Acerca de la cosa y el otro lado de las cosas

Señor Director:
El retorno del tren a Santa Rosa es ahora más mentado que la vuelta del hijo pródigo.
Y es también tan discutido, como sucede con la parábola que se lee en San Lucas. Se recordará que la voz pródigo alude al hijo que reclama anticipadamente su herencia y que una vez recibida, la malgasta sin ton ni son. Se anima luego a volver al hogar y es bien recibido por su padre. Algunos tienden a alabar la generosidad del padre y otros optan por alabar la misericordia del Señor, sin tomar en cuenta que este Señor opera a través de sus criaturas.
El hijo pródigo de nuestros trenes (la causa de su larga ausencia) no remite a una instancia divina, pues sería exagerado atribuir tal esencia a la cadena de gobiernos que consintieron la decadencia del ferrocarril y concluyeron por quitarle la sustancia del don originario: integrar la vastedad del país y de sus pobladores dispersos.
Nuestra experiencia con el tren (la memoria de su mítica llegada, su paulatina ausencia, la espera, el sabor de la esperanza renovada por su retorno) da lugar a actitudes actuales diferenciadas. Hay quienes prefieren ver el "lado negativo". Como pudo decir más de un vecino: -Sí, pero ahora habrá accidentes en los pasos a nivel.
Lo cual puede ser verdad, aunque también es cierto que en estos años sin tren no nos han faltado accidentes, si no en el camino de hierro sí en las otras vías de tránsito.
La idea de la "cosa" que resulta de estas diferencias remite a una figura plana que por arriba es buena y por abajo mala, o viceversa. Todo sería según el lado por donde se la mire. O según la inclinación dominante del que mira. O según el color del cristal con que se mira, como también suele decirse.
Un filósofo o un buen componedor puede proponer que la cosa no es plana sino redonda, que no tiene dos lados sino la suma de los lados posibles. Y que los colores no son varios, puesto que el blanco de la luz los contiene a todos.
Con que, a dejarse de amolar con riesgos retornados, y a esperar al buen tren, ido por la necedad de muchos y que retorna por el momento de lucidez de algunos.

Escocia
¿Se va o se queda como parte del Reino Unido? Un plebiscito próximo decidirá en la materia. Las encuestas, que daban ventaja sensible al no (no separarse), ahora achican las distancias hasta un punto de paridad. Una de las consultas más recientes, y que es tenida como seria, daba ventaja al sí, a la separación.
Algo semejante pasa en España con los catalanes. Y con los vascos y los gallegos... Como si las piezas de una comunidad territorial nacida de las migraciones forzadas por los cambios climáticos y las guerras, sintieran que no están en la compañía conveniente.
Curioso: catalanes y escoceses tienen fama de tacaños. ¿Harán una "entente" cordial a pesar de la distancia física entre sus territorios? Los escoceses son celtas. Los catalanes se dicen venidos de un grupo ario-gótico. Ambos pueblos con pujos de superioridad. También los vascos. ¿Vanidad de vanidades?

Espera
La soja está retenida a la espera de que suba el dólar.
Es lo que se dice. Que está retenida en la multitud de silos bolsa y otros depósitos. Los silos pueden ser vistos desde el camino en los campos sojeros (que tienden a serlo todos). Al principio esos gusanos blancos sorprendían por su novedad en el paisaje. Ahora no cesan de aumentar y se integran al paisaje rural.
No sólo los sojeros esperan la suba del dólar. Nadie bendice (en voz alta, al menos) a los buitres, pero no pocos de los que esperan fundan su esperanza en el poder de los carroñeros de la finanzas. Los buitres, por su parte, no apuestan a la soja (es un negocio que lleva demasiado tiempo y no rinde tanto como comprar bonos devaluados y luego manejar el poder político) y, sin embargo, puede creerse que entienden que tienen aliados en los sojeros que demoran la comercialización de su grano. En la era de la globalización asistimos a un momento de dispersión. Contradicciones que propone el tiempo y que se presentan con la forma de un acertijo: ¿hacia dónde vamos?
Jotavé