Lunes 25 de marzo 2024

Tras 27 años cierra "De Niro": un tradicional videoclub piquense

Redacción 28/06/2018 - 08.18.hs

El tradicional videoclub piquense “De Niro”, próximo a cumplir 27 años de actividad, durante el fin de semana cerrará sus puertas de manera definitiva, ante la estrepitosa caída de alquileres de películas registrada durante el último tiempo. Esto tiene que ver con el fin de un ciclo dado por el avance tecnológico que masificó, a través de Internet, el acceso a las películas.

 

Su dueño es Gerardo Alainez, hizo un repaso del comienzo de su local y la posterior caída en ventas. “Arranqué en noviembre de 1991. La década del 90 en Argentina fue el momento histórico del videoclub. Con la llegada del nuevo milenio llegó Internet y con la aparición del DVD la opción de copiar una película era mucho más fácil que antes cuando estaba el VHS. Internet si bien apareció masivamente a comienzos del 2000, mucho después empezó a masificarse con más ancho de banda que permitió bajar películas, porque al comienzo si bien es cierto que podías bajarlas, tardabas casi dos días”, explicó.

 

“Además una mayor cantidad de hogares empezaron a tener sus propias computadoras y eso influyó en la merma de los alquileres. También con el tema de las copias en DVD ya empezaron los kioscos a vender películas y eso empezó a influir un poco, pero fue la aparición de Netflix en los últimos dos años, que nos dio la estocada final”, agregó.

 

Esperanza en “Blue Ray”.

 

En la mitad del camino, la aparición de la tecnología Blue Ray esperanzó al rubro con la posibilidad de “remontar” las pérdidas de clientes de principios de la década pasada, y en cierta medida ello ocurrió, pero el destino de los videoclubs ya estaba marcado.

 

“Con la aparición de Internet se notó una merma muy importante, aunque a pesar de eso apostamos a seguir un tiempo más y de hecho lo hicimos. En el último año ha sido muy difícil poder sostener un negocio que ya perdió el interés de la gente, porque si yo tengo la posibilidad de conseguir una película a través de un clic, porqué voy a ir a un videoclub donde encima tengo que pagar. Contra esas cosas es difícil luchar”, señaló.

 

“Con la llegada del Blue Ray en 2008 tuvimos la esperanza de que con esa tecnología, muy superior al DVD, podríamos recuperar a los clientes perdidos. Eso pasó durante un tiempo muy breve, pero con la banda ancha cada vez más masificada, el Blue Ray pasó casi desapercibido”, ahondó.

 

“De Niro” comenzó a funcionar en noviembre de 1991 y a pocos meses de cumplir 27 años cerrará sus puertas el fin de semana. Las mejores épocas las tuvo en la década del 90, cuando se llegaban a alquilar 600 películas por día, y los sábados hasta se “quedaba sin voz”, por la cantidad de clientes que se atendían.

 

Alquilábamos 600 películas en un día y era muy común que toda la familia viniera a alquilar y se llevaban hasta tres películas para todo el fin de semana”, dijo.

 

Los drones en escena.

 

Alainez, que es actor de teatro y que trabajó tiempo atrás en los medios locales, aunque se resistía al final de la era de la videoclubes, sabía que era inevitable y por ello buscó reconvertir su actividad. Fue así que encontró la forma de seguir ligado al plano audiovisual pero a partir de la producción de videos con un drone.

 

“El final era cantado y que tarde o temprano iba a llegar. Si bien era consciente de que el final estaba cerca, me resistía porque es una actividad que me dio muchas satisfacciones y en octubre de 2016, con la caída abrupta del video, arranqué con una productora audiovisual con la que recorrí toda La Pampa. Incluso me han llamado para trabajos desde otras provincias”, indicó.

 

“Ahora estoy del otro lado, puedo producir contenidos y lo convertí en una actividad comercial que me permite vivir y hacer todo tipo de eventos. Es algo que me gusta mucho y también me está dando resultados hacer contenidos para medios digitales”, sostuvo.

 

“El video es una de las etapas más lindas de mi vida, es algo que me gustó mucho, pero uno debe ser consciente que en algún momento va a tener un fin, sobre todo cuando tiene que ver con la tecnología que está en permanente avance. Los momentos en los que los videos funcionaron bien, yo me sentí feliz más allá de que deje la vida, porque si querías vivir tenías que estar de domingo a domingo y no había feriados”, finalizó.

 

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