Jueves 28 de marzo 2024

Un detenido por muerte de la remisera

Redacción 30/10/2014 - 04.22.hs
Lo investigadores del crimen de Alicia Rodríguez de Lehr dicen que el caso está esclarecido. Ayer a la madrugada fue detenido Rodrigo Breitelztein, un joven de 24 años que apareció en Guatraché el domingo a la tarde y quien fue el último pasajero de la remisera de 71 años. El muchacho fue aprehendido a las 4.30 de la madrugada en su propia casa, una vivienda del Plan Federal de Darregueira. La policía dice que lo encontraron durmiendo, que no ofreció resistencia y que confesó la autoría del hecho delante de una autoridad judicial. Una fuente policial informó que Breitelztein dijo que el tiro "se le escapó". También señaló el lugar dónde había ocultado el celular que le robó a la remisera -un sanjón detrás del corralón municipal de Darregueira- y dónde estaba el auto de Rodríguez -secuestrado en Bahía Blanca-. En la vivienda, la policía secuestró ropa y otros elementos que supuestamente complicarían al muchacho, entre ellos el celular que utilizó para contactar a Rodríguez. Ahora Breitelztein está detenido en Trenque Lauquen. Pero hay un dato curioso en esta lamentable historia: el lunes a la mañana, cuando aún no había denuncia por la desaparición de la mujer, el acusado fue sorprendido en Bahía Blanca cuando manejaba el auto de la remisera en estado de ebriedad. Ese procedimiento quedó registrado por las cámaras del noticiero del canal Somos Bahía. Por supuesto, los agentes de tránsito de la ciudad portuaria nada sabían de lo ocurrido en la localidad del sur pampeano, nadie se imaginó que podrían estar delante de un asesino. Visitante. Rodrigo Breitelztein llegó a Guatraché el domingo a la tarde para visitar a unos amigos. Lo primero que hizo cuando entró al pueblo fue buscar un lugar para sentarse a tomar su trago preferido: fernet con coca. Era la hora de la siesta y el cielo estaba encapotado. Había parado de llover. El lugar elegido por Breitelztein fue la cantina del Club Huracán, ubicada al comienzo de la avenida que atraviesa el pueblo de punta a punta. Allí pidió un fernet y después otro. Sentado frente al televisor hizo algunos llamados por teléfono hasta quedarse sin crédito. Cuando terminó el segundo vaso, dos pueblerinos le ofrecieron llevarlo a otro boliche: "El bar del hormiga". En "El bar del hormiga" Breitelztein tomó otros dos vasos de fernet y, mientras los demás bolicheros jugaban al truco, se durmió en la silla. Cuando se despertó, pidió el número de un taxi para que lleve a otro bar. El cantinero hizo el favor y probó con el número de un taxista que nunca atendió. Probó con el segundo, y ahí sí tuvo suerte: del otro lado se oyó la voz de Alicia Rodríguez. "El muchacho ya había estado acá hace cinco meses, pero el domingo estaba doblado. Yo conozco la cara de los borrachos y éste no estaba mamado solamente. Parecía falopeado (sic)", dijo el cantinero de uno de los bares. El último bar que pisó Breitelztein esa noche fue bar "El pancho". La lluvia había vuelto y ahora no amainaba. Cerca de las 22, el muchacho volvió a llamar a la remisera para regresar a Darregueira. Los clientes que había en el bar en ese momento, lo vieron subirse al Peugeot 207 sedan color gris y alejarse por la calle de tierra que ya era un barrial. Viaje. La última vez que vieron con vida a Alicia Rodríguez fue el domingo a la noche, cuando pasó a buscar a Breitelztein por el bar "El pancho". El lunes bien temprano tenía programado un viaje a Bahía Blanca. Los investigadores del caso sospechan que entre la bajada de bandera frente al bar y el episodio fatal, no pasaron más de 20 minutos. "El hijo vino el martes a la mañana a decir que su madre estaba desaparecida desde el domingo a la noche. De