Sabado 13 de abril 2024

Una familia solidaria

Redaccion 16/01/2021 - 21.31.hs

Falta casi media hora para las ocho de la tarde y en una casa de la calle Almirante Brown al 1.500 la multitudinaria familia Kowalczuk ultima los detalles para cargar dos grandes ollas con guiso caliente en la caja de una camioneta y partir hacia la barriada. Una semana hace ya de aquel domingo en el que cayeron los más de 80 milímetros que generaron una grave inundación y decidieron cocinar para quienes peor la estaban pasando.
Adentro de la casa el olor a comida caliente es tan notable como las ganas de ayudar que tienen María Belén, Gisela, Etelvina, José, Dalma y Gianina Kowalczuk, Sonia Gadea, Daniel Fernández, Rodrigo Peralta, Daniel Fernández, Caetano Llanos y otros integrantes de la familia.
«El domingo pasado se nos llovió la casa y nos amargamos un poco pero después de arreglar el techo salimos para Villa Germinal y el Malvinas Argentinas y vimos que la gente inundada la estaba pasando mucho peor que nosotros», contó a LA ARENA Fernández al tiempo que Gadea, su suegra, agregó: «En ese momento nos reunimos todos y dijimos acá tenemos que ayudar y primero uno de los chicos ofreció la camioneta para hacer fletes gratis y después se nos ocurrió lo de la comida».
Desde ese día no paran. Cada tarde se juntan, compran alimentos, retiran otros donados por varios comercios y María, Gisela, Etelvina, Dalma y Gianina encienden la cocina sobre las que apoyan dos grandes ollas en las que cocinan guisos, estofados y demás preparaciones que luego, a las 20, cargan en la camioneta y salen a repartir.

 

Nuevo Salitral.

 

En la jornada de ayer el destino fue el barrio popular «El Nuevo Salitral», ubicado en uno de los extremos de la ciudad, justo a un costado de los cuencos de la Laguna Don Tomás. Son 12 personas más varios niños que ayudan todo lo que pueden.
El espacio es chico pero el corazón y las ganas son grandes, y hacen que todo esté sumamente organizado: mientras la comida se termina de cocinar, los varones preparan la camioneta, otros salen en busca de una bolsa de pan fresco donada por «la panadería de Lucila» y el resto se encarga de que la casa de Almirante Brown quede cerrada.
Faltan cinco minutos para las ocho de la tarde y la temperatura parece la de cualquier día de otoño. En el barrio esperan ansiosos la llegada de la camioneta.
«Estuvimos toda la semana por los barrios. Empezamos por Villa Germinal, seguimos por el Malvinas, Villa Elisa, el asentamiento del Santa María de La Pampa y hoy nos vamos al Nuevo Salitral», indicó entusiasmado Fernández. Con las ollas cargadas en la caja de la Ford F100, la caravana familiar partió hacia la barriada, donde se estacionó sobre Duval y entre charcos y una fría y húmeda brisa, los vecinos y vecinas del asentamiento comenzaron a acercarse con sus recipientes.

 

Sacar una sonrisa.

 

Mientras decenas de hombres, mujeres, niños y niñas esperan ansiosos por la humeante comida, Fernández expresó a este diario lo mucho que aprendieron como familia en una semana en la que la solidaridad se convirtió en bandera. «Lo que se ve en la calle es muy triste, es de no creer lo mal que está la gente a pocos minutos de donde estamos viviendo», sostuvo.
Y añadió: «Está muy fea la situación y nosotros como familia nos estamos dando cuenta lo que es la calle, lo que es que la gente se arrime desesperada por un plato de comida. Y no es solo cuando llueve, porque hizo calor y salimos y pasó lo mismo».
En el mismo sentido, Sonia, mamá de varios de los chicos que cocinan, sirven y recorren las precarias viviendas para avisar que vayan por una porción de comida, mencionó que «nuestro principal objetivo es sacarle una sonrisa a la gente que la está pasando mal, que está tan angustiada».
Lo cierto es que lo logran, porque no bien se estacionó la camioneta sobre el Nuevo Salitral, el barrio se sacudió y de todas partes llegaron con su recipiente y se fueron con comida caliente, pan y facturas. Pero no sin antes devolver el gesto con una sonrisa de oreja a oreja y un «muchas gracias».

 

La ayuda sigue.

 

En 15 minutos las ollas se agotaron y tras repartir saludos y algo de conversación con los alegres habitantes del lugar, la caravana pegó la vuelta. Según indicaron a este diario la idea es seguir cocinando y repartiendo comida por los barrios populares de la ciudad.
«Nosotros no es que tenemos muchos recursos pero lo poquito que hay lo aportamos entre todos para comprar algo de comida y hay algunas personas que nos donan, como el Granjero y la Panadería. Pero lo cierto es que no nos alcanza y necesitamos que si nos pueden ayudar no lo duden», convocó Fernández.
Quienes quieran hacerlo pueden acercarse a la casa de la calle Almirante Brown 1530 entre Río Bermejo y Paraná o llamar al celular 15804514.

 

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