Miércoles 03 de abril 2024

Habilitan mirador en el Cerro de los Guanacos

Redaccion 17/01/2021 - 22.41.hs

Algarrobo del Aguila es una localidad inquieta. Y creativa. Con una pequeña inversión ha sumado un nuevo atractivo turístico para quienes la visitan: un mirador ubicado 18 kilómetros al sur desde el cual se puede disfrutar del paisaje pampeano y de sus bellos atardeceres. Caminatas, rocas, cuevas, un ascenso de baja dificultad y el contacto con la naturaleza, representan los atractivos del lugar.
El lento pero firme crecimiento que está teniendo el turismo en nuestra provincia no deja de deparar sorpresas. Es un turismo social, atravesado por la historia y la gente, anclado en el territorio, una opción que cada vez más personas eligen. Es un turismo que crece desde abajo, motorizado por las personas, los emprendimientos privados y los municipios, en forma principal.
En este verano en que la pandemia de Covid-19 puso el freno a muchos proyectos, sigue habiendo novedades. Esta vez es la pequeña pero activa Algarrobo del Aguila la que hace su aporte.
El Cerro de los Guanacos está ubicado a 18 kilómetros al sur, en el campo «Los Guanacos», de la familia Ocejo. Es un cerro bajo que merced a la erosión ha quedado separado de la barda que caracteriza la zona y que limita por el oeste el valle del del río Atuel.
Hace unos meses, la familia Ocejo decidió repasar con una máquina vial el camino que pasa a sus pies y allí apareció la oportunidad turística, anteriormente vedada porque se complicaba llegar en vehículo hasta el lugar.
El personal técnico de la Secretaría de Turismo ya visitó el lugar y le dio el visto bueno. Pero la pandemia demoró el paso siguiente, cual es demarcar el lugar, instruir a guías locales y armar folletería para entregar.
Por lo pronto entre la familia Ocejo y la Municipalidad de Algarrobo se encargan de gestionar el sitio y acompañar a los eventuales visitantes. «Si alguien viene por acá y quiere ir, lo ponemos en contacto con los dueños del campo y ellos lo acompañan», contó Oscar Gatica, intendente de la localidad. «Todavía nos falta algo de logística, pero el lugar ya se puede visitar», subrayó.

 

Caminatas y cuevas.
El hecho de que el cerro está separado de la barda permite armar un recorrido que conecte los dos cordones. «Las vistas desde ahí arriba son muy hermosas. Y ni le digo si uno se queda a mirar un atardecer», confesó el mandatario. «Realmente vale la pena».
Además de la caminata, del ascenso, la vista del paisaje y el contacto con la naturaleza, la geografía del cerro -formado por rocas de color rosáceo- ha dado lugar a pequeñas cuevas y oquedades que aportan otro atractivo.
«La subida es fácil, de baja dificultad», aclaró Gatica. «Conviene venir con zapatillas y ropa cómoda porque algún esfuerzo hay que hacer», acotó.

 

Más atractivos.
El mirador del Cerro de los Guanacos se suma a otros atractivos que ya posee la localidad, y a aquellos que ha sabido potenciar.
Uno de esos sitios a visitar es el mirador Julio «El Bardino» Domínguez, ubicado 10 kilómetros al oeste. El sitio se encuentra junto a la ruta provincial 10 arriba de la barda. La vista que ofrece el lugar es cautivante. Se puede apreciar el enorme valle del río Atuel, los puestos ubicados al pie de la barda, y la particular geografía de esa zona del oeste pampeano.
A los pies del mirador El Bardino se halla el establecimiento privado Don Pascual, que ofrece caminatas, cabalgatas y unos recorridos que vale la pena intentar.
Cerca del pueblo se encuentra un proyecto de hacer una pista para carreras de motos, otra propuesta que entusiasma a las autoridades municipales. «Ya vinieron varios motoqueros a visitarnos y conocer el lugar, y nos dieron el OK», contó el intendente. «Acá en el oeste se estila mucho andar en moto y cuando se hicieron esos encuentros, vino gente de toda la zona», destacó.

 

La lucha por el Atuel.
Cargada de historia, Algarrobo del Aguila es una de las localidades más antiguas del territorio pampeano. Se encuentra junto al cauce, ahora seco, del río Atuel, cuyo regreso la comunidad ha convertido en una causa popular que involucra a todos.
El casco urbano está recostado sobre el río y de hecho el comuna ha preparado el terreno para aprovechar esta circunstancia. Parrillas y bancos ofrecen a lugareños y visitantes una oportunidad para disfrutar del agua que corre.
Cuando esto ocurre, es una fiesta. Pero hace varios años que esa fiesta se posterga. Es que Mendoza se resiste a compartir el río Atuel y se apropia de todo su caudal, negando a los pampeanos la posibilidad de gozar de lo que es suyo.

 


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