Lunes 15 de abril 2024

Los árboles no se tocan

Redacción 24/02/2018 - 09.00.hs

La empresa que tiene a su cargo la demolición de la ex Casa Torroba aclaró que no tiene en los planes de obra la remoción de los árboles que dan sobre las veredas del inmueble. "Nuestra intención es preservar esas plantas y si llega a haber algún problema con alguna, por que esté seca o por la necesidad de hacer alguna poda, será la municipalidad la que resolverá hacer lo que corresponda", indicaron desde la constructora.
La fuente empresaria salió así al cruce de la inquietud de vecinos que por las redes sociales plantearon el temor de que los árboles en cuestión sean extraídos para permitir una mejor visualización del futuro complejo comercial que se levantará en la esquina de Avellaneda e Hilario Lagos.
Es visible, sobre todo en el microcentro santarroseño, la reducida cantidad de árboles en las veredas que violenta la ordenanza que dispone que haya dos por cada 10 metros.
En el caso que preocupa a los vecinos movilizados, especialmente es llamativo el túnel vegetal que general los añosos árboles de la calle Avellaneda, entre Lagos y Mansilla.
Hace una semana, comenzaron los trabajos de demolición del viejo edificio. "Derribaremos todas las paredes, porque no son aprovechables ya que son muy endebles", añadió la fuente consultada por LA ARENA, sobre la imposibilidad de preservar la fachada del inmueble.
A finales de marzo estará terminada la demolición y a partir de ese momento se comenzará con el proyecto del complejo a construir, el que será elevado a la comuna para su autorización, lo que demandará varios meses.

 

Dos campañas.
Durante la semana, un grupo de vecinos inició un movimiento tendiente a defender el arbolado. Mediante publicaciones en las redes sociales, alertaron sobre la problemática. La movida se dio casi en paralelo con la presentación por parte de dos concejales del oficialismo de un proyecto de ordenanza que modifica las reglas vigentes y profundiza la defensa del arbolado urbano, con una exigencia hacia los comerciantes, no sólo de preservar, sino de plantar para obtener la habilitación correspondiente.
Los vecinos mostraron su temor ante el peligro -ahora disipado- de que los propietarios del emblemático edificio de Lagos y Avellaneda incluyeran junto a la demolición del edificio a los árboles ubicados en las veredas de las dos arterias que, en conjunto con el resto de la zona, constituyen uno de los pocos sitios de la ciudad, especialmente en el centro, donde se puede disfrutar de la belleza y los beneficios que esto significa y que contrasta con lugares muy cercanos donde los únicos que buscan lucimiento son los edificios y las modernas aceras.

 

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