Viernes 29 de marzo 2024

Habrá un nuevo juicio contra Barabaschi

Redacción 07/11/2019 - 00.30.hs

(General Pico) - El Superior Tribunal de Justicia (STJ) de La Pampa no hizo lugar al recurso de casación que presentó el abogado Mario Aguerrido, defensor de Santiago Barabaschi -condenado a seis años de prisión por abuso sexual de una jovencita-, y así ratificó el fallo de segunda instancia que invalidó la sentencia de la Justicia piquense y ordenó hacer un nuevo juicio.
La Sala B del STJ, compuesta por los jueces Hugo Díaz y Elena Fresco, consideró inadmisible la presentación de la defensa
Aguerrido interpuso un recurso de casación contra el fallo del Tribunal de Impugnación Penal (TIP), que declaró la invalidez de la sentencia de la Audiencia de Juicio y ordenó sustanciar un nuevo juicio para el dictado de una nueva sentencia. El defensor "entendió que el TIP no ha agotado su capacidad revisora dado que no existen fundamentos en cuanto a por qué no absuelve" al imputado. Además sostuvo que el TIP "no trató la petición de aplicación del beneficio de la duda que contenía el recurso de impugnación planteado y con ello el requerimiento absolutorio, ordenando el reenvío".
En su presentación, Aguerrido consideró que "la actividad del TIP ha sido omisiva de los agravios de la defensa, y que la resolución carece de todo tipo de fundamentación".
Los jueces del STJ señalaron que "el texto recursivo se centra en la crítica enfocada en el aspecto del reenvío, claramente no propuesto por la parte recurrente, y no encamina su pretensión recursiva hacia el señalamiento de aquellas circunstancias que resulten configurativas de algún error de derecho, único modo de habilitar la instancia de casación en los términos procesales vigentes". Además marcaron que "la intención con el juicio de reenvío, es alcanzar un pronunciamiento que respete sus formas sustanciales de un acto jurídicamente válido".

 

Prisión preventiva.
Hace un mes atrás, los mismos jueces del STJ hicieron lugar al recurso de hábeas corpus que presentó el defensor, y ordenaron la inmediata libertad del imputado, que permanecía detenido con prisión preventiva desde el 7 de julio del año anterior, cuando se le formalizó la Investigación Fiscal Preparatoria.
El hecho fue denunciado la mañana del 6 de julio del año anterior y ese mismo día se dispuso la detención de Barabaschi. Una jovencita aseguró que tras haber pasado la noche en un local bailable de la ciudad, junto a un grupo de jóvenes, fue hasta el monoambiente donde estaba el imputado, quien la sometió sexualmente.
Al día siguiente, el juez de control Diego Ambrogetti le formalizó la Investigación Fiscal Preparatoria por la presunta comisión del delito de abuso sexual con acceso carnal y le dictó la prisión preventiva por 60 días. El 24 de agosto la jueza Cardoso ordenó extender esta medida por otros 45 días y vencido ese plazo, la misma magistrada, dispuso su detención hasta la finalización del proceso. En esa audiencia de reexamen, Aguerrido había insistido con la prisión domiciliaria y la imposición de medidas sustitutivas. El defensor apeló este fallo, tras aducir que con una restricción de acercamiento y contacto, se evitarían los peligros de fuga y de entorpecimiento de la investigación penal.
El 26 de junio pasado, los jueces Marcelo Pagano, Carlos Federico Pellegrino y José Luis Bernal, condenaron a Barabaschi a seis años de prisión.

 

Hábeas corpus.
Días más tarde se le extendió la prisión preventiva por otros tres meses. Luego el TIP invalidó el fallo de primera instancia y ordenó que se realice un nuevo juicio. Ante el vencimiento de la prisión preventiva, Aguerrido pidió un nuevo reexamen, y la jueza Cardoso negó la liberación de Barabaschi y ordenó que continuara detenido. Sin embargo, dos días más tarde el STJ hizo lugar al hábeas corpus del defensor, y dispuso el fin de la prisión preventiva, ordenando la liberación de Barabaschi, quien ahora espera un nuevo juicio.
Los jueces ordenaron el cese de medida restrictiva, "en virtud de hallarse vencido el plazo máximo de su duración". Sin embargo le impusieron una serie de reglas de conducta, como una prohibición absoluta de acercamiento a la víctima, a su familia y a cada uno de los testigos de cargo, y le entregaron un botón antipánico a la jovencita.

 

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