Miércoles 10 de abril 2024

"Voy a luchar por volver a caminar"

Redacción 15/09/2018 - 01.03.hs

Lo intuía, lo esperaba férreamente convencido que finalmente se iba a terminar parte de su calvario: "No hubo apelación", le dijo en Mesa de Entradas de la Cámara de Apelaciones el empleado que lo atendía. Los demandados -la Provincia, la Municipalidad de Santa Rosa, y la Empresa Ilka SRL- abandonaban la pelea judicial y no recurrían la sentencia que los obliga a indemnizar, mancomunadamente, a Sergio García
¿Qué significaban aquellas tres palabras? Que la Justicia determinaba que ya no hay más instancias y que las demandadas deben pagar; no obstante lo cual abandonará su "casa" en la Ciudad Judicial donde está desde hace mucho tiempo dentro de algunos días.

 

El accidente.
Apenas si pudo sonreír cuando lo notificaron. Pero eso sí, rápidamente su mente repasó en segundos todo lo ocurrido con su vida desde que la noche del 1 de abril de 2011, cuando salía a hacer un auxilio -era mecánico y lo habían llamado por teléfono- decidió tomar su moto (aunque tenía su camioneta allí mismo) y en una esquina del barrio Santa María de Las Pampas, en Arriaga y Ferreira, se encontró con un montículo y un pozo abierto sin señalizar. El golpazo fue tremendo, y trasladado a un establecimiento asistencial habría de comenzar la pelea por su vida primero, y después por encontrar justicia. El accidente le produjo una incapacidad física-neurológica permanente de un 90% y quedó parapléjico.

 

La demanda judicial.
Enjuició a la empresa que construía una obra en el lugar -Ilka Construcciones-, a la Municipalidad de Santa Rosa y a la Provincia. Ya en 2017 un fallo en primera instancia lo había favorecido, pero las demandadas recurrieron y todo se fue demorando más, hasta este miércoles, cuando él mismo se acercó a una oficina para saber si en Cámara algo había cambiado. Y sucedió: "No hubo apelación", le dijeron. Sergio sintió que se le nublaba la mirada... la Justicia determinaba que su reclamo era totalmente razonable.
Salió del lugar y se puso en contacto con Guillermo Galcerán, uno de sus abogados patrocinantes -el otro es Marcelo Piazza- y le dio la novedad. "Yo venía siguiendo los plazos, y sabía que en estas horas se decidía, así que fui el primero en saber que no habían recurrido", le contó a este diario ayer por la mañana.

 

Ahora, la lucha por caminar.
Cuando llegamos a su "casa-carpa" ubicada en la explanada de la Ciudad Judicial, un par de personas lo saludaban y compartían su alegría -Lorena y Luciano-; "Viejo Lobo", su gran amigo de todas las horas, ese perro de pelaje claro que lo acompaña desde hace varios meses miraba la escena desde un rincón.
El saludo afectuoso con el cronista y el fotógrafo -después de tanto tiempo casi amigos-, y Sergio que cuenta detalles de la buena nueva. Una parte del martirio -la vía judicial- ha concluido; pero todavía falta otro buen porcentaje de la pelea: "Voy a luchar por volver a caminar... eso es lo que falta, y estoy preparando todo para tratarme en Cuba", cuenta lo que hará con el dinero que habrá de recibir. "Por ahora me voy a quedar aquí algunos días más, hasta cobrar", sostuvo.

 

"Ducharme tres veces seguidas".
¿Y qué vas a hacer cuando te vayas, dónde vas a parar?, es la pregunta obligada. Y la contestación fue: "Supongo que iré a un hotel... porque no tengo casa. Y lo primero que voy a hacer es meterme en el baño y darme tres duchas seguidas...", sonríe con ganas, como sintiendo ya el placer de un buen baño con el agua tibia cayendo sobre su cuerpo...
Porque hay que saber que Sergio García tenía su familia, su casa, un taller instalado, dos autos, y la moto (la del accidente). Se diría un buen pasar.... pero en estos 8 años lo perdió todo. No tiene ni vivienda, ni bienes.
Sí tiene su familia que componen los padres -viven en Carlos Casares-, y sus cinco hijos: la mayor tiene 20 años, y el menor ahora de 8 años tenía nada más que meses cuando se produjo el accidente.
"Pero no me quedó más nada... así que vamos a ver si puedo comprar algo cuando todo termine", agrega Sergio pensando en la indemnización que debe percibir: "Ahora la causa abaja a Primera Instancia, que analiza el monto de la condena, y en 10 días deberían pagar", completa.

 

Viajar a Cuba.
"Después veremos sí puedo ir concretando lo de Cuba... Ya hice contactos con otras personas que pasaron por un trance como el mío y me dijeron cómo era el tema. Además hay un kinesiólogo cubano que vive en Santa Rosa, Maxi, que tiene sus padres médicos en La Habana, y un poco me van a allanar el camino", agrega sobre un tema que, desde un principio, Sergio se fijó como objetivo: tratar de recuperarse en la isla caribeña.
Y sigue: "Me han dicho que lo primero que me van a hacer cuando vaya es cambiarme la prótesis... así que apenas llegado voy al quirófano. ¿Cuándo va a ser eso? Calculo que entre que me haga todos los análisis aquí, y el papelerío que se necesita será para los primeros meses del año que viene... tal vez para marzo", deduce.
Sabe que no sólo dependerá de la excelencia probada de los equipos médicos que lo esperan en Cuba, sino también de su propia voluntad para recuperarse: "Es 50 y 50", dice sobre la concurrencia de ambos factores para mejorar sus condiciones físicas. Pero ya demostró su férrea voluntad, y tiene derecho a la esperanza. Claro que sí.
Sergio tiene ganas de hablar, se siente fortalecido, y cuenta: "Me va a costar dejar atrás este síndrome de Estocolmo... porque me acostumbré a este lugar, y hasta algunos empleados, mis 'vecinos', están un poco tristes porque me voy a ir", completa.

 

Una suma actualizada con “tasa mix"
Los abogados de Sergio García elaboraron la planilla de la indemnización que debiera recibir, y determinaron que el total histórico ($3.590.000) actualizado por una “tasa mix" lleva el monto a $13.264.415,93.
La demanda estaba referida a daños patrimoniales (lucro cesante por incapacidad sobreviniente, pérdida de chance de ascenso laboral, gastos de asistencia y cuidados por terceras personas, gastos terapéuticos futuros y acondicionamiento de la vivienda acorde a su incapacidad) y daños extra patrimoniales (daño moral).
García dijo ahora que las demandadas disponen de 10 días para indemnizar, y recordó que en el caso de la empresa fue oportunamente embargada a partir de su presentación judicial.

 

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