Cacerolazos selectivos

Durante el gobierno de Mauricio Macri se duplicó la cantidad de excarcelaciones de represores de la última dictadura. En 2015 había 1070 genocidas detenidos y 791 libres, mientras que en 2019 se redujeron a 884 los apresados y aumentaron a 1590 los liberados. También aumentó la cifra de detenidos con arresto domiciliario: en 2015 eran 439 y en 2019 ascendieron a 608. Son datos oficiales de la Procuraduría de Crímenes contra la Humanidad (PCCH).
Ni un solo golpe de cacerola se escuchó por la libertad de esos condenados por los peores crímenes que se puedan cometer. ¿Hace falta recordarlos? Asesinatos masivos a sangre fría, tortura generalizada incluso a mujeres embarazadas con violaciones incluidas, maltratos degradantes, desapariciones masivas, «vuelos de la muerte» que implicaban arrojar prisioneros vivos al mar.
Hoy, frente a una pandemia que mata personas en el país y en el mundo, las cárceles se han convertido en focos de infección de alto riesgo y por lo tanto en muchos países, siguiendo las recomendaciones de la OMS, están liberando reclusos: EEUU, Francia, Reino Unido, Brasil, Chile, España, México y muchos otros. No se pueden aportar cifras porque aumentan todos los días, pero suman decenas de miles en cada país.
En Argentina los grandes medios porteños vienen usando la manipulación informativa a gran escala para fogonear el enojo contra el gobierno. Periodistas de esos grupos no dudan en mentir para enardecer a un sector de la población propenso a enojarse porque se libera a un pibe chorro con una leve condena por robar una bicicleta sin uso de violencia pero no se inmuta por la libertad de un genocida a cadena perpetua. Entre varios ejemplos resalta el del femicida que salió libre el año pasado, por una polémica resolución judicial, al que ahora señalan que «lo soltaron por el coronavirus». También el de un individuo «que salió por el coronavirus y al instante volvió a robar», cuando su liberación fue por razones ajenas a la pandemia.
Las cifras de liberados también son objeto de manipulaciones. Se hace creer que hay excarcelaciones «masivas» cuando en verdad se realizan en cuentagotas. Y tampoco las resuelve el presidente o los gobernadores sino los jueces. Este diario informó que en La Pampa, de 62 solicitudes solo cinco fueron aceptadas, y en ningún caso se trata de condenados por delitos violentos.
En la mayor provincia del país -Buenos Aires- se liberó a menos del 1 por ciento por la pandemia. El diario Clarín -en un lugar muy poco destacado, casi escondido- brindó un dato ilustrativo: el Servicio Penitenciario Federal liberó por riesgo de contagio a 268 personas de un total de 12.579 que tiene en sus prisiones, es decir, el 2 por ciento.
Ni liberaciones masivas, ni las determinan los poderes ejecutivos, ni son presos violentos. Pero no importa. A la hora de proponerse erosionar a un gobierno que no le gusta, todo vale para la prensa corporativa. Queda claro que es ella la principal promotora de la «grieta» porque siempre le vino bien para defender sus intereses de clase. Generar un estado de malestar con mentiras se ha convertido en su arma favorita para practicar el «periodismo de guerra».