casualidad el muchacho se enteró el lunes de que su madre no había cumplido con el viaje a Bahía Blanca. Entonces la llamó por teléfono a sus celulares y se preocupó porque nadie atendía. Después fue hasta la casa de su madre y notó que había algo raro, la puerta estaba abierta y las luces prendidas. Sobre una mesa solo había uno de los dos teléfonos. Era como si la mujer se hubiese ido para volver en un rato pero a esa altura, la remisera llevaba casi un día y medio sin dar señales", agregó González. Cuerpo. El cuerpo sin vida de Rodríguez apareció el martes a las 18 en medio de un yuyal. El cadáver yacía de bruces en el vértice de un campo ubicado a la vera de la ruta 76 -continuación de la ruta provincial 24-, en cercanías de Avestruz, una vieja estación del ferrocarril que está abandonada ubicada al límite con la provincia de La Pampa. De casualidad un hombre que pasaba por el lugar vio entre la maleza algo que parecía un cuerpo y dio aviso a los efectivos del Puesto Policial, que dista del campo a apenas 5 kilómetros. La mujer era buscada por la policía desde esa mañana, cuando su hijo Gastón fue a radicar una denuncia a la comisaría de Guatraché por la desaparición. La remisera tenía un orificio que parecía de bala en la nuca . Al lado de su cuerpo había una pistola 9 milímetros sin el cargador y ahora se sabe que esa arma pertenece a un efectivo de la Comisaría de Darregueira que además es el cuñado del Breitelztein. El acusado se la había robado hace 15 días y los investigadores suponen que se le cayó cuando arrastró el cuerpo hasta el medio del yuyal. El cargador fue hallado en la guantera del Peugeot. Solo le faltaba una bala. Porno y umbanda El perfil de Facebook de Rodrigo Breitelztein es por demás llamativo. Además de mostrarse abrazado a su novia y a quien parece ser su pequeño hijo, el muchacho aparece junto a jarras de fernet y extrañas imágenes paganas. Allí deja en claro que es practicante de la religión Umbanda y que rinde culto a Bará, una especie de santo que garantiza los bienes materiales. También Breitelztein dice que estudia para ser "catador de bebidas alcohólicas en el cabaré de las pibas" y que es "Jefe en actor de películas porno". El último pasajero El lunes a la mañana, la Guardia Urbana de la ciudad de Bahía Blanca montó un operativo de tránsito en el centro de la ciudad. Cerca de las 10, el Peugeot de Alicia Rodríguez apareció por la calle Moreno a una velocidad considerable. Pero no era ella quien manejaba, sino quien hasta hace algunas horas, en Guatraché, fue su último pasajero. Pero lo que más llamó la atención de los trabajadores de la Guardia fue que el conductor llevaba la ventanilla baja y estaba completamente mojado. Y no era porque a Breitelztein le gustara el agua de lluvia: el vidrio se había roto con la misma bala que le atravesó la cabeza a Rodríguez. Así viajó más de 150 kilómetros hasta la ciudad portuaria. Cuando le hicieron el dosaje de alcohol, se comprobó que el muchacho estaba pasadísimo de la cantidad permitida. El alcoholímetro midió 1.79 cuando la máxima permitida es 0.50. Cuando le pidieron los papeles del auto, Breitelztein dijo que se los había olvidado. El auto fue secuestrado y el joven tuvo que volverse a Darregueira en una combi. Lo que nunca imaginó el acusado era que el operativo estaba siendo grabado por un canal de noticias y que una periodista iba a preguntarle por su estado alcohólico y las faltas que había cometido. El joven dijo que "había salido en Bahía Blanca", que "había pinchado una goma en una estación de servicio" y que "era la primera vez que lo paraban". "Estábamos hasta las manos con unos amigos, tomamos fernet toda la noche", dijo sonriendo a la cámara.
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