fuera Vázquez. Y Fortunski era su compañero de militancia, siempre andaban juntos organizando actividades», sostuvo al tiempo que añadió que Rodríguez estaba convencido de que se trataba de un mensaje para «hacerlos callar» ya que «el gobierno de Regazzoli estaba visto como cercano de la tendencia y la Uocra defendía su posición».

 

Crimen y dudas

 

Después de matar a ambos, Lorenzetti entregó la pistola con su documentación y recibió las curaciones en la Seccional Primera. Tiempo después fue enjuiciado y condenado a diez años de prisión por el homicidio de Vázquez pero en plena dictadura, «por lo que nunca estuvo detenido y la causa prescribió».

 

«Siempre quedaron dudas respecto a qué pasó, porque a ellos los retiró Lorenzetti de una confitería en el centro y los subió a un Citroen 3CV que era de Vázquez con dirección a la Seccional Primera, pero antes de llegar los mató a ambos», indicó Canoba.

 

Según la crónica que publicó LA ARENA un día después del episodio, Lorenzetti había llegado tiempo atrás a Santa Rosa para incorporarse a la Policía de La Pampa «pero prestando siempre servicio en el Tribunal y sin usar uniforme».

 

Los recuerdos

 

Julio Fortunski, hermano de Jorge, estuvo presente en la conferencia de prensa y contó que la víctima fatal era el más chico de diez hermanos y que tenía una relación muy cercana a su madre, veterana de la Primera Guerra Mundial.

 

«El día antes de su muerte estuve con él y le dije que se cuidara. Yo me fui a Castex, que es donde vivía, y a las 4 de la madrugada me golpeó la puerta un policía y me dijo que tenía un parte de que habían matado a mi hermano. En ese momento agarré el auto y me vine a Santa Rosa, fui al Hospital Molas y había entre 30 y 40 policías, no se podía entrar. A su vez, mi hermano mayor que era sargento de guardiacárcel fue a la Seccional Primera donde estaba Lorenzetti y lo vio sentado, bañado y con una curita, pero no lo dejaron tener contacto», recordó.

 

Otra participante de la conferencia fue Silvia Vázquez, hija de Elías, que al momento que mataron su padre tenía apenas tres meses de vida. «Mi mamá estaba sola y con mucho miedo. Cuando lo mataron a papá ella cuenta que fueron a la casa a hacer allanamientos sin saber qué buscar, revolvían todo y eso la tenía atemorizada y con mucho terror. Hasta el día de hoy tiene ese miedo, y nosotros nos criamos con eso», completó.

 

La cobertura de LA ARENA

 

Un día después del crimen, el jueves 11, LA ARENA publicó la noticia bajo el título «En confuso episodio ultimaron a dos vecinos de nuestra ciudad». Allí, se consignó en base a informaciones de la Unidad Regional que «ante un incidente ocurrido en confitería ‘El Águila’, sito en calles Hipólito Yrigoyen y Avellaneda, a la hora 0.30, una persona de nombre Juan José Lorenzetti (…) intervino y detuvo a dos parroquianos, Jorge Fortunski, de 27 años, y Elías Vázquez, de 30, ambos albañiles.

 

Tras detenerlos, los obligó a subirse a un Citroen 3CV rojo, «a cuyo volante se colocó el propietario (Vázquez), ubicándose a su lado Fortunski, mientras el asiento trasero era ocupado por Lorenzetti que mantenía en su mano el arma de fuego, una pistola 11,25 de la repartición policial». Más adelante, la nota sostiene que el autor del crimen declaró que cuando se dirigían a la Seccional Primera «en la intersección de Avenida Luro y Padre Buodo, uno de los arrestados extrajo sorpresivamente un arma con el que le efectuó un disparo que le rozó el cuello». En ese momento, «Lorenzetti repelió la agresión y disparó repetidamente contra el agresor y también sobre el conductor».

 

Más adelante, el artículo señala que en esa esquina de la ciudad se congregó un grupo de personas y efectivos policiales que realizaron las pericias. «Por lo menos una de las víctimas no falleció instantáneamente y su agonía se habría prolongado durante varios minutos. Cuando poco antes de la una de la madrugada se trasladaron los cuerpos hasta el hospital, ambos ya habían dejado de existir», detalla la nota.

 

Sin embargo, el artículo plantea la duda respecto a por qué fueron detenidos por el custodio judicial al sostener que «no se habrían producido allí altercados violentos que llamaran la atención, ya que no se escucharon palabras subidas de tono o forcejeos».

 

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