Domingo 14 de abril 2024

La fiscalía pidió siete años de prisión

Redacción 19/11/2014 - 01.19.hs

El juicio contra el adolescente acusado de haber robado y dado un balazo en el pie a un quinielero, se hizo ayer en la sede judicial de General Acha. La fiscalía, representada por Juan Méndez y Máximo Pérez Florez, pidió al juez de audiencia, Andrés Aníbal Olié, la aplicación de una condena de 7 años de prisión de efectivo cumplimiento.
La audiencia se llevó a cabo pasadas las 9, y se prolongó hasta poco después de las 11. A su inicio, el acusado Franco Nahuel Reyló (19 años) -estuvo asistido por el defensor sustituto Marco Mezzasalma-, confesó haber sido el autor del robo agravado por el uso de arma de fuego, y entre lágrimas, dijo que se arrepentía de lo que había hecho. La sentencia se conocerá el 26 de este mes, a las 11, a través de la Oficina Judicial local.
En su declaración ante el juez Olié, el detenido manifestó que no sabía lo que hacía debido a que había consumido pastillas, y aseguró que se le escapó el tiro, que no había tenido intenciones de lastimar nadie. Agregó que se asustó, y mientras corría no sabía dónde se le había caído el arma que él mismo dijo que era un revólver calibre 22.

 

Testigos.
Durante la jornada se recibió declaración a Andrea Lucrecia Vázquez y Norma Beatriz Soto, quienes hablaron sobre los problemas familiares y de contención que tenía Franco Reyló, al igual que sobre los escasos recursos económicos de su grupo familiar. Además, declaró su cuñado Julio César Galdo, quien no aportó ningún dato relevante.
Posteriormente atestiguó, a pedido de la Oficina Unica del Ministerio Público Fiscal, el empleado policial Nicolás Maldonado, señaló que esa mañana antes de producirse el hecho vio a Franco Reyló que caminaba en la zona del centro de General Acha, vestido con la ropa que las víctimas habían descrito a la policía, una vez cometido el robo en el domicilio de las hermanas Llanos.
Agregó que después de eso, participó de los allanamientos efectuados en la vivienda ubicada a pocos metros del lugar del hecho, donde residía la hermana de Franco Reyló. Allí, se secuestró la ropa que fue hallada debajo del colchón de una de las habitaciones del inmueble, la cual fue reconocida por el agente Maldonado, como la que llevaba puesta Reyló esa misma mañana.

 

Una broma.
Rosa Llanos relató que mientras se encontraba junto a su hermana Elsa Elena Llanos y Eduardo Nieto, jugando a la quiniela, se hizo presente un joven con su rostro cubierto (solamente se le veían los ojos), quien mientras les apuntaba con un arma de fuego, pedía que le entregasen dinero. En un principio, la mujer dijo que pensaban que era una broma, porque nunca se imaginaron que alguien podía robar a esa hora, alrededor de las 11, a plena luz del día. Luego, se dio cuenta que realmente era un asalto.
Dijo que como no le daban dinero, el joven disparó, y la bala impactó contra el pie izquierdo de Eduardo Nieto, quien estaba circunstancialmente allí porque ella y su hermana Llanos estaban jugando a la quiniela. Después de eso, se marchó de la vivienda. Rosa expresó que después tomó conocimiento sobre quién era el joven que les había robado, y se sorprendió. Es que lo conocía a Franco Reyló desde que era muy chiquito y vivía en su barrio. "Teníamos un negocio, él iba y le convidábamos galletitas y golosinas. Conozco a toda su familia, no sé por qué hizo esto, desde los 10 años que dejé de verlo porque se fue del barrio", añadió.

 

Balazo.
Eduardo Nieto, coincidió con Rosa Llanos, respecto a las circunstancias en que se produjo el hecho. Dijo que el balazo pegó en su pie, provocándole lesiones que no fueron de gravedad. Ambos reconocieron la vestimenta exhibida por la fiscalía, la cual Reyló vestía cuando habría cometido el robo.
Por requerimiento de los fiscales Méndez y Pérez Florez, se desistió del testimonio de Elsa Elena Llanos, ya que por problemas de salud no podía asistir al debate. Además, pidieron que se desista de la testigo Casandra Azucena Reyló (hermana del acusado).
La sentencia se dará a conocer el miércoles a las 11. Cabe señalar que es la primera vez que un juicio se realiza de manera íntegra en General Acha, cuando hace más de tres años que se aplica el nuevo Código de Procedimiento Penal (CPP) en La Pampa.
El martes 29 de abril a las 12.30, el acusado habría ingresado a la vivienda de calle Dorrego al 700 de esta ciudad -habitada por dos mujeres- cubriéndose el rostro con una especie de chalina, cuando se hallaban con el quinielero Eduardo Nieto, a quienes previo apuntarles con un revólver, les sustrajo unos 280 pesos que tenían en ese momento. Una vez que tomó el efectivo, antes de marcharse, le dio un balazo en el pie izquierdo a Nieto.
El quinielero y vendedor de rifas tuvo que ser asistido en el hospital de General Acha, donde fue intervenido quirúrgicamente. Afortunadamente, no hubo ninguna complicación debido a que se le extrajo el proyectil, y el vecino se recuperó.

 

Las pruebas son irrefutables
El fiscal Pérez Florez opinó que como ya había adelantado en el alegato inicial las pruebas reunidas son irrefutables, y por lo tanto, palmarias a los fines de tener acreditada la autoría de Franco Nahuel Reyló.
A su criterio resulta de vital importancia los rastros levantados por Criminalística de la UR III, ya que pertenecen al acusado. Las huellas estaban grabadas en la puerta del portón de acceso a la casa donde se registró el robo, y ubicadas en la parte lado interior de esa abertura. Esto permite tener por acreditado que Reyló egresó de la vivienda de las hermanas Llanos, de modo tal que no fue una casualidad.
Pérez Florez remarcó que pocas horas de haberse producido el robo, se hizo un dermotest a Reyló, el cual dio positivo ya que había rastros de pólvora en la mano izquierda. Lo que coincidió con el testimonio de una de las víctimas, Rosa Llanos, quien dijo que el joven empuñaba el arma de fuego con su mano izquierda, y con la derecha tomaba el picaporte de la puerta.
Asimismo las características físicas fueron coincidentes con el examen médico realizado por la médica forense, y las prendas de vestir que llevaba colocadas el acusado, fueron reconocidas por las víctimas y el policía que lo había visto en la mañana previa al hecho.
El fiscal señaló que si bien Reyló reconoció haber cometido el robo, y precisó que usó un revólver calibre 22, también fue corroborado por el relato de las víctimas, y por los restos del proyectil extraídos del pie izquierdo de Eduardo Nieto.
Finalmente aclaró que más allá que la defensa atribuyó la conducta de Reyló a sus antecedentes de droga dependencia, el examen mental efectuado oportunamente al acusado, determinó que al momento del hecho comprendía la criminalidad de sus actos.

 


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