Martes 16 de abril 2024

Otro choque contra casa de los Funes

Redacción 26/12/2018 - 01.40.hs

El impacto arrancó la ventana del dormitorio y regó de vidrios el piso y una de las camas. Un guardarail, que fue arrancado por el auto, impidió que el choque contra la vivienda fuera más violento.
La familia de Celestino Funes, que vive en la esquina de la calle Stieben y Sarmiento, frente al Megaestadio, sufrió por décimo octava vez un choque de un automóvil que por poco se mete adentro de la vivienda. Eran las 9.10, cuando María, de 16 años, y Ludmila, de 12, quedaron aturdidas, confundidas y aterradas por el estallido de los vidrios y el golpe en la pared de la casa.
Un efectivo policial que circulaba por Stieben en un Renault Sandero de color blanco venció el guardarail que protege la esquina y chocó contra la ventana de la habitación donde dormían las adolescentes. La fuerza que hizo el guardarail colaboró para que el incidente no se transformara en tragedia. El auto destrozó la ventana y provocó el estallido de los vidrios que se diseminaron por buena parte de la habitación pero la marcha del automóvil se detuvo contra la pared.
Ni María ni Ludmila sufrieron heridas, solo un enorme susto que las sacó a toda prisa de su cama. La madre de ambas, con su salud delicada, tuvo que ser asistida por el Servicio de Emergencias Médicas (SEM). El conductor no sufrió heridas de consideración y, según los Funes, iba alcoholizado y a alta velocidad.
Esta fue la décimo octava vez que un auto termina chocando contra la vivienda. Según explicó Celestino, en ninguna oportunidad recibieron ayuda para solucionar los daños. La vivienda no les pertenece, ellos están alquilando hace años allí. Esta vez, un hermano de conductor se presentó ante ellos y les dijo que se pondría en contacto en breve para buscar una solución al problema.
LA ARENA pudo ver los daños que sufrió la habitación por dentro. Celestino y sus hijos acompañaron a dos cronistas de este diario a ver el dormitorio. Una de las hojas de la ventana de madera estaba caída, con su vidrio hecho añicos. Los trozos estaban esparcidos por el piso y algunos de buen tamaño también estaban sobre una de las camas. Las cabeceras de ambas camas estaban apoyadas sobre la pared que sufrió el impacto.
Funes y sus hijos agradecieron que el guardarail estuviera ahí. Creen que, de otro modo, el auto habría ingresado a la habitación y causado lesiones severas a las niñas. Aseguraron que llevan mucho tiempo pidiendo alguna solución más efectiva, como la colocación de reductores de velocidad en la calle Stieben.
La arteria, que comunica el predio de la laguna Don Tomás con los barrios ubicados al noroeste de la ciudad, es de tierra. A la altura de la casa de los Funes está la salida de un curva que muchos automovilistas toman a una velocidad que excede los límites permitidos en la zona urbana.
El conductor del Renault Sandero, dominio AB 695 PB, estuvo demorado por algunas horas en la Seccional Segunda, que tomó intervención en el hecho.

 

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