Murió Mario de la Torre, el diácono de los pobres

Un hondo pesar invadió la comunidad y se replicó en las redes sociales ayer luego de que se confirmara la muerte de Mario de la Torre, un hombre que dedicó su vida entera a ayudar a quienes más lo necesitan. «Sirvió todos los días a los más carenciados», destacaron.
La Diócesis de Santa Rosa confirmó la noticia a través de sus redes sociales. «Hoy tenemos un Santo más con el Señor, falleció Mario de la Torre, primer Diácono Permanente pampeano», indicaron y agregaron «que el Señor lo tenga en sus brazos. Rezamos por el consuelo de su familia, Susana , su esposa, y sus hijos».
De la Torre, junto con su esposa, fue el impulsor de la Fundación Aportes a la Humanidad (FundAlHum), que tiene su sede actual en la calle Córdoba de esta capital. En ese lugar, Mario trabajaba incansablemente día a día.
Tal como lo describió LA ARENA en uno de sus reportajes, cada día, de lunes a viernes, alrededor de un centenar de personas almorzaban, previo a la pandemia, en torno a grandes mesas. En su mayoría, asistían al lugar personas que no pueden acceder a un plato de comida al mediodía.

Hogares Don Bosco.
En un artículo publicado hace tiempo en este diario se hizo mención a Mario y su vinculación con la comunidad salesiana, de su tarea al frente de Hogares Don Bosco, y de su actuación en el Colegio Domingo Savio.
Nacido en Lincoln, provincia de Buenos Aires, es único hijo de Torres de la Torre (sí, se llamaba Torres y era maestro carpintero), y de Esmeralda Celia. Casado con Susana Alicia Silvestro, tienen dos hijos, Marcelo José, médico pediatra en la Clínica Modelo; y Juan Pablo Mario, que es técnico agropecuario y vive en Río IV.
Se remonta a Lincoln y su niñez, que cuenta que fue como la de todos los pibes, «andando en bicicleta, pateando una pelota, pero siempre acercándome a los que menos tenían, eso sí». Quizás como un mandato interior que tenía un ejemplo, su padre, quien los fines de semana organizaba escuelas de aprendizaje de su oficio.
Mario fue técnico agropecuario y profesor de enseñanza primaria, y ya en Santa Rosa empezó a trabajar en lo que era la incipiente Villa Don Bosco, «cortando yuyos. Después me tocó ir organizando todo lo que era la Villa».
Continuamente vinculado a la comunidad salesiana, con su esposa Susana se hicieron cargo de Hogares Don Bosco. «Una obra muy linda, pero eso ya pasó», dijo en aquel entonces. Allí llegaron a tener a cargo la crianza y la educación de más de 100 chicos -muchos de ellos ya hombres- en un período que se prolongó por 25 años.
Después que dejaron Hogares Don Bosco, Mario y Susana estaban convencidos que su tarea fraterna no había concluido. «Constantemente hay necesidades, y empezamos con este comedor, y nuestra fundación no nace para competir con nadie, sino para compartir los dones recibidos. Aquí, ya lo vas a ver, la gente ofrece lo que puede, desde comida, ropa o trabajo, y la idea es ayudar. Nada más que eso», contó.

Dolor en la provincia.
Las redes sociales fueron uno de los lugares donde cientos de personas de toda la provincia expresaron su pesar. «Falleció Mario de La Torre el primer diácono permanente de la diócesis. Un discípulo entregado al servicio de los más pobres de nuestra diócesis de Santa Rosa. Ha ido a los brazos de Jesús al que sirvió todos los días en los más carenciados. Recemos por su eterno descanso y el consuelo de toda su familia», escribieron desde la Parroquia Pompeya de General Pico.
Otra de las parroquías, en este caso San José de Quemú Quemú, también lo despidió con profundo dolor.
Entre los comentarios particulares también hubo muestras de acompañamiento a la familia y de reconocimiento por su trabajo social. «Se fue un hermano, seguramente ya le estarás preguntado al Señor ‘que hay que hacer’. Ahora te toca descansar Mario, en brazos de Jesús y mamá María. Que las lagrimas de tu familia, pronto se conviertan en consuelo.
Hoy tenemos un Santo más en el cielo. Siempre estarás en mi corazón, en el corazón de tantos…Hasta que el Señor nos vuelva a reunir querido Mario», destacó una de ellas.