Ante un nuevo clima político
Viernes 24 de noviembre 2023

Ante un nuevo clima político

Redaccion 05/05/2020 - 22.57.hs

Como una flor nacida en el desierto, digna de un poema de Atahualpa, entre las desgracias combinadas de la pandemia y la deuda, se ha instalado en el país un nuevo clima político.
Aunque la cuarentena haga parecer que el pasado reciente ocurrió mucho tiempo atrás, vale recordar que no hace muchos meses, el diálogo político era inexistente, la actitud general era de crispación, y el único intercambio entre oficialismo y oposición oscilaba entre el carpetazo (con o sin cárcel de por medio) y la dádiva. No es de extrañar, en semejante clima, que el Congreso Nacional estuviera virtualmente paralizado, y que la economía nacional se derrumbara.
La actualidad muestra un panorama muy diferente. Desde la política se envía a la sociedad un mensaje de solidaridad y sentido comunitario, muy lejos del «sálvese quien pueda» del individualismo que antes se ensalzaba. Se transmite también en forma permanente que las decisiones que afectan a la ciudadanía son producto de acuerdos y diálogos constantes, que además, se basan en la consulta permanente a los expertos y científicos competentes.
El tono con el que los gobernantes de distinto signo político se refieren, unos a otros, ha alcanzado un nivel de civilidad notable. El presidente, por su parte, se dirige a la población empleando un tono entre campechano y académico, que podrá ser tildado de paternalista, pero que a no dudarlo encarna un liderazgo más que necesario en tiempos de crisis.
Desde luego, buena parte de la responsabilidad por este fenómeno le cabe al oficialismo, que como se sabe, tiene entre sus atributos de poder el de imponer un estilo político, un bagaje de consensos sociales y hasta un lenguaje, para bien o para mal.
Sin embargo, no debe dejar de subrayarse que los dirigentes de otros espacios, a cargo de distritos de no poco peso electoral -con la Ciudad de Buenos Aires a la cabeza, pero también con varias provincias y municipios relevantes- participan activamente de este nuevo clima político.
Desde luego, no faltan los dirigentes opositores que, afortunadamente, ya no tienen responsabilidades de gobierno, y desde esa impunidad arrojan piedras en un camino ya de por sí más que complicado. Algunas de esas expresiones, cuando están juego vidas humanas, rozan directamente la conducta criminal.
Sin embargo, esas posturas aisladas -debidamente fogoneadas y orquestadas desde algunos medios de comunicación- han quedado en las márgenes del panorama, y no alcanzan a modificar el amplio consenso social de respaldo a la actual dirección política.
Desde luego, el disenso de opiniones es inevitable e indispensable en la construcción de una república. Ni siquiera el miedo a la pandemia debería eliminar ese principio básico. Pero cuán deseable sería que estos valores cívicos, del respeto, el diálogo y la solidaridad, estuvieran siempre presentes en la dirigencia política. Cuán distinto sería el destino nacional en esas condiciones.

 

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