«Una vida casi normal, falta el turismo»
Sabado 30 de diciembre 2023

«Una vida casi normal, falta el turismo»

Redaccion 01/06/2020 - 05.19.hs

Una joven médica piquense que vive en Tailandia indicó que el ritmo de vida de a poco se comenzó a normalizar y que la pandemia del Covid-19 resintió mucho al turismo, que es una de las principales actividades económicas de la región donde reside.
Estefanía Leavi tiene 27 años de edad y es oriunda de General Pico. Desde hace un tiempo recorre los países de Europa, Asia y Oceanía. Vivió durante dos años en Australia y ahora lo hace en Tailandia, en la isla de Koh Tao, donde toma cursos para convertirse en instructora de buceo.
«Primero recorrí Europa, luego viví dos años en Australia y ahora estoy en Koh Tao, una isla del golfo de Tailandia, donde vine a hacer los cursos para ser instructora de buceo. En Tailandia se tomaron medidas mucho más tarde que en Argentina. La isla se cerró, los ferris no llegaban a la isla, en donde no hubo casos confirmados», señaló.
«Las escuelas de buceo, que es la principal actividad de la que vive la isla, quedaron cerradas. Restaurantes, supermercados y demás permanecieron abiertos, pero en los restaurantes no se podía comer en el lugar, el resto era casi una vida normal», dijo.
«El uso del barbijo fue obligatorio desde el momento cero. En la isla no hubo casos, pero en Tailiandia hubo 3.000 casos confirmados y el 50 por ciento estuvo en Bangkok. Esto hizo que dentro del país no se pudiera de una región a otra», agregó.

 

Trabajo.
La piquense contó que antes que tomara mayor dimensión la pandemia de Covid-19 hacía cursos de buceo. Sin embargo, las escuelas suspendieron las clases, aunque de a poco retomaron la actividad normal luego que se flexibilizaran algunas medidas.
«Estoy haciendo los cursos de buceo para poder ser instructora. La vida laboral se vio muy afectada, porque acá se vive del turismo, del buceo y, no hay turismo ni buceo. Recién hace una semana se reabrió la isla y las escuelas y la gente que estaba en otra región, está viajando, pero es mucho más reducido en comparación a un año normal. Se vio muy afectada la cuestión laboral», manifestó.
«Las medidas se flexibilizaron, aunque el uso de barbijo sigue siendo obligatorio. La gente tiene permitido salir a caminar, hacer las compras y ya están abiertos los restaurantes, para que te puedas sentar a comer. Es una vida casi normal, aunque falta el turismo, que es la actividad que les da el trabajo a los locales como a los extranjeros que trabajan acá», añadió.

 

Costumbres.
Leavi señaló que se tomaron medidas distintas a las adoptadas en Argentina, o «en diferente tiempo», y que la situación dista de la que afronta el país.
«Estoy en una isla donde al momento de cerrar las fronteras para que no entre gente nueva y no se corra riesgo de contagio, se puede aislar mucho más fácil. Además acá se manejan temperaturas de más de 30 grados y se sabe que eso beneficia a la no transmisión del virus», indicó.
«En Argentina estamos muy acostumbrados al saludo, al abrazo, al contacto físico con la otra persona y acá están más acostumbrados al distanciamiento social. Además de que toman muchas infusiones calientes y eso cuando se genera la colonización de la vía aérea superior del virus, al ingresar todo el tiempo infusiones calientes podemos hacer que no progrese», concluyó.

 

